miércoles, 27 de noviembre de 2013

Teengears [ Atrapados ]




Capitulo.- 17         —Atrapados—






Sin tener idea de donde han salido estos agentes, y sin saber el por que los apuntan con su armamento. Se mantienen inmóviles y asombrados viendo esos rostros que los rodean.

—Vengan con nosotros. —ordena con voz aspera uno de ellos.
—¿Qué? ¡¿Por qué?! —reclama Jake sin poder librarse de la situación.
«Como me gustaría en este momento, contar con el invento de Break para desaparecer de aquí y transportarme a la nave... ¡Maldición!»

Edric y Maria enmudecidos y siendo dóciles les siguen el paso a los agentes, saliendo del "centro de encapsulado" Y como Jake se resiste usan con el una "inyección de desmayo" en su brazo. Cargándolo en el hombro del más fuerte y musculoso del grupo.
Suben a una nave redondeada que volando los lleva a Alaska en minutos. Ahí donde se encuentra la "concentración del Haarp" Directo al laboratorio mas grande del mundo. Cancelan el movimiento libre de sus manos con un aro de luz que aprieta sus muñecas uniéndolas a su espalda. Reaniman a Jake y los obligan a hincarse en el piso, dentro de una oscura y fría habitación levemente iluminada por un techo que simula tener luz propia. En silencio y aguardando algo peor, miran abajo y sus oídos captan el sonido de una puerta corrediza abrirse y unos pasos de alguien aproximarse. En un abrir y cerrar de ojos todo el cuarto se ilumina hasta los rincones, una luz tan blanca que daña un poco los ojos de María, Jake y Edric, hincados de rodillas ante el hombre más poderoso, más inhumano y más repudiado por María. Gerard.
Apoyando su mano en la bola de oro de su bastón, que fijándose bien tiene la forma tallada del planeta tierra, los mira con amargura y eleva su barbilla.

—Te mantuvimos vigilada... señorita María. Creo que... hice bien. —enfoca su vista en Edric y Jake—Díganme ¿Quién es ese tal Break del que hablaban? ¿Y que son los Alienbots? ¿Realmente es lo que pienso?

Tanto Jake como Edric no se atreven a verlo a los ojos y muchos menos a responder. María dice todo con su mirada, lo ve tan directa y profundamente, como queriéndolo desaparecer de su vista con solo mirarlo.

—¿Será que ustedes tienen que ver con el Alien que vimos aquella ocasión? —espera que contesten pero solo hay silencio— ¡Hablen! ¡Tendrán que hablar! ¡De aquí no se irán hasta que respondan! —frunciendo el ceño.

Camina hacia ellos y con la punta de su bastón alza la barbilla de Jake obligandolo así a ver sus ojos.

—Dime... ¿Dónde esta tu líder? ¿En dónde se refugian?. Ya lo se todo, lo he escuchado todo, se lo que traman. Entonces, ustedes son los que manejaban ese Alíen... ¿Dónde esta ese Break? ¡¿Donde esta su estúpido equipo?!

Retira la punta del bastón, usándola para golpear su mejilla que enrojece y es visible un rasguño por donde sangra una gota. Jake con sus ojos cerrados indignado, esboza una sonrisa de lado.

—No te diré —musita.

María y Edric lo observan asustados y preocupados, casi temblando, no son capaces de hacer algo.

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La neblina invade el salón de entrenamiento completamente vacío. Ni Lea, ni Seungri pueden ver algo entre la densidad creciente de neblina que cada vez es más visible, volviendo invisible el cuerpo de su compañero. Apeas pudiendo ver sus propias manos con esfuerzo. Son un equipo pero en medio de esta blanca y espesa neblina ¿Como pueden saber donde esta el otro?.

—¡Seungri no te alejes de mi!
—¡No puedo ver nada! ¡¿Dónde estás Lea?!

No quieren moverse, pero inevitablemente extienden sus manos con el deseo de tocar a su compañero, si es que esta cerca.

—¡No bajes la guardia en ningún momento! ¡Conoces a Steve!
—¡Ya lo sé!

El sonido de un petardo pasar rozando como un rayo por su espalda, hace que ambos agudicen su oído. Comienzan a ser atacados por petardos que no explotan, sin embargo pueden lastimarlos. En su contorno envuelto en neblina no pueden ver absolutamente nada, pero claramente escuchan los petardos voladores que cortan el aire con su velocidad. De un lado a otro, de arriba a abajo, Seungri y Lea con agilidad y facilidad los evaden y esquivan.
Guiándose por su audición, Lea percibe que un petardo se dirige directamente hacia ella, y brinca tan alto que casi toca el techo, doblando sus piernas se abraza a ellas y en giros cae firmemente con los pies en el suelo, y retrocede estando alerta cuando siente que su espalda se encuentra con otra. Exaltando sus ojos es incapaz de ver algo detrás de ella, sigue escuchando los petardos por todas direcciones.

—¡Soy yo Lea!
—¡Seungri!
—¡Hagamoslo juntos!

Seungri enlaza su mano con la suya. Y sus oídos captan que una gran cantidad de petardos vienen contra ellos.

—¡Corre! —grita el chico.

Echan a correr tomados de la mano, tan veloz que aún si no hubiera neblina sería casi imposible distinguirlos, y con sus pies trepan por la pared hacia arriba dejando que los petados se claven en el muro y aterrizan con sus manos unidas y sin una gota de sudor, respirando con control. Tanta practica, tantas pruebas, los ha hecho casi expertos, han mejorado y pueden ser aptos para un enfrentamiento, y eso Steve lo sabe, aunque no esta muy seguro.
El silencio se adueña del lugar, el ruido de los petardos ha desaparecido, junto con la blanca neblina que se despeja en todo su alrededor. Sus miradas se cruzan y al notar que siguen tomados de las manos Lea es la primera en apartar su mano, mientras Seungri exhibe una sonrisa placentera. Unos aplausos flojos que hacen eco llaman su atención y pueden visualizar a Steve, con ese semblante frío, e inexpresivo tan común en el, y con ese traje negro con cuello que todos usan. Deja de producir su desganado aplauso estando delante de ellos.

—Cuanto han mejorado. Me impresionan, jamas creí que lo lograrían. Una vez más, Break tenía razón —cruza sus brazos y los mira con desdén.
—¿Ya podemos irnos? —cuestiona Seungri inquieto.
—Y en equipo... —continua Steve restándole importancia a Seungri.
—Tenemos hambre Steve. —protesta Lea viéndolo desinteresada.
—Primero vayan a hacer sus ejercicios finales.

Los jóvenes resignados, soportan su hambruna para cumplir con sus ejercicios, yendo al centro del salón. Del micro dispositivo en  la oreja de Steve, se escucha la voz de Break.

—Steve, Jake y Edric ya tardaron y tengo un muy mal presentimiento de esto.
—Seguro Jake fue a ver mujeres y por eso es que tardan. —a simple vista parece que Steve habla solo, ahí en pie y cruzado de brazos.
—No lo creo.
—Bueno, es tu culpa por confiar en esos dos. —alza una ceja como solo el puede hacerlo.
—No se en que estaba pensando.
—Ya es muy tarde. ¿Qué piensas hacer?
—Preparémonos para iniciar con nuestra estrategia.
—¿No crees que es muy precipitado? ¿Como van los Alienbots?
—Ya están listos... ¿Y Lea y Seungri?
—Tendrías que verlos tu mismo. De todas formas, recomiendo enviar un androide espía justo como ibas a hacerlo desde un principio.

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Han mantenido el silencio, han mantenido el secreto. A pesar de los golpes dados, de los gritos, de los maltratos, Jake y Edric se niegan a revelar la ubicación del refugio. Aún con la amenaza de muerte no cederán ante el enemigo, no tienen miedo.

Aprisionados junto con María, en un cuarto de la prisión subterránea del laboratorio, en la espera de su juicio. Dependiendo de lo que decida o sea la voluntad de Gerard, será su destino. No saben si sobrevivan después de esto, o siquiera del frío que corre por las celdas viejas y que claramente no han limpiado desde hace años, hay mucho polvo por todas partes, las telarañas forman parte de la "decoración". ¿Aquí han aprisionado a otras personas antes? Aunque ahora esté vacío. Está muy oscuro, no hay luz, ni una pizca, todo es negro. A Edric y Jake los han hecho cambiar su ropa, a una vestimenta que parece trapos a comparación, ya que notaron que la otra era mas resistente. En su piel quedaron las señales de golpes, rasguños y heridas que son visibles mas no demasiadas. Solo María sigue con su abrigo, bufanda y botas en perfectas condiciones, sin contar el intenso frío que le cala hasta los huesos. Los tres tiemblan descontroladamente. María no deja de castañetear y aunque no puedan verse, saben que están juntos y pueden escucharse. Siguen atados de sus muñecas.

