lunes, 29 de junio de 2015

La Bruja y el Angel Mestizo. [Capitulo 23]








                          Capitulo-23 













Los ojos de Garrett reconocen aquel acero que ha expulsado el brazo del Templario. Una hoja oculta, seguramente que ha robado de un Asesino. Sabe lo que hará, pero prefiere no entrometerse en asuntos que no le incumben.
Levanta su mirada, dirigiéndola a los techos cercanos al puente, descubre que, algunos hermanos están vigilando. Tal parece que no se retiraron, y siguen haciendo guardia, debe ser a causa de la presencia de Templarios en el puente a Nueva York, que han preferido custodiar la zona para lo que se ofrezca. Tienen entendido, que el líder Templario es muy fuerte, y hasta podría ser un problema para el maestro Asesino; Garrett.
Connor siente ganas de hablar seriamente con Haytham, sin importarle que sea su padre, y también, tiene tantas ganas de quitarle la vida, en honor al asesinato de su madre. Ezio mantiene su distancia, pero su corazón presiente que Aveline está en peligro, así que avanza con pasos inseguros y medio cojeando, su pierna sigue débil, lentamente extrae su mosquete corto del cinturón en su pantalón, fijándose solo en aquel Templario que tiene a Aveline a sus pies. Charles lee, capta el movimiento del joven Italiano, y se alerta enseguida, mas sin embargo otro movimiento en contra  hace que reaccione pronto. Era el nativo vestido de soldado inglés, y con su Tomahawk en mano se balancea hacía su líder, la expresión en su cara se había oscurecido. Charles no podía permitirlo, así que se interpuso deteniendo el ataque del salvaje a su Maestro. En tanto Haytham, tranquilo e imperturbable, dobló un poco su cuerpo, para clavar su hoja en la vena principal que pasa por el cuello de Aveline, sin darle tiempo de defenderse, arrebatándole así la vida. Ya no es útil, y a parte, esta patéticamente moribunda. La chica se remueve involuntariamente, y sale sangre de su boca y nariz, ahogándose mientras la vida la abandona. Ezio palideció y le costó unos segundos reaccionar.

¡Noooo!... Se extendió un grito quebrantable, que resonó en el vació debajo del puente. La había perdido… corrió a dónde estaba la chica, y la levanto del suelo de piedra con sus brazos, desbordándose sus lágrimas, viendo que sus ojos estaban abiertos pero sin el destello de vida, ya no podría escuchar nada de lo que dijera…, era tarde. Con su mano acaricio su rostro. La abrazo, pegándola a su pecho destrozándose en silencio.

Haytham presenciaba como Charles lee, empleaba su espada contra la Tomahawk de Connor, trataba de dañarlo, para acabar con él.
Era su hijo, pero si se había unido a los Asesinos, y si guardaba odio a una orden que no conoce, entonces… debía morir. Paso a ver al líder Asesino, quien se acercó despacio a él. ¿Acaso quería enfrentarlo?

—¿Todo lo que quieren es el Fruto del Eden? —pregunta Garrett.
—Es lo único que nos falta. Ah y, también matar a todos ustedes desde luego. Así que…si me permites. —pone en mano su mosquete, y le carga una bala— Ahora sin duda, acabare con tu vida. —sonriendo tajante.
—Inténtalo.