—B-Bien, ahora les creo... —logra articular María abrazándose asi misma en el suelo— Ellos... ya habían visto un Alienbot y a sus amigos. ¿Pero por qué ayudarnos? Su época esta en la misma situación ¿No es cierto?
—Es una larga historia —responde Jake en voz baja—Pero resumiéndola. En este año, inició el dominio Haarp. Supuestamente aquí el Haarp es más débil que el de nuestro tiempo. Nosotros probamos nuestro sistema para bloquear el Haarp justo cuando recién fue activado a nivel mundial, pero... no funciono. Sin embargo ocurrió algo que nos sorprendió. —hace una pausa sin poder ver nada, como si estuviera ciego— Hay dos jóvenes que son inmunes al Haarp y por alguna razón, son sobrehumanos aunque ellos no lo saben, son dos joyas, dos héroes que pueden salvar esta época y quizá la nuestra, por eso... por eso estamos aquí.
—Inmunes... —susurra casi incrédula.
—Pensamos... —terciando Edric con voz débil—Que su inmunidad y poder se debe a nuestro sistema, sin embargo con nosotros no funcionó así cuando lo probamos. Ellos son especiales... por decirlo así.

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Sentada frente a la pared de cristal que le permite ver el panorama del oscuro océano. Lea espera a que Zafrina la visite como todos los días. Con un rostro sereno y adormilada, es casi arrullada por un encantador susurro proveniente de entre las aguas de afuera, un rumor tan suave de unas voces que coreaban a lo lejos, un canto divino que no entiende pero parece que viene del cielo. Tan profundo tan envolvente, que logra embelesarla y vaciar complemente su mente. Sin duda es el canto de una multitud de Sirenas que están a determinada distancia pero sus voces alcanzan ligermanete los oídos de Lea, cautivándolos, y llenándola de placer.

Seungri contempla la extensión del jardín artificial, desde el grueso tronco de un árbol al que ha subido. Inevitablemente extraña a su madre, hermana, amigos, el cielo... todo. En sus rasgados y ojerosos ojos se acumulan lágrimas que jamas saldrán.

Estos dos... ¿Son las joyas? ¿Los héroes de los que habla Jake? ¿Verdaderamente están preparados?.

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Han organizado una importante reunión en la sala de juntas en el laboratorio del Haarp. Los miembros más relevantes de la asociación hacen presencia ante Gerard.
Informándoles con lujo de detalle sobre la "amenaza" de la que se ha enterado recientemente. Discuten sobre el caso, cuando Edward Glen un hombre maduro pero con el cabello bien oscuro y barba bien crecida, eleva más su volumen de voz dirigiéndose al líder.

—¿Qué ganaremos si los asesinas? Los que se encuentran ocultos de todos modos vendrán. ¿Piensas esperar a que te den una sorpresa? —apoya sus brazos sobre la mesa y enlaza sus dedos— Encuentra la forma de hacerlos hablar. Tienes que saber en donde se esconden, que ni siquiera el radar los detecta. ¿Es acaso en la luna? ¿En otro planeta? Descúbrelo.
—Han resistido a la tortura en la que los hemos sometido —Gerard, toca con sus dedos la frente como tratando de pensar más a fondo— Tal vez... —clava su mirada entrecerrada en la mesa.

Un par de agentes custodiando a Gerard entran en el cuarto donde María, Jake y Edric, están prisioneros. Con el sonido del tronar de dedos. Gerard hace que se encienda una luz blanca que alumbra la pequeña habitación de cuatro paredes, piso cubierto de polvo y la vieja puerta de hierro.
Los ojos de los tres casi se queman en un segundo, por la repentina luz que los invade. Viendo otra vez el rostro de ese malvado hombre que esta vez trae en sus manos algo que Jake y Edric reconocen de inmediato.

«El sistema del Haarp portátil... » Piensa Jake con el ceño arrugado, examinando con su visión el aparato cuadrado de la mano de Gerard.
»Esta cosa hace la misma función del Haarp a menor magnitud. Funcionando individualmente. Este maldito... »

—Como dicen —suena la voz de Gerard— Si no quieren por las buenas —hace una pausa y sonríe— Será por las malas ¿No es así?.

María no comprende muy bien que puede hacer con esa clase de mecanismo que trae en sus manos. Pero al juzgar por las miradas de Jake y Edric, no es nada, nada bueno.
Los agentes permanecen en su sitio, vigilando hasta  sus más mínimos movimientos, en tanto Gerard se aproxima lo suficiente a ellos, sin dejar esa sonrisa malintencionada.

—¿Saben que es esto, no chicos? Seguro ya lo saben —pasando su mirada a uno y a otro.
—¡Ni lo intentes! —espeta Jake enfocando su mirada airada en Gerard.

Edric agacha su cabeza sin poder verse su rostro por el cabello que cae por enfrente.

—Ustedes me han obligado a llegar a esto chicos. ¡Ah claro!... todo puede cambiar si me responden la pregunta que les hice en un principio ¿La recuerdan cierto? —alza sus cejas observándolos.
—Vete a la mierda... —masculla Jake sin verlo.

María dirige su mirada a Jake lamentando que haya dicho esas palabras.
Con una señal de su mano Gerard manda sus agentes a Jake. Lo patean ahí tirado en el suelo, es golpeado con las pesadas botas de los agentes y se levanta el polvo del suelo. Soportando los golpes, apretando sus dientes y parpados. Edric y María solo pueden escuchar sus gemidos de dolor.

—¡Déjenlo en paz! —exclama llena de amargura María con su cuerpo vibrando de alteración— ¡Ya déjenlo! —con voz quebrantada.
—A ver, suficiente muchachos. —les ordena Gerard— Bien, ya que ni tú. —mira a Edric a su único ojo verde que deja ver— Ni tu amigo, van a responderme.


Con un movimiento de sus dedos les indica a sus agentes que traigan a Jake a sus pies. Teniéndolo arrodillado ante él. Gerard toca el suelo con una rodilla para alcanzarlo y esbozando una sonrisa, le enseña el dispositivo del tamaño de su mano.

—¿Me dirás? ¿O quieres que te sacrifique?.

Por unos segundos Jake mantiene fija su mirada tan cargada de odio que no hacían falta palabras para expresarlo.
Se atreve a escupir en la cara de su interlocutor sin importarle nada. Gerard con asco cierra sus ojos y con una mueca de indignación y claro disgusto, limpia su rostro con la manga de su traje blanco. Acto seguido sujeta a Jake de su cuello oprimiendo un poco.

—¿Sabes que puedo matarte ahora si quiero verdad? —gruñe frunciendo el entrecejo.

Jake aprieta sus labios y desafiante lo observa a los ojos. Edric y María se alarman siendo simples espectadores.
Sin soltar su cuello Gerard lleva la mano en la que tiene el dispositivo portátil, contra el pecho de Jake y al tocarlo con este mecanismo el aparato se abre y con unos tubos como si fueran las patas de una araña se aferra a su cuerpo. Jake queda como paralizado, con un rictus de dolor. Gerard sonríe con malicia viendo como todas las venas de su cuerpo se hacen visibles brillando en color azul, desde las más gruesas a las más delgadas, todas puedes verse en azul brillante, como electricidad corriendo por su cuerpo.

«Así que en él, si se instala el Haarp. ¿Por qué en aquellos jóvenes no funcionó?.» Se pregunta en la mente Gerard. Recordando que cuando capturaron a la joven rubia y el joven asiático, no quiso aceptarlos el sistema Haarp, llevándolos por esa razón a estudios más avanzados. Este descubrimiento lo confunde un poco, pero sigue admirando como el Haarp se posesiona de Jake, en cuestión de segundos.
Atónitos y boquiabierta, María y Edric contemplan a Jake.

—¡No! —grita Edric casi sin aire, viendo como su amigo es sometido al sistema portátil del Haarp— ¡Deténgase por favor! —suplica Edric adelantando su cuerpo, intentando ponerse en pie con sus manos atadas a ese cable de tensión que brilla azul.

Los agentes reaccionan y enseguida lo sujetan impidiéndole el moverse. María baja su mirada y cierra sus ojos.

—Es muy tarde. Tu amigo ha sido dominado por el Haarp. Su mente se ha alterado, se ha activado en su totalidad el "caos" que hay en su cerebro. —retira el aparato y se incorpora.


Jake con sus ojos cerrados se derrumba al suelo cayendo sobre su costado.

—Imposible... —murmura Edric— ¡Regresalo a la normalidad! Yo... le diré donde se encuentra mi equipo. ¡Es más! Lo-Lo llevaré a ellos. ¡Se lo juro! Pero...

Jamas había hablado tan fuerte pero en un tono nervioso común en él.

—¿Seguro? —inquiere Gerard viéndolo directamente.
—¡Si! —afirma con seguridad y desesperado— «Break, perdóname...»
—Muy bien.

María detecta que Jake empieza a levantarse del piso lo que la alarma, sabe como se comporta una persona en la primer etapa del efecto Haarp, lo ha visto en los noticieros. El miedo se apodera de ella.

—¿Pero que pasa con Jake? —Edric mira a su amigo que se ha puesto de pie más les da la espalda—¡Rápido! Desactive su efecto...

Gerard solo muestra una sonrisa amplia y Jake se vuelve a ellos con una mirada diferente, y descontrolado toma como objetivo a María. Emitiendo gruñidos, de forma salvaje se lanza hacia ella con la intención de matarla con sus propias manos, pero los agentes intervienen y lo detienen. Por más que forcejea Jake e intenta morderlos, no podrá soltarse de los agentes. Ya no es Jake.

—Lo siento, no puedo hacer eso. —Lleva su mano a su barbilla rascando sus canas que empezaban a crecer otra vez— Si desactivo el Haarp todo se acabaría ¿Sabes a lo que me refiero?.

María desde el suelo, le pone toda su atención a Edric. El solo baja su mirada y muerde su labio inferior para evitar el llorar con prepotencia como deseaba hacerlo. Recuerda que Break una vez le dijo Jamas debes mostrar debilidad. ¿Pero ahora que puede hacer?.

—De cualquier forma, me guiaras a donde se encuentran, si no lo haces la chica terminará como tu amigo ¿Eso quieres? —enarca una ceja viéndolo con postura altanera.

De un respingo, María voltea a ver a Gerard. Nunca sintió tanto miedo por ese sujeto. Realmente tiene poder.

—¡No ella no!... ¡A ella no la metas en esto!. Te llevaré a ellos... —intimidado observa con ese único ojo que mostraba a Gerard.
—Perfecto. Chicos, suéltenlo y déjenlo con nuestra señorita María a solas —con ironía sonríe.
—¡No! Que... María venga con nosotros —intercede Edric temblando.
—Vaya, vaya ¿Tan rápido ya son buenos amigos? —eleva sus cejas con una sonrisa— Muy bien, como sea, lo que quiero es que en verdad me lleves a ellos ¿De acuerdo?
—Si señor... —Agacha su cabeza resignado.

No tiene escapatoria. Se ve obligado a obedecer al enemigo, aunque Jake sea caso perdido, ya no volverá a ser el mismo, solamente si  el Haarp es destruido. Lo han dejado encerrado, solo, en aquella prisión, gritando, enloquecido y ansioso por salir a matar a alguien. María y Edric, rezan en su interior para que Jake aguante y no termine por hacerse daño asi mismo, acabando con su propia vida.

Edric los deja subir en su nave, en la misma con la que llegó junto a Jake. Les explica por que deben viajar en ella, para llegar al refugio. Gerard, acompañado de cinco soldados junto con la bella mujer piel canela que fascinada por presenciar una autentica nave o "platillo volador" como le llamaban, también sube pero se mantiene junto a Edric. Vuelan a la velocidad de la luz, llegando a la superficie del mar indicado.

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Una figura blanca nada en la oscuridad del océano. Es Zafrina, con sus enormes y destellantes orbes vislumbra que lentamente la nave de los amigos de Lea desciende, pero logra percibir que algo maligno trae consigo. Rápidamente se escabulle y llega a la pared de cristal en donde encuentra a Lea.

—Lea, es una emergencia. Algo terrible se avecina —sonando en eco.
—¿Qué? ¿A que te refieres? —se acerca más al vidrio y le pone atención, intrigada.

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El androide de apariencia masculina y muy real que ha enviado Break, nadaba yendo al objetivo, no necesita respirar, pero se detiene detectando que uno de sus dos objetivos esta muy cerca. Busca con su mirada, divisando que la nave bajaba sobre el lentamente. Se dirige a ella programado para cumplir con su misión.

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Saranghae Oppa! [ Sumido en la oscuridad ]





Capitulo.- 41   —Sumido en la oscuridad—




Con las miradas de todos los presentes encima. Gdragon se ve obligado a decir algo... dar alguna explicación. Sin embargo de sus labios no pueden salir palabras, es inútil. Buscando un refugio de la situación tan ácida, cruza su mirada con la de Cat, la cual no le inspira tranquilidad, al contrario, lo que lo hace mirar su fino calzado, totalmente atrapado y sin salida. 

El lloriqueo de Kiko es lo único que se escucha, con ojos lacrimosos observa a Gdragon esperando su respuesta teniéndolo en la mira. 
Nadie se anima a consolarla o sacarla del camino al altar. Todos están tan perplejos e intrigados que apenas parpadean. 
La reputación de Gdragon cae por los suelos. ¿Es realmente creíble lo que dice Kiko? Se pregunta Cat y algunos otros. Basta con mirar como esta llorando tan abiertamente cargada de sentimiento, no parece estar actuando, se ve tan real. —Si es que actúa lo hace esplendido— Todo es tan incierto para Cat, pero, lo que mas le duele es el silencio de Gdragon ¿Por qué no ha dicho nada? ¿Por qué mira el suelo como asumiéndolo todo?. Eso... de verdad le duele. Un golpe de resentimiento ataca el pecho de Cat, fluyendo lágrimas de sus grandes y hermosos orbes azules maquillados. Se va llenando de amargura y de dolor, que no resiste más y se echa a correr, levantando la falda de su vestido de novia para que no le estorbe al huir. 
Huir de esa humillante, vergonzosa y dolorosa escena, de la que no desea más ser participe. 
Gdragon se percata del sonido de sus tacones alejarse, y la capta con su mirada atónita. Esto es... lo que temía que Kiko pudiera hacer. Estropearlo todo. Ni siquiera deseaba ver a esa mujer tan mentirosa y falsa. Sus ojos se mantienen en la silueta blanca de Cat, que cada vez, va más y más lejos. 

—¡Cat! 

Consigue gritar. Pero Cat hace caso omiso a su llamado. 
Luna se remueve de su lugar y sigue con su mirada a su hermana queriéndose levantar para seguirla, pero Taeyang sujeta su muñeca impidiéndole el moverse. 

—No Luna. Deja que ellos lo solucionen. —murmura. 
—Es... mi hermana. —mira sus ojos con intensidad.
—Lo sé, pero...

Los ojos de Taeyang captan un movimiento y detecta a su amigo corriendo por en medio, para llegar a la puerta y salir de la iglesia, yendo tras de Cat. 

—Mira... 

Luna alcanza a ver como sale Gdragon, y después ve como entre Choice y Teddy ayudan a incorporarse a Kiko tratando de calmar sus sollozos. 

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Antes de que Cat pueda terminar de bajar los escalones de fuera de la Iglesia. Gdragon la toma del brazo y la atrae hacia el haciéndola subir de nuevo. 

—¡No puedes irte Cat! ¡Espera! ¡No hagas esto! —vocifera llevándola a un rincón seguro donde nadie pudiera verlos. 

Sin soltarla, mira sus ojos con suplica y angustia. Los ojos de Cat están arrasados en lágrimas. 

—No... no puedes permitir que Kiko te engañe.—su voz tiembla— Es Kiko Cat. Ella y Chaerin son casi iguales. 
—¡Entonces! ¡¿Por qué no dijiste nada?! ¡Anda! ¡Quiero ver que vayas ahí y aclares todo! 

Gdragon muerde sus labios y baja su mirada. 

—¿No lo harás verdad? —viéndolo con ojos cristalinos— ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué es verdad cierto?! 
—¡No es cierto! 
—En ese caso. ¡Demuéstralo! —lo empuja con su mano. 

La aprieta entre sus brazos como queriéndole decir así... todo. Cat se resiste a abrazarlo, no debe hacerlo, esta muy molesta y lastimada, un simple abrazo no cambiará las cosas. No es suficiente. 

—Arregla... —articula Cat con la frente contra su hombro— Las cosas con Kiko. Demuéstrame que dices la verdad. Hasta entonces... tú y yo... volveremos a intentarlo. 
—¿Qué quieres decir? 
—Esto se acabó Ji yong. Hasta que me lo demuestres con acciones, volveré a ti. 