¡Ah!... Se quejó Charles. Del corte que le acaba de hacer el filo del hacha de Connor que atraviesa desde su ceja, pasando por su mejilla y terminando en su barbilla. Se tocó su cara sangrante, y Connor aprovechó su distracción breve, para darle con el puño en su quijada, otro golpe en su estómago, y uno más en sus costillas. El Templario retrocedía a causa del impulso de los fuertes golpes del salvaje, sintiéndose algo mareado, Connor se posiciona tras de él, para sujetarlo y apretando sus dientes, amenaza con querer cortarle la garganta con su Tomahawk, en cuanto Charles resiste, y con sus manos no permite que el filo de ese acero tocara siquiera su piel. Los dos forcejeaban, ni uno y ni otro iba a rendirse tan fácil.
Haytham no prestaba atención al peligro en el que se encontraba su aliado. Solamente se concentraba en aquel objetivo, en aquel estorbo Asesino, con el que debió acabar hace tanto. Ve que el Maestro Asesino ni si quiera se mueve, viéndolo como un blanco fácil está dispuesto a presionar el gatillo de su arma en la mano, para penetrar su frente con un tiro.
Un gruñido seguido de fuertes pasos, hace girarse a Haytham. Ezio venía hacía el cargado de ira, con su espada alzada, su ceño fruncido y sus ojos llameantes, no fueron suficientes para intimidar ni un poco a Haytham. Solo le dio la cara y lo miró como si tuviera todo bajo control y no pasara nada. El joven quería matarlo por supuesto, después de ver como mato sin piedad ni arrepentimiento a Aveline. Garrett ya había captado a Ezio atrás de Haytham desde antes, por eso no se preocupó, sabía que el caza recompensas llegaría primero.

Portando también su espada Haytham se puso en guardia y sin problemas desvió el ataque del joven, pero Ezio no se detendría, hasta verlo muerto. Una estocada, otra más, y todas fallaban su propósito. Haytham era un Maestro, y él, solo un tonto lleno de coraje. Terminó a los pies de Haytham, viendo la cara del Templario desde el suelo, recuperando el aire poco a poco, su pierna seguía siendo una gran molestia y no le ayudaba en mucho.
Contuvo el quejido cuando el Templario le dio un pisotón justo dónde tenia venda su pierna, presionándola para que no pudiera levantarse del suelo. Prepotente, el Templario lo miro a los ojos, sin faltar esa sarcástica sonrisa.
Mientras tanto Garrett le dio una mano a Connor. Logrando desarmar a Charles, dejando las armas del Templario lejos de su alcance, lo sujeto, cuando Connor estaba por cortarle su garganta. Charles apretando sus dientes y con un tremendo esfuerzo que se reflejaba en la mueca de su rostro, se sacudió, y con un rodillazo aparto al Asesino y golpeando con su codo las costillas del nativo, se liberó tocándose su garganta. El hacha había logrado hacerle un rasguño.

—¡Malditos Asesinos! —detecto la ubicación de sus armas y a punto de ir por ellas.

Garrett golpeo su cara y agarrando su cuello se impulsó hacía él tumbándolo al suelo y suena el chasquido de su hoja oculta, estando por clavársela para matarlo.

—¡Espera, Maestro Asesino!

Se escuchó la voz de Haytham, quien no ha dejado de aplastar la pierna de Ezio provocándole un dolor casi insoportable.

—Puedes matar a Lee, pero a cambio yo mataré a su amigo italiano. ¿Lo es no? —le apunta a Ezio en la cabeza con su arma.
—No me importa su vida, haz lo que quieras. —respondió Garrett volviendo a Charles.

El Templario bajo Garrett estaba sangrando de su cara y por los golpes había quedado con menos fuerzas, aun así se esforzaba por quitárselo de encima.

—¡Espera un momento! —grita Connor— No podemos dejar que lo mate…

El joven nativo se acerca a Garrett y sujeta su mano en la que portaba la hoja. Haytham sonriendo observa a los Asesinos.

—¡La mataste! —exclama Ezio— ¡Era uno de los tuyos y la mataste!

Atrae la mirada del Maestro Templario.

—No, no era de los nuestros. Y ya no servía para nada.
—Maldito… —masculla.

Su pierna seguía siendo pisada, no podía moverse de ahí. Sintiéndose impotente optó por cerrar la boca y aguantar. No tenía fuerzas, solo mucho odio.
Tan solo con una mirada directa, Connor da a entender a Garrett que no es necesario matarlo, que pueden buscar otra solución. A pesar de tratarse de un Templario, un enemigo, con el cual deben acabar. No obstante el joven nativo tampoco puede permitir que un inocente muera por su culpa, en este caso, Ezio, que si bien ya no tiene una muy buena relación con él, lo conoce, sabe quién es y se le podría considerar un amigo.
Moviendo su cabeza de un lado a otro como negándolo, observa al líder Asesino. Entonces a Garrett se le ocurre algo.