Aunque le esta hablando en su idioma a Gdragon le cuesta entender. ¿Lo está diciendo en serio? ¿Acaso este es el fin?. 

—¡Se un hombre y enfrentalo! —exclama Cat con voz ahogada. 

Se aparta de su cuerpo, apresurándose con el sonido de su taconeo dirigiéndose a un auto donde el chófer contratado le abre la puerta. 
El chico sale del rincón y la ve irse en aquel auto con un embrollo en su cabeza y en su corazón. Está estupefacto e incrédulo, esto no puede estar sucediendo. Se supone que este día sería perfecto y el mejor en toda su vida. Pero de repente se volvió gris y vació... muy, muy vació. 
Siente un peso en su hombro y al volverse ve que es la mano de su gran amigo acompañado de Luna. 

—Ji... —con un gesto interrogante. 
—Yo... —se acerca a él con debilidad y sus ojos medio cerrados, avanzando a paso lento— Yo... necesito... —se balancea como si sus piernas perdieran fuerza. 

Taeyang se apresura a sostenerlo antes de que caiga, parece apunto de desmayarse. Luna toca con sus dedos sus labios muy preocupada, quiere saber a donde se ha ido su hermana, pero Gdragon no luce nada bien. Ha perdido color, sus ojos su brillo, sus labios están pálidos y su mirada tan vacía. 
Taeyang lo sostiene en sus brazos.

—¡Ji! ¡Ji! ¡Man respóndeme! —lo sacude un poco sin obtener respuesta. 

Los ojos del líder se cierran. Todo había ido siempre bien, todo... iba tan bien, pero tan repentinamente, todo... se vino abajo.

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Sobre una cama en el Hospital, Gdragon descansa siendo contemplado por Luna, en tanto Taeyang afuera de la habitación de reposo habla con el Doctor que atendió a su amigo. 

—Sufrió presión baja, a causa de algún Shock repentino que experimentó. Estará bien, solo necesita descansar aquí unas horas, hasta que su organismo se estabilice. 
—Muchas gracias Doctor. 

Taeyang se dobla un poco en modo de reverencia y el Doctor devuelve el gesto con educación. Retirándose. 
Después entra a la habitación parándose a un lado de Luna, y en eso detectan que su amigo ha abierto sus ojos, pero apenas pueden distinguirlo.

—Man, le avise a tus padres, quizá vengan en camino... —le informa Taeyang.
—No... ¿Por qué lo hiciste?. Ya... déjalo así. —con un hilo de voz. 
—¿Quieres que le avisemos a Cat? —pregunta. 

Los parpados de Gdragon se cierran y no se mueve, ni abre sus labios. 

—Youngbae... dejémoslo descansar. —toma su mano—Tú muy bien debes imaginar lo que pasó —le susurra al oído. 
—Vendremos por ti en cinco horas más. Según nos indicó el Doctor... podrás ir a casa. —aviso su amigo antes de salir. 

Gdragon no dijo más, y es que le ha recordado a Cat y lo ocurrido. Su mayor desgracia, su mayor dolor. 
Lo que daría por volver a hablar con Cat, por volver a abrazarla, apenas han pasado dos horas y siente que han sido dos siglos. Pero debe complacerla, debe hacer lo que dijo: Demostrarlo, enfrentarlo, ser un hombre. No ignorarlo, ser indiferente, si no, solucionarlo. ¿Podrá?.

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Los padres de Gdragon tienen bastante que decirle a su hijo sobre Kiko y quieren preguntarle ¿Qué pasó?. Pero al pedir informes de la ubicación de su hijo, la chica de recepción les dijo que por ahora no pueden verlo. Está descansando y les pidió que vuelvan más tarde cuando este mejor. Yéndose llenos de rabia y guardándose todo, con amargura. 

Cuando Taeyang y Luna van por Gdragon. El recibe llamadas insistentes de sus padres que no se digna a contestar, no esta de humor y sabe muy bien la razón de su insistencia e interés. Y por ahora, no quiere escucharlos. 
Les contó todo a Luna y su amigo, usándolos como un perfecto medio de desahogo, que no es suficiente. Cat se ha ido y ha dejado un profundo hueco en su corazón ¿Cómo llenarlo otra vez? ¿Cómo mitigar tan abrumador dolor? 

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Por la noche, invita a Taeyang y Seungri a uno de sus "Bar" favoritos. Es muy espacioso, elegante y cómodo, las mesas, paredes y suelo, junto con la barra de bebidas, todo hecho con madera, pintada de un color vino reluciente. Del techo cuelgan candiles de espejos y cristales diminutos, iluminando tenuemente el oscuro lugar, lo que más resalta es la barra a cierta distancia de ellos, en donde un par de hermosas chicas Coreanas atienden. 
Gdragon esta terminando su sexta bebida, y los primeros efectos del alcohol ya son presentes. Seungri también esta bebiendo sin moderación, solo Taeyang mide sus tragos y apenas esta terminando la primera, probablemente no termine la segunda. Ya hace tiempo desde la última vez que se reunió este trío para disfrutar de una noche juntos como buenos amigos. 

—¡Mujeres! ¡Así son Hyung! —eleva un tono de voz barrido Seungri— ¡Solo dale más placer y la tendrás rendida a tus pies! —suelta una carcajada que resuena, y le resulta exagerada a Taeyang. 
—¡No, no, no! —responde Gdragon visualmente ebrio y sin soltar el vaso medio lleno— ¡Imposible... Cat es imposible! ¡Y sin ella todo es así! Imposible... —lleva el vaso a su boca para beber más. 

Taeyang sonríe al notar que su amigo esta muy enamorado de Cat, y Seungri sonríe sin razón todo el tiempo. 

—Sin ella no podré con la gira. Habrá que cancelarlo todo. No puedo más. —de golpe deposita su vaso en la mesa y enjuaga su rostro con sus manos como queriendo despejar así su malestar interno. 
—Hey man, cálmate. Todo irá bien ¿De acuerdo? —le habla Taeyang y cambia de lugar a su lado para darle suaves golpeteos a su espalda queriendo confortarlo. 

Se escucha la risa incontrolable de Seungri atrayendo la atención de Taeyang. 

—¡Todo es una locura! ¡Te digo que las mujeres son así! ¡Kiko me pidió un hijo y yo se lo di! ¡Y la ingenua de mi Minhoo no lo sabe! —sigue riendo— ¡Pero con un par de orgasmos que le provoque esta a mis pies! —no para de reír. 


Lógicamente Seungri esta borracho y si no estando asi, habla de más. En este estado es peor. Escupió lo que no debía, y aunque Gdragon no le presto atención, aquello que dijo deja boquiabierto a Taeyang. ¿Cómo puede Seungri ser tan idiota? ¿Y solo pensar y fijarse en sexo? ¿Como pudo ayudar a la arpía de Kiko a conseguir lo que deseaba?. Atar a Gdragon con algo tan bajo como eso. Pobre de Gdragon, pobre de Cat. 

No basta con compadecerse, tiene que actuar. 

—Ya vengo... Voy con esas chicas de haya —Gdragon señala con su dedo, balanceándose un poco. 
—No, mejor vámonos man. 

Taeyang lo agarra del brazo y se levanta, obligándolo a ponerse en pie.

—¡Hey, hey, hey! ¡Déjame! ¡No soy un niño! ¡Aún es temprano!

Su aliento apesta a alcohol pero Taeyang puede con eso. Se trata de su amigo y no lo dejará caer. 

Forzosamente lo lleva a su camioneta dejando solo a Seungri, quien no desea seguirlos, si no ir hacia las chicas que Gdragon había apuntado y darles a probar sus labios, boca y lengua sabor alcohol. 

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Como esperaba. Su amigo recargado a un costado pegado a la ventana, se queda profundamente dormido. Taeyang sobrio, conduce, llevándolo a su casa, mientras reflexiona y analiza la información que posee. 
«Kiko, está embarazada de Seungri, Minhoo no lo sabe, supongo que nadie aparte de mi, Seungri y Kiko... Entonces...»
Acelera, sonando el motor. Ninguna sacudida, ni ruido, despertará al durmiente de su amigo.

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Luna ha hablado con su hermana, quiere convencerla de que le de una oportunidad a Gdragon. Recordándole como es Kiko pero nada de lo que dice parece cambiarla ni un tantito.
Mientras Taeyang y Gdragon realizan su ejercicio matutino en el Gimnasio de la YG. Luna y Cat platican en la cafetería tomando un exquisito café. Lógicamente Cat esta ahí, por que su hermana se lo pidió, pero en cuanto regresen el par de amiguitos, ella se marchará.