—Bien. —se aparta de Charles dejándolo libre— No lo mataré. Y si tan solo quieren el fruto, está bien, pueden tenerlo, es suyo. Está en el Pimienta Negra, adelante vayan por él.

El rostro perplejo de Connor se giró a verlo. ¿Estaba loco? ¿Por qué está diciéndoles en dónde esconden el fruto? Algo que debían proteger. El joven no entendía, pero Garrett parecía saber lo que hacía. Por supuesto Haytham lo miró incrédulo y con una sonrisa tenue como queriéndose burlar de lo que ha dicho.

—¿Qué has dicho?... —caminó hacia él con sus brazos atrás, dejando a Ezio con un gran alivio en su pierna— ¿Acaso crees que soy tonto? ¿Y voy a creer en lo que dices? —lo encara— No estoy jugando.
—¿Para eso estás aquí no? —dijo Garrett serio—¿Quieres que te digamos en dónde está el fruto? Pues ahí tienes la respuesta.
—¡No, no es verdad! —interviene el nativo— Garrett ¿Qué crees que haces?


Al juzgar por la actitud tomada de su hijo Haytham puede ver que sus palabras son ciertas, y si bien no debe estar totalmente seguro, y no deja de ser sospechoso, podrían intentar buscar ahí. Además ya tenía sus ojos puestos en ese lugar. Sabía que ocultaba algo.  Y esto solo confirma sus sospechas.

—¡¿Qué están haciendo?! ¡Maten a esos malditos! —Ezio apenas siendo capaz de ponerse en pie reclamaba. No podía permitir que los dejen libres.
—Muy bien —asintió Haytham— Pero tú vienes con nosotros. —dirigiéndose al líder Asesino.
—Por supuesto.

Connor viendo a Garrett y a Haytham no sabía que pensar. Pero frunció el ceño y sujetó al asesino de su brazo antes que pudiera irse.

—¡No te dejaré ir! —gruñó.
—Sé lo que hago. —miro los ojos del nativo queriéndole decir algo con su mirada, y se soltó esperando que lo entendiera.


Ezio llegó a dónde descansaba el cadáver de Aveline para cargarla en sus brazos, viendo después como los Templarios y el líder Asesino subían a sus caballos para encaminarse al Bar. El joven italiano, esforzándose por caminar cargando a su fallecida chica, se aproxima a dónde está Connor, lleno de dudas y preguntas.

—¡Connor, ve tras ellos!
—¿Por qué Garrett los está llevando al escondite? —sonando molesto.
—¡Será un traidor! ¡Vamos no puedes permitirlo, ve a detenerlos!. Prometo ayudarte, solo dame un momento, me despediré de Aveline. —volteó a mirar el rostro de una Aveline sin vida—La dejaré en algún sitio dónde pueda…

Suena un caballo correr. Ezio se percata que Connor se ha ido a toda prisa en caballo.

Ha recordado que Charlotte se encuentra sola ahí, y ya no confía plenamente en Garrett, ahora le preocupa más la joven asesina. Probablemente nunca debió confiar en un Asesino.

Con un silbido como señal, Garrett indica a sus hermanos que asechaban desde los tejados, para que desciendan sobre los Templarios. Una emboscada, algo que Haytham y Charles no esperaban, así que tiran de las riendas para detener sus caballos, y bajan de ellos esquivando los intentos de asesinatos aéreos que hacían los asesinos. Garrett aprovecha la distracción para seguir adelante, yendo más rápido, para llegar al Pimienta Negra. Sin embargo son unos Maestros Templarios, y no les tomo mucho tiempo acabar con las vidas de los Asesinos en la batalla, aunque ya por los años que cargan sus cuerpos, se veían agotados, no tenían un rasguño, y volviendo a montar sus caballos ahora con más coraje se dirigen al Bar.
Connor iba a todo galope como podía entre las calles de Nueva York, llamando la atención de la gente, y guardias que lo veían pasar a toda prisa. Y cuando pudo divisar a lo lejos a los Templarios como jinetes, estos dan vuelta por una calle, y Connor se apresura espoleando a su caballo, levantándose un poco de la silla, para con su arco apuntar sin detener su caballo hacía ellos. Dirige su flecha como un proyectil, y esta atina al hombro de Charles quien con un quejido pierde un poco el control de su caballo quedándose atrás. Haytham enseguida se da cuenta de esto, y da un giro para buscar el responsable del ataque, viendo como su hijo viene hacía ellos. Los guardias que vigilaban los techos y una escolta que pasaba por ahí, descubren el ataque del salvaje al Templario, y rápidamente se atraviesan bloqueándole el paso al caballo de Connor. Él se detiene forzadamente y ve como Charles se extrae la flecha, luego Haytham retoma su camino, siguiendo los dos adelante. Furioso, observa que los guardias le están apuntando todos enfilados con sus armas. “Apunten…” El comandante de la hilera de soldados que le impedían el paso empezaba a dar la orden de disparo. “¡Fuego!”
Disparan todos a la vez quedando humo en sus cañones, y Connor se vio obligado a usar su caballo como escudo, viendo como este se derrumba con un relinche al suelo de piedra. De inmediato pone su Tomahawk en mano y avanza contra los guardias, haciendo gala de su experiencia en batalla, cortándole a uno el cuello, golpeando con su codo a otro de atrás, usando el mosquete largo de otro guardia para golpear a otro más y emplear el cuchillo de esa misma arma para matarlos. No podían siquiera tocarlo, acabo con todos, viéndolos muertos en el suelo, y respirando agitado, guardo su hacha y se dispuso a correr, trepando por las paredes hasta los techos, lo más veloz que sus piernas podían ir, Charlotte estaba en el escondite, y ellos iban hacía allá, o capaz ya habían llegado…

Dejando sus caballos afuera del Bar. Es Haytham quien se acerca primero a la puerta del sitio, sin perder su tranquilidad y elegancia tan distinguida. Pero Charles se descontrola, y soportando su hombro perforado por el flechazo, aprieta sus dientes arruga el ceño y al entrar agarra una silla de madera y la arroja a la pared.  Alarmando a algunas mujeres que estaban por ahí, deteniendo a los músicos y a quienes bailaban, alarmando a Hannah y al Señor Johnson.  Los borrachos no prestaron mucha atención.
—¡¿Aquí hay asesinos?! ¿En dónde están? ¡Díganme en dónde se esconden! —alzó la voz.
—Charles, por favor… —toca su brazo con sus dedos, y se adelanta yendo despacio hacía la barra dónde el señor Johnson y su hija atendían ganándose todas las miradas.

Hannah con sus ojos muy abiertos se aleja y su padre se mantiene firme.

—¿Qué es lo que quieren señores? —les pregunto el señor Johnson.
—Verá, se nos ha informado que… en este lugar, esconden algo muy valioso. —habla Haytham con seriedad— Le agradecería mucho si me conduce a dicho sitio. —sonríe tajante.

Charles limpiándose todavía la sangre de su cara con un trozo de tela aguarda.

—Me temo que su información es incorrecta señor. —responde.

Haytham siente algo filoso en un costado, alguien está detrás, un Asesino, y sin moverse mira por encima de su hombro, con el rabillo de su ojo puede ver que se trata de Garrett, cubierto de su nariz y boca con esa tela color blanca al igual que toda su túnica. Busca a su lado a Charles, y este también está siendo amenazado por otro Asesino. Arno.

—Vaya, vaya, sí que estaban preparados. ¿Caímos en la trampa? Pero esto solo me asegura que realmente aquí esconden algo ¿O no es cierto?
—No creo que vivas para averiguarlo. —susurró Garrett a su oído.