—El te ama y lo sabes. ¿En serio crees que el sería capaz de algo así?.. Cat. —con suma seriedad Luna deja su vaso especial para café sobre la mesa y apoya sus brazos cruzados encima de la madera— El debe estar sufriendo, estoy segura que tú igual. —ladea su cabeza y alza las cejas viéndola directamente a los ojos—Lo noto en tu mirada...
—¿De que lado estás Luna? —en un tono áspero— Ya le dije lo que tiene que hacer, si quiere recuperarme.
—¿Por qué le pones condiciones Cat? ¿Por qué haces esto? ¿No lo amas? —arruga su entrecejo con preocupación.
—Tú eres la persona menos indicada para darme algún consejo, o decirme lo que debo hacer.—espeta— Si no hubiese ido por ti Young bae. ¿Dónde estarías ahora?... Tú si haces lo que quieres.
—A ver... eso no tiene nada que ver con todo esto.
—Entonces ya cállate. —masculla— El dice que me ama, pero no soluciona nada. ¿Estas diciendo? Que debo seguir con el, aunque la zorra de Kiko se entrometa todo el tiempo con la intención de separarnos, y que sus padres y todo el mundo me vean como la mala. ¿Eso quieres?
—Solo trato de decir que... si no pueden con esto juntos, nunca podrán con lo que venga después. Si realmente se aman...

La voz de Taeyang gritando "Luna" en un tono encantador hace que Luna se levante de su asiento y Cat se vaya enseguida sin mirar ni a su hermana, Taeyang y Gdragon. Evita el verlos y se larga.
El corazón de Gdragon se retuerce, y Taeyang con un abrazo vuelve con Luna provocando que Gdragon sienta una pizca de envidia, hacia la escena amorosa.

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—¡Ni crean que me casare con Kiko!

Remarca alzando su dedo hacia sus padres. Gdragon voluntariamente ha ido a casa de sus padres, para dar el primer paso. Hará hasta lo imposible por recuperar a Cat, no hay nada que le importe más ahora que eso, ya ni siquiera "La gira" pasa por su mente.

—Es increíble... —baja su dedo y cruza sus brazos—Que crean tal barbaridad. Confían más en ella que en su propio hijo ¿cierto?. ¿Por qué? ¿Por qué tanta obsesión con ella? ¿Por qué tanta obsesión en que estemos juntos? —resalta sus ojos al verlos.
—Ya te habíamos dicho... que desde que esa occidental esta contigo, tu haz cambiado tanto. Cuando estabas con Kiko nunca nos levantabas la voz, ni nos decepcionabas. —fija su mirada en el su madre— Aparte Kiko es perfecta para ti, es japonesa, viene de buena familia...
—Solo eramos amigos.—articula elevando el tono queriendo dejarlo claro— ¿Y ustedes que clase de padres son?
—Hijo... debes reconocer tu error —tercea su padre— Y tomar tu responsabilidad ¿Que acaso no viste el daño que le ocasionaste a Kiko? Como lloraba... dudo que este mintiendo.

Gdragon se restriega el rostro con su mano y resopla muy fuerte.

—Muy bien, no me creerán. —baja el volumen de voz y tocando su frente mira el suelo— ¡¿Quieren pruebas verdad?! Con pruebas si me creerán... «¿Como demonios sacare pruebas?... »

Esta claro que esta empezando a delirar, enloquecer. Sus padres le complican el asunto.
La discusión continua y por lo visto no tiene fin, hasta que Gdragon decide irse, es evidente que con la que tiene que hablar es con Kiko. ¿Pero como? ¿Cómo hablar con esa necia mujer?.

Appa YG lo llama, necesita revisar algo con el, sobre el grupo. Cuando al entrar a la YG puede ver apunto de salir a TOP siendo acompañado por Cat quien le ayudaba a cargar unas bolsas llenas de cartas y obsequios de sus fanáticas.
Top al ver frente a sus ojos a su líder, se detiene para saludarlo con una sonrisa muy ligera.

—¡Hey Ji! —eleva su mano.
—Ah... hola Hyung. —hace un esfuerzo en ver los penetrantes ojos de Top, y no los de Cat.
—¡También llegaron muchos regalos para ti!
—¿Ah si? Genial... —sin muchas ganas y apenas sonriendo.

Sabe que es momento de despedirse y seguir su camino, no tiene que hacer enojar a Cat, pero sus piernas están tiesas y no puede moverlas. Una serie de suposiciones pasan por su mente sobre el ¿Por qué esta con el? No puede evitar sentir muchos celos. Top sabe lo incomodo que ha de ser para ellos, y estando por despedirse, la voz de Cat se lo impide.

—¡¿Qué pasa Top?! Ya vámonos, dijiste que tenías prisa. —visualiza a Top frunciendo el ceño y sosteniendo sin esfuerzo esas pesadas bolsas.
—Si... —responde Top y sin más continúa siendo seguido por Cat.

Ella pasa del hombro de Gdragon como si no existiera, tan indiferente, tan fría, tan doloroso.

—¡Espera! —Gdragon se vuelve para verlos muy inquieto.

Top deja de caminar y Cat también, pero con un rostro encendido al arrugar el ceño, como si la voz de Gdragon haya sido un tipo de fósforo que prendió la mechita que hará explotar de furia a Cat.

—¿Por qué están juntos?


Se le resbala de su lengua. Y ya no puede corregirlo. Cat lo mira directa y profundamente. Su mirada indica que con un cabello que le toquen, estallará. Top se ve en la responsabilidad de esperar a que Cat diga algo, o calmarlos si la situación así lo requiere.

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

NarutOneechan [ Tocando un corazón ]





Capitulo.- 6       —Tocando un corazón—





Akane estaba poniendo en practica un tipo de estrategia. Es muy difícil ver los ojos del asesino de su madre y fingir una sonrisa, pidiendo que sea su maestro. Incluso era repugnante, amargo, pero algo si tiene bien claro; No se rendirá. 
Entre los frondosos árboles del bosque. Deidara relaja sus facciones y cierra sus ojos. 

—No. —responde en seco. 
—Pero ¿Por qué no? —con una mueca de incredulidad— De verdad quiero aprender. Ser tan fuerte como tú. 
—Olvidalo. —le da la espalda y retoma su camino—¿En serio crees que mi Arte es tan fácil de aprender? ¿Algo que tú puedes aprender? Já... ni en mil años. 
—¿Por qué?... —le sigue el paso.

No obtiene respuesta. Lo mejor es callar, por ahí ha escuchado que si hace enojar a Deidara le irá muy mal, por lo que se limita solo a caminar a su espalda. Decepcionada y pensando muy adentro ¿Como le hará para vencerlo? Si es un Akatsuki muy fuerte. 

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Imposible... completamente imposible evadir a Sakura. No le queda más que revelarle a la novia de su amigo, donde había ido Naruto. De lo cual Sakura no estaba informada en lo más mínimo. Kiba intimidado retrocede dos pasos cerrando sus ojos, ya se esperaba su reacción. 

—¡¿Por qué no me aviso ni me dijo nada?! —grito muy alto, con una venita saltada y totalmente enrojecida de su rostro— ¡¿Como pudo irse así nada más?! —le reclama como si tuviera la culpa. 
—N-No lo se Sakura-chan... tal vez no quería meterte en problemas. —una gotita aparece en su cabeza indicando nervios y miedo. 
—¡¿Problemas?! ¡El es quien se mete en problemas todo el tiempo!

En ese momento es como si Sakura fuera diez veces más grande que Kiba. La potencia de su voz retumba y lo hace temblar. 
Tras unos segundos se calma un poco, aunque no deja de fruncir el ceño y cruzar sus brazos. 

—Pero ¿Cual fue la razón para que Akane-chan decidiera dejar la aldea?. —enarca una ceja— Creo que... Naruto ya me había contado que ella tenía problemas, que no dejaba de pensar en venganza por su madre o algo así, pero... ¿Akatsuki? Por Dios, es tan peligroso, ellos son muy fuertes. 

Kiba permanece callado y más tranquilo. Sakura ya no daba miedo. 


—Entonces adelante Kiba... —lleva sus manos a su cadera con firmeza—¡Vamos con ellos! ¡Seguro necesitarán ayuda!. De paso reprenderé a Naruto por no avisarme antes. —esbozando una sonrisa. 
—Eh... como te dije Sakura-chan. Akamaru esta con ellos, y... la verdad sin el yo no soy muy bueno en el rastreo. Además, tengo una misión más tarde. Lo lamento, no puedo ir contigo, no puedo ayudarte. 