La chica pelirroja vistiendo su túnica blanca de asesina, corría y corría a través de uno de los túneles de los Asesinos, cargando en sus brazos la caja en dónde guardaban el fruto del Eden, debía estar lejos del alcance de los Templarios. Y se apresuraba para cumplir su misión; esconderlo en un lugar seguro. Jadeando alcanza unas escaleras de madera para subir a la superficie de la tierra y salir por uno de los escapes.
Mientras tanto Connor con la fuerza de un empujón derrumbó la puerta del Bar y se encontró con un enfrentamiento. Razón por la que su tremenda entrada no atrajo miradas. La mayor parte de la gente había huido, Hannah y el señor Johnson permanecían en una orilla del Bar muy asustados presenciando la pelea entre los Templarios y Asesinos. Salpicaba sangre, y al paso de su lucha rompían mesas o tumbaban las sillas. Connor tenía la tentación de ayudar a los Asesinos, por lo visto Garrett no era un traidor, y aunque no entendía mucho quería darle una mano, pero antes debía asegurarse de que Charlotte estuviera con bien, se dirigió a la puerta que lleva al pasillo encaminándose al escondite Asesino. Viéndolo solo, y oscuro ya que habían apagado la fogata de la chimenea, buscó con sus ojos todo su alrededor sin ver rastros visibles de la presencia de Charlotte.

—¡Charlotte! ¿Dónde estás?

Inquieto se fijó en el suelo, se agacho y gracias a su habilidad de rastreador, por ser un espléndido cazador, pudo encontrar las huellas de Charlotte. Dándose cuenta de que no hace mucho pasó por ahí, al no encontrar señales de sangre o alguna batalla, sabe que está con bien. Y aunque debería quedarse a ayudar a los Asesinos, la dueña de su vida, era para él más importante. Así que se dispuso a seguir sus huellas, y entro por uno de los túneles.

Cuando la chica salé del túnel y cierra la puerta de madera bajo sus pies. Se encuentra en un callejón de la ciudad, y protegiendo la caja con sus brazos, avanza más despacio cuidando que no hubiera guardias cercas o algo extraño. Algo cayó de golpe frente a ella. Un cuerpo…de un Asesino, y está muerto, lo que le indica que algún guardia, o templario está cerca, de inmediato busca cubierto tras una pared, agachándose sin soltar la caja. Alguien cae sobre sus pies, y escucha como esos pasos, unos pasos delicados, y sonando como si usara tacones, viene hacía ella, cierra sus ojos y su puño, preparándose para matar a quien fuera.

—Anda, sal de ahí, sé que estás ahí. Asesina… —la voz de una mujer.

Tras unos segundos de silencio, Charlotte con sus ojos encuentra una ruta de escape, es justamente otro pasillo. “No debes ser vista por nadie” Recuerda lo que le dijo su líder. Y cuidando el sonido hasta de su respiración, trata de deslizarse cuando una mujer pelirroja al igual que ella con una vestimenta muy ajustada salta enfrente de ella.

—¿Qué tienes ahí?


Al escuchar bien su acento, puede deducir que se trata de una extranjera. Una francesa, para ser exacta. Y uniendo sus cejas Charlotte se pone de pie dignamente viéndola a los ojos. Detecta que lleva una cruz de los Templarios en  el cuello de su chaleco azul.









.

1 comentario:

  1. tecate titanium oxide / 10k gold | TiG
    Rating: titanium money clip 5 titanium grades · ‎3 reviews urban titanium metallic · ‎$39.99 micro touch titanium trimmer · remmington titanium ‎In stock‎Metal oxide · ‎Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder-Powder

    ResponderEliminar

¡Gracias por leer!. Puedes comentar no importa si no tienes Blog, comenta como Anónimo, o pon tu nombre y el link de cualquier pagina, ahí te da opciones el Blog. Recuerda tus comentarios son gratificantes e importantes para mi :)