Miente. No quiere acompañarla, por la promesa que le hizo a Naruto. Prometió que guardaría el secreto, lo mejor es dejarlo así. 

Sakura arruga más el ceño y las venas se vuelven a notar. 

—¡Kiba! —vocifera. Sabe que miente. 
—¡No Sakura, espera! 

Le estampa su puño con fuerza en su cara mandándolo a volar, descargando toda su furia en él. Aún así Kiba no le ayudaría, aún así Sakura no estará tranquila. No le queda más opción que esperar. 

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El velo de la noche a cobijado el cielo. La luna esta en lo alto. En algún punto del bosque sonaban el choque de Kunais que provenían de un enfrentamiento ninja. Naruto y Sasuke contra un grupo de ninjas de una aldea cercana que claramente es enemiga de la hoja. Sus bandanas los delataron, pero no les importo, lucharon aunque pudiera parecer injusto seis contra dos. Akamaru era un refuerzo aunque sin Kiba no puede hacer gran cosa. Por eso mismo habían consumido todo su shakra y toda su energía, el Sharingan de Sasuke no había servido mucho, los tipos saben bien como manejarlo. Ahora solo deben acabar con dos ninjas del grupo, casi pueden saborear la victoria. Aunque estaban por demás exhaustos y hacen un esfuerzo en seguir peleando. Uno, otro ataque, sangre... más sangre, y el par de Shinobis de la aldea enemiga se derrumban en el suelo. 
Sasuke y Naruto jadeando, con sus ropas rasgadas en ciertas zonas empapadas de sangre y con algunos rasguños y golpes. Se mantienen cabizbajos un minuto, tratando de recuperar el aliento. 


—¿Cuando... —musita entre jadeos Sasuke— Cuando encontraremos a Akane?

Akamaru descansa tirado en el suelo con la lengua de fuera. 

—Muy... —brota de los pálidos labios de Naruto—Muy pronto... Sasuke. Aguanta, ya casi, estamos con ella... 
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —se endereza viéndolo a su costado—¿Que tal... si cuando la encontremos esta muerta? ¿No lo haz pensado? —retiene su respirar— ¡Ay que apresurarnos! —suelta el aire y le da un ataque de tos retrocediendo hasta que su espalda toca el tronco de un árbol. Mira la mano con la que se cubrió y puede ver una mancha de sangre. 
—Ese golpe que recibiste en tu estomago te destrozo por dentro ¿Verdad?... —preocupado se acerca a su amigo y lo observa detenidamente— ¿Estas bien? 
—¡Bah, esto no es nada! —agacha su cabeza recargado en el árbol— Estaré bien. La que me preocupa es Akane. 
—¡Ella está perfectamente! —exclama Naruto con seguridad sonriendo y frunciendo el ceño— ¡Y ya casi estamos con ella! ¡¿Verdad Akamaru?! —voltea a ver al perro. 

Akamaru contesta con un corto y afirmativo ladrido. 

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Sintiendo el sol sobre ellos. Naruto y Sasuke descubren una abertura entre dos grandes rocas cerca de una montaña. Según el olfato de Akamaru adentro se encuentra Akane. Deducen que esto podría ser el escondite o punto de reunión de Akatsuki. 
La mano de Naruto toca la roca y su mirada se mantiene fija en la abertura. 
«Podría ser. Este espacio entre las rocas es lo suficiente amplia para que un cuerpo promedio pueda entrar.» Analiza Naruto en su mente.
A Sasuke le impresiona un poco la seriedad que exhibe su amigo. Y enfoca su visión en el "pasillo" de entre las rocas.

—Tenemos que entrar para asegurarnos, pero, no podemos exponernos. —mira de reojo a su amigo— Es Akatsuki ¿Qué tal si alguno de ellos o toda la asociación esta ahí adentro?
—Entonces...

Con sus manos Naruto hace el sello del "Jutsu" y de repente en una nube de humo aparece un clon. Después voltea a ver a su clon a los ojos y asiente dándole así la indicación de que entre y haga lo que tiene que hacer.
Esperan afuera mientras Naruto mantiene una conexión con "su otro yo", quien se integra a las rocas para vigilar su interior en su lugar.

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Al principio Deidara creyó que Akane no hablaba en serio, cuando le expresó su interés por el Arte que hace. Pero Akane se ha esforzado y cada que tiene la oportunidad elogia las figuras de arcilla explosiva que elabora. En una ocasión intentó robarle arcilla para ella intentar imitar su Arte, lo que no logro, Deidara tiene sus sentidos muy despiertos. Sin embargo comienza a creer que en efecto esta chica ama su Arte y eso le agrada... le agrada tanto que lo hace sentir feliz aunque no lo demuestre, incluso lo emociona. A alguien le gusta su Arte y lo está demostrando.
Según parece están apunto de llegar con uno de los "Bijus", ese mismo que Pain les encargo que capturaran. Una misión que sin duda es pan comido para Deidara. Y aunque Akane no quiere admitirlo, se siente segura y protegida con un Akatsuki tan fuerte a su lado. Es como si, verdaderamente le esta empezando a interesar no solo su Arte, si no todo de el. De cuando en cuando ella sacude su cabeza para despejar esos pensamientos que la hacen ruborizar, sabe que esta mal, el asesinó a su madre y ella tiene que hacer lo mismo con él. Cada que la solida voz de Deidara se dirige a ella su corazón brinca incontrolablemente.

A punto de llegar a la aldea de la roca, en donde se supone que se encuentra escondido el "Jinchuriki", vienen recuerdos de la infancia a la mente de Deidara, es su antiguo hogar. Puede divisar la aldea en donde probablemenbe vive aún su hermana y personas que son importantes para él. Muy en el fondo, sus entrañas se retuercen por el odio que siente, ha sido obligado desde niño a unirse a Akatsuki, y no puede volver atrás por más que quiera. Ante todo su Arte es más importante, y en su aldea no puede realizarlo. Akatsuki le permite exhibir su Arte en su máxima expresión libremente.

Al ya no percibir el sonido de los pasos de Akane, se detiene para voltear a buscarla con su mirada. Akane a unos pasos de distancia, se ha quedado atrás.
Revuelve con sus manos, la esponjosa tierra de rodillas, parece una niña jugando con la tierra, lo que provoca que Deidara arrugue el ceño y una venita brote de su sien.

—¡Oye tú! ¡¿Que crees que haces?! ¡No hay tiempo para tonterías! —camina hacia la chica de cabellos carmín.

Ajunta la tierra, amontonándola formando un bulto y sigue rascando la tierra suelta para hacer más grande ese bulto.

—Ya que Deidara-sensei no quiere darme un poco de su arcilla y enseñarme sus jutsus, yo lo haré sola. —sonríe frunciendo el ceño. Un gesto muy similar al de su hermano.

Con una sonrisita malintencionada. Deidara se mofa de lo que dice y hace la chica.

—¡Já! Haz lo que quieras, yo iré a llenar de Arte esa aldea. Si, será mejor que te quedes aquí a admirar mi Arte. —alza su mirada hacia la aldea— Es una buena vista desde aquí, hm... —un reflejo de luz en su mejilla demanda atención y lo obliga a mirar abajo.

Akane con una masa de shakra que concentraba entre sus manos, trata de unirla a su bulto de tierra para que se mezclara y pudiera darle forma como hacia Deidara con su arcilla. A pesar de su esfuerzo y concentración que hasta la hace sudar, lo único que consigue es deshacer el montón de tierra y que la masa de shakra se disipe.

—Yo... quiero hacer arte como Deidara-sensei. —cabizbaja oculta una sonrisa maliciosa de la vista de Deidara.

Deidara suelta una carcajada burlándose de ella.

—Sin boquillas en tus manos jamas lo lograras. Mira —extiende ambas manos para que vea las boquillas de sus palmas que mostraban su lengua— Sin esto jamas podrás... olvídalo. —sonriendo.
—¡Oh! ¡No lo había notado! —con sus ojos bien abiertos Akane se levanta y con sus pequeñas manos sucias coge una mano de Deidara.
—¡Hey! —perplejo e inmóvil la observa.
—¡Es asombroso sensei! —mira fijamente la boquita que parece mantener una sonrisita.

Deidara suda en frió con un rictus de perplejidad sintiendo su corazón vibrar. «Aléjate... ¡Aléjate!»
Akane pone su mejilla contra la mano de Deidara, y la frota con sus ojos cerrados.

—Tan suave —susurra con sus mejillas incendiadas de verdad.
—¡Basta! —aparta su mano de ella con un sonrojo leve y el entrecejo fruncido—¿Quien te crees?... Eres una tonta. —indignado aprieta su puño frente a el, amasando y le arroja una arañita explosiva siendo impulsivo.

Akane retrocede y asustada no hace mas que cerrar sus parpados teniendo la figura de arcilla frente a su rostro.

—¡Explota! —indica Deidara con un sello en su mano.


Resuena la detonación a determinada distancia de él. Por dentro su corazón se hace trizas. ¿En verdad fue capaz de lastimarla? ¿Por qué? ¿Acaso es un monstruo?. Es la primer chica que actúa así con él... es la primer chica que admira su Arte... es la primer chica que lo hace sentir así.

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lunes, 4 de noviembre de 2013

Teengears [ En riesgo ]





Capitulo.- 16          —En riesgo—





¿Inútil?. Es lo que una y otra vez se pregunta en su mente. ¿De verdad es un inútil?. Quiere cambiar, quiere convertirse en ese héroe que el mundo en este momento necesita. Realmente... quiere serlo.
La venda que cubría sus ojos ha sido arrancada de la forma más violenta. Por primera ocasión lo que han dicho de él, le ha dolido.
Todo este tiempo, ha evitado a sus compañeros, se ha mantenido encerrado en su dormitorio sin olvidar el alimentarse, dormir y asearse bien. No puede descuidar su persona.

Break, ha dejado ir a Jake con Edric a la "misión". Ocupándose de su papel como líder, se dispone a ir por Seungri hasta su dormitorio, necesita saber ¿Qué ha pasado con él?. Quien sabe, tal vez ya se suicidó o algo así, lo que inevitablemente resulta algo alarmante.

—Seungri... sal de ahí.

Eleva gradualmente su voz ante la puerta.

—¿Por qué siempre eres tan infantil?...
—Aquí estoy Break.

Lo escucha atrás de él. Break inmutable se vuelve para verlo directamente y con autoridad.

—Ya deja de jugar y ocúpate en el entrenamiento. —alza su barbilla sin apartar su vista de los ojos ojerosos del chico.
—¡Ah si!... lo acabo de hacer. Ahora estamos en descanso breve.—esbozando todo el tiempo una sonrisa brillante— Justo venía a mi dormitorio, para relajarme un poco.
—Menos mal...

 «No se que le sucede... ¿Me estará mintiendo?. Bah... no tengo tiempo para jugar con este niño.»

—Ya no molestes a Lea. —ordena mirándolo con recelo, algo incrédulo pasa a un lado de el para irse.
—¡Si! —enérgico y con una ancha sonrisa. Se limita a solo verlo marcharse.

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Examinaron y exploraron todo el país en dos horas; no habían cambios, todo sigue igual. Y para no levantar sospechas, Jake y Edric bajan de la nave en un campo abierto, muy cerca a la ciudad de Nueva York . Posteriormente, emprenden su camino a pie.
Estando en medio de edificios y las vías por donde circulaban autos flotantes y de diseño redondeado, que no necesitan gasolina, solo la energía solar. No encuentran a tanta gente a su alrededor, solo unos cuantos, que paseaban viéndolos con indiferencia. Lo que les indica que es seguro el hablar y analizar más a fondo esta ciudad.

—Aún no puedo creer que Break te haya enviado conmigo, como si yo fuera un niño que no puede hacer solo la misión. —lo mira con el rabillo del ojo al andar— Tal vez, la cerveza le afectó. ¿Tú?... —emite una risa burlona— No puedo creerlo. Se le olvido que tú eres el más inseguro y tranquilo del equipo. ¿Tú que puedes hacer?. —sonriendo ampliamente.
—Jake... —evita el verlo— So-Solo recuerda, lo que hay que hacer y enseguida hay que regresar. No busques problemas, ni mujeres por favor. —con voz muy baja y serena.
—Si, si, si. Eso ya lo sé. —lleva sus manos a la nuca y enlaza sus dedos atrás, caminando así con los ojos cerrados. Sin darle valor a las palabras de su compañero.
—B-Bien. —revisa a sus lados— Según veo... la gente sigue estable. Entonces la vida en Estados Unidos sigue su curso.

Siente un golpe contra su hombro y reacciona algo asustado viendo atrás. Pueden ver una espalda femenina pero bien abrigada alejarse. Parece llevar prisa.

—Oh ¿Quién es ella? —cuestiona Jake sin poder dejar de verla.
—Jake... por favor. Te lo ad-advierto —toca con su índice el micro dispositivo de su oreja— Cualquier cosa, le avisaré a Break.
—¡Mira es Break! —señala el cielo fingiendo asombro—
—¿Qué? —se distrae.

Jake, en un ágil movimiento le roba su comunicador y lo guarda en el bolsillo del pantalón. Edric da un respingo observándolo como espantado.

—Devuélvemelo.
—No. Y ahora... creo que tenemos tiempo de averiguar. ¿Por que esa chica se veía triste y apresurada?. —se lanza a seguirla, buscándola con su mirada.
—Jake. No puedes hacer esto. —intenta levantar el volumen de su voz.


No le queda más, que ir tras su compañero. Jake, la detecta a lo lejos y la mantiene en la mira, guardando su distancia al perseguirla y siendo muy sigiloso. Se puede decir que Jake es todo un maestro en el espionaje. Es él a quien Break enviaba a espiar, cuando se habían separado de la asociación.
La desconocida chica los conduce a un "Centro de descanso encapsulado"; así le llaman a un gigantesco edificio que tiene la forma muy similar a la mitad de una naranja, y su exterior lo cubre una capa metalizada que relucía por el sol. Ahí dentro, descansan los difuntos de la ciudad.

—Jake, Jake... —lo llamaba Edric casi en un susurro, yendo tras él muy preocupado.

Su compañero voltea a verlo con el ceño levemente arrugado y pone su dedo índice tieso en sus propios labios, pidiéndole que guarde silencio con un chasquido muy común.
Se adentran hasta las entrañas del lugar. Sintiendo una pared en su espalda, Jake se asoma en la orilla, divisando a la chica que da vuelta y entra a una de las cámaras de encapsulado.

—Vamos. —cuidando su tono de voz. Jake se adelanta.

María contempla un minuto lo que le rodea. Es un cuarto lo suficientemente grande, con retratos de su pelirrojo novio en las paredes, algunas pertenencias del mismo bien acomodadas en las estanterías. Un delicioso aroma a flores que penetra en su nariz, la calma. Son todas esas que ella misma le llevo para decorar y darle más alegría al sitio. Las esferas de iluminación que flotan en el aire, le permiten ver el centro de la cámara. Ahí, sobre un bloque de escaleras, esta la cápsula de Tim a su medida y colocada como si fuera un sarcófago; viéndolo así parece que esta de pie. Lo puede ver a través del cristal que deja admirar su cuerpo sin descomposición. —la cápsula se encarga de eso— Así que ahí esta él, con un rostro apacible y parece que duerme tranquilamente, se ve tan vivo, con la diferencia de que no respira. Pero esta intacto, conservado, como si en cualquier momento abrirá sus ojos y saldrá de esa cápsula para abrazarla otra vez. Casi parece vivir todavía. ¿Por qué? ¿Por qué la tecnología aún no puede revivir personas?.

—Se que te prometí venir más temprano. Vine lo más rápido que pude. —acaricia con su mano su coleta que cae sobre su hombro. Sus ojos no pueden dejar de ver el rostro de su amado difunto— Te extraño... Tim. Te extraño tanto. —con voz ahogada por el sentimiento que hace a sus ojos brillar— Tú... ya no puedes escucharme, pero... —toca con sus dedos el vidrio que le impide sentirlo— El verte así... el hablarte así. Me da un poco de consuelo. —levanta una comisura como sonriendo con dolor— Es como si... tú sigues aquí y...

En la puerta abierta. Jake y Edric quedan muy atentos. Sin poder acercarse más.

—Asi que era esto, por lo cual ella tenía prisa, y estaba triste. —murmura Jake.
—Que triste... —desciende su vista— Mejor vámonos. —lo mira un momento— Dejémosla sola Jake. No la molestes.
—Mira. —abre de más sus ojos dirigidos a la chica.

María ha abierto la cápsula de donde se libera un vapor fresco y con aroma a menta.

—Bésame Tim... bésame. —susurra.

Se pone de puntillas para alcanzar los labios fríos pero suaves de Tim, fundiéndose en un beso. Y casi involuntariamente su corazón enloquece y su cálida mano coge la helada mano de Tim.
No puede irse sin sentir su abrazo. Ella misma sostiene los brazos de Tim, cargándolos en sus hombros y acomodándolos de modo que parezca que abraza su cuello, y se acerca mas a él como puede, con sus brazos doblados y manos tocando los costados del cuerpo de Tim. ¿Esta loca? Quizá... pero, para el amor es normal.


—Mira nada más. —se cruza de brazos Jake algo envidioso— Ella prefiere ir abrazar y besar a un cadáver frío y sin gracia. Estando yo acá. —observa a Edric— Dime ¿En que mundo vivimos mi buen Edric?.
—Esta no es tu época, y esta no es tú misión... Jake. Mejor vámonos. —da media vuelta y se dispone a retirarse.
—¡Hey, hey, hey!... ¡Tranquilo pequeño! —de un tirón lo arrima a él— ¿Dime cual es la prisa?.

Se olvidan de cuidar el tono de su voz, al creer que al estar ella envuelta en un abrazo, y sumida en sus sentimientos, no iba a escucharlos. Pero los oídos de María, captan voces, lo que la alarma de inmediato, y dejando a Tim en su lugar, cerrando su cápsula. Se gira y descubre al par de completos desconocidos discutiendo.

—¡Oigan! —les grita molesta y baja los cuatro escalones.


Jake y Edric se detienen a verla. Y creen que sería muy estúpido el huir, por lo que permanecen inmóviles dejándola que se aproxime a ellos.

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En el salón de entrenamiento. Steve con algo en su mano que parece programar, prepara la siguiente prueba. En tanto Lea y Seungri, se colocan los sensores en ciertas partes de su cuerpo que al tener contacto con su piel, relucían con una pequeña y tenue luz.

—Lea quiero que me perdones. —articula tranquila y sinceramente Seungri a su lado.

Callada pega otro sensor en su muñeca. Dejándolo hablar.

—De verdad, lamento haberte... —mirándola.

Sus miradas se encuentran y Seungri calla unos segundos hasta que Lea aparta su vista.

—Por favor.
—Esta bien. Olvídalo ¿quieres?.

Una sonrisa de satisfacción aparece en Seungri.

—Ya no te dejaré que vuelvas a hacerlo. —añade viéndolo detenidamente.
—Oye. Eso quiere decir ¿Qué dejaste que te besara? —su sonrisa crece más hasta mostrar sus dientes.

Lea aprieta sus dientes con una expresión de disgusto, cuando Steve llega a ellos.

—¿Y ahora que pasa?... —levanta una ceja viéndolos— ¿Van a pelear entre ustedes? ¿O van a pasar la siguiente prueba juntos? —extiende su brazo y su índice apuntando al centro del salón— Quiero que vayan y se pongan a prueba ¡Ya!.

Sin decir nada los jóvenes obedecen su "orden" y caminan hacia donde les indica. Steve niega con su cabeza mirándolos con desaprobación.
Seungri en estas últimas pruebas del día ha conseguido sorprender tanto a Lea como a Steve. Está participando más, esforzándose más, habla menos, actúa más y ya no juega ni hace ninguna broma. Sin lugar a dudas ha cambiado. Y eso inevitable y casi involuntariamente le agrada a Lea. Ya no se siente sola, ni con toda la carga encima. Ahora, siente un apoyo, una ayuda, ahora en verdad puede decir que son un equipo.

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—Tengo un mal presentimiento.

Habla en voz calmada pero segura, Break. Terminando los Alienbots con Greg y Derek. En la sala especial para los robots.

—Ah... Lo sabia... —Derek detiene sus manos y con una sonrisa lo mira— Sabia que te arrepentirías de enviar a ese par de atolondrados a esa misión.
—Bueno... no exactamente. Hay algo más. —sin dejar de trabajar en el mecanismo del Alienbot en sus manos. Ajusta y prepara las armas de ataque que les implantaron, muy concentrado.
—¿Algo más? —cuestiona el rubio angelical de Greg interesado y con una serena sonrisa, aunque también centrado en lo suyo.
—Si... es verdad que fue un error enviar a ese par. Quizá... pero, presiento que algo malo pasará. Me gustaría saber con exactitud que es.
—Oh mi Dios... —de manera sarcástica, Derek vuelve a su labor revisando los implantes de defensa y ataque del Alienbot que le tocaba.
—Si te da pendiente. Yo puedo ir a donde estén Jake y Edric, para verificar que todo este en orden y... podría quedarme para ayudarles con la misión. —se ofrece Greg sonriente pero sin verlo.
—No. Ya siendo dos son demasiados. ¿Cómo la estarán pasando? Jake es bueno en espionaje, pero es tan rebelde, y Edric... —suelta un suspiro profundo— Son tan torpes. «Mejor hubiera enviado al androide, yo tengo que vigilar el trabajo con los Alienbots. Creo que ya es muy tarde. »

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En el cuarto de reposo de Tim. María los revisa visualmente de arriba abajo, encontrando un tanto extraño su atuendo. Sus cuerpos enfundados de un pantalón y camisa con mangas, y hasta el cuello, con un material por lo visto resistente, pero ligero, completamente en negro y en los hombros, codos, rodillas, muñecas y cuello los cubría una especie de armadura delgada de plata lisa. ¿Qué son?.

—¿Desde cuando están aquí? —con una expresión interrogante, tomando su distancia de ellos.
—Hey mujer relájate. No te haremos daño. —Jake acerca su mano como si quisiera tocarla.

Edric permanece enmudecido y mirando el piso, su flequillo café impide ver su rostro, mientras pellizca por nerviosismo su manga izquierda.

—¿Por que visten así? —tratando de ignorarlos— Raros. —se encamina a la puerta para salir.
—¡Oye! ¡Espera! —va tras ella Jake, seguido por su tímido compañero.

María al saber que la persiguen acelera el paso casi huyendo de ellos con temor.

—¡Váyanse! —les grita recorriendo el pasillo del sitio.
—¡Sabemos todo sobre el Haarp! ¡Y también como vencerlo! ¡Tenemos un ejercito bien preparado! —exclama yendo tras ella queriendo desesperadamente llamar su atención.

Incrédula, María no puede evitar el reírse de lo que dice. Ni se detiene para verlo.

—¡¿En serio?! ¡¿No me digas?! ¡Par de locos!. ¡El Haarp es invencible aceptenlo!

Vocifera sin dejar de caminar apresuradamente. Da vuelta en otro pasillo y desciende en un elevador donde también bajan Edric y Jake. Al tocar el piso más bajo ella echo a correr y Jake sin rendirse sigue su ritmo.

—¡Se que suena a una locura y es difícil de creer! ¡Pero puedo demostrártelo! ¡Por favor, escúchame!

A un paso de salir del edificio hace un alto y lentamente se gira para verlos suspirando.

—No puede ser. —resignada, se cruza de brazos prestándole atención— Adelante, te escucho.
«Si no, no me dejará en paz. »
—Primero tienes que saber de donde vengo y cual es nuestro plan.
—Jake... no creo que sea buena idea. Déjala ir y vámonos —musita detrás de él.
—Tú calladito amigo... —viéndolo de reojo con una leve sonrisa.

María enarcando una ceja lo escucha atentamente. Jake le resume todo. Revelando que vienen del futuro, aún dominado por el Haarp. Contándole sobre su líder Break. Los Alienbots y lo que planean hacer para destruir el Haarp. Dejando a María con una mueca de incredulidad, muy perpleja.

—¿Y crees que yo te voy a creer ese cuento?. Te felicito, te haz inventado algo muy bueno en tan poco tiempo.
—Deberías creerme. ¿Te gustaría recuperar la libertad del mundo? ¿Que todo sea como antes?

Responde con silencio, mirando a otra parte para evitar su mirada.

Ha dado justo en el clavo. Ese es el más profundo deseo de María, lo que la hace recordar sus luchas con su grupo de manifestación. Ese deseo se ha intensificado desde que el sentimiento de venganza frustrada nació en ella. Lo que hace a su corazón vibrar. Quiere responder: ¡Si, claro que si!. Pero no puede hacerlo. Mantiene su boca cerrada cual labios de cera.

—Si es así. —continúa Jake— Deberías unirte a nosotros.
—Jake... —apenas lo toca con su codo. Bastante preocupado e intranquilo.
—Yo...

Tan pronto como logra articular esa palabra la chica. Cinco agentes del Haarp salen detrás de los muros, y puertas del sitio, rodeándolos.
Jake, Edric y María quedan atónitos y como congelados. Es inesperado, y peligroso ¿De donde salieron? ¿Por que están aquí?.

—¡No se muevan! —espeta uno de ellos y los cinco los amenazan con sus armas de láser.


Están alarmados pero no lo demuestran. Han caído en la red y  no pueden escapar. Están atrapados, están en graves problemas.

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