viernes, 27 de diciembre de 2013

HILO ROJO [ Capitulo 1 ]





                     Capitulo.- 1




Las llantas de la camioneta blanca de José ruedan por las calles de San Pedro, Monterrey. Van en camino a la fiesta de uno de sus amigos, que está cumpliendo años.
Es fin de semana, y aunque tengan mucho tiempo libre, falta poco para que empiecen a trabajar en su nuevo material discográfico, por lo que tienen que aprovechar para divertirse ahora, que es posible.

El cielo ha oscurecido pero aún es temprano. Cuando al doblar una esquina, estando a unas cuadras de llegar a su destino, una mujer joven de cabello claro, quien distraída viendo el suelo no se percata de la venida de la camioneta. Cruza por enfrente obligando a José a pisar de golpe el freno escuchándose el rechinido que hace a la chica sobresaltarse y ver el auto con sus ojos muy abiertos.

—¡Fíjate güey! —grita Ricardo desde atrás.

 Muy indignado José espera a que la chica reaccione y se mueva para poder seguir su camino. Pero la chica está inmóvil, aún asustada lo que provoca que el calor en José incremente y arrugando el ceño golpea con su mano el claxon tres veces.

—¿Por qué no se mueve? ¿Esta idiota o qué?

Empieza a perder la paciencia.

—Tranquilo güey, está asustada, ya se tendrá que ir. —intenta calmarlo Jorge, sentado a un lado de Ricardo.

Segundos después, la chica sigue ahí  hurgando en su bolso como buscando algo, para finalmente extraer un inhalador. Siente una opresión en el pecho desde que se llevó el susto, así que se apresura a usarlo pero se le resbala de sus manos cayendo al pavimento.
Atrás de la camioneta de José se detiene otra y pueden escucharse los pitidos de la persona que protesta.
La chica ignorando todo aquel alboroto ya que no puede respirar bien a causa de su padecimiento. Mira como su inhalador rueda en el suelo y se inclina a recogerlo casi ahogándose, no hay nada que le importe más que respirar.
José desesperado sale del auto y sus amigos intercambian miradas como sabiendo que ocurriría eso. Arturo por su parte ríe y cruza sus brazos como poniéndose cómodo en el asiento del copiloto.

—Esto se está poniendo bueno.
—Se ve que la chica necesita ayuda. —comenta Ricardo un tanto preocupado.

La joven usa su inhalador y respira ruidosamente, como recuperando el aliento con más tranquilidad tocando su pecho plano, y al levantar su mirada puede ver como un hombre desconocido camina hacia ella. Lleva gafas de sol a pesar de ser noche, y una camisa roja con los dos primeros botones abiertos dejando ver una cadena de oro. De pronto José la sujeta de su delgado brazo y de un tirón la acerca a él.

—¿Qué crees que haces?. Quítate de en medio ¿Quieres que te atropelle?
—Lo…lo siento. —evita ver sus ojos intimidada.
—¡Anda ya vete! —la suelta.

Esa torpe y rara mujer de aproximadamente veinte años, se echa a correr para terminar de cruzar la calle y José la sigue con su mirada, hasta que la pierde de vista. ¿Por qué le llama mucho la atención? «Tal vez porque es muy tonta, jamás había conocido a alguien tan idiota que se quedara parado en medio de la calle. Seguro tiene algún problema mental» Pensó.
Ya se habían ajuntado otro par de camionetas atrás. Y José regresa al volante arrancando sin decir una palabra a sus amigos, pero tampoco sin relajar su ceño. Los demás prefieren no hacerle preguntas y ni un comentario al respecto. Así que mejor retoman el tema entre ellos, dejando a José excluido de la conversación, pero no le importa.
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Aquella joven abre la puerta de su casa y pasa con una sonrisita. Es una casa lo bastante grande como para que vivieran diez personas, pero se encuentra muy vacía. Solo ella y su esposo viven ahí, como le gustaría llenar su casa de hijos. Por desgracia a sus veinticinco años no puede concebir… es estéril. Y sufre asma.
A pesar de que el tener hijos siempre fue su sueño más grande, antes de enterarse de dicha noticia, jamás ha caído en depresión, ni ha desaparecido su sonrisa impecable.

Está tranquila, siendo su día libre en el trabajo, tuvo la oportunidad de ir a comprar su medicamento para controlar su asma, y seguir con su tratamiento, porque su esposo nunca la lleva, ni se encarga de eso, ella tiene que ir en taxis y caminar lo más que puede si desea cuidarse. Claro, ella lo paga todo con su dinero.
Es como si aún casada sigue estando sola, muy, muy sola. Su marido la tiene en privación, sin embargo ella se esfuerza para ser feliz, porque quiere serlo.

En su habitación toma asiento en un sillón y agita los botecitos para echar en su mano algunas pastillas. Tomándolas con un trago de agua.
Su celular vibra anunciando una llamada, y sabiendo de quien se trata contesta.

—¿Hola?
—¡Victoria! ¡¿Por qué no me llamaste?! ¡Te dije que me llamaras! —la voz de su esposo, rabioso.
—Perdón, estaba con el médico. Fui a comprar…
—¡Olvídalo! Pobre de ti que llegue y no esté la cena lista, tengo mucha hambre.
—¿No has comido? —alza sus cejas— ¿Cena? ¿No vas a cenar en otro lado? Creí…
—¡Ya cállate! Hoy quiero que me hagas la cena. Ya dije.

Victoria mira abajo con una expresión que indica miedo.

—¡Sí!

Su esposo le cuelga, y ella se apura a ir a la cocina para preparar algo que le agrade. Tiene que quedar perfecto y delicioso, de lo contrario…pagará las consecuencias.

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No es más que una fiesta de las que está acostumbrado. Todos están borrachos, es un ambiente intenso, justo como le gusta, incluso hay descontrol. Algunas chicas andan por ahí semi-desnudas exhibiendo sus grandes senos. Y algunas escenas de parejas dándose amor de más, ya deberían ir a un cuarto. En otra parte a iniciado un pleito.
Hay una chica curvilínea y con un escote pronunciado, muy cerca de José. Su cabello es negro y lacio hasta la cintura, ella no se ve muy ebria, pero no se separa de él, su brazo permanece enganchado al de José, claramente ilusionada, enamorada. La forma en la que lo mira la delata.
Cree que ya es todo suyo, han estado saliendo para encuentros sexuales, hasta ahora le ha dado por su lado, lo ha complacido en todo, solo está esperando el resultado, el premio. Por otro lado José solo la está usando, por más que ella le diga que lo quiere, él jamás le creerá, desde hace mucho tiempo que ha perdido la fe en el amor y ya no cree en las mujeres. Su corazón se ha convertido en piedra. Para el, ellas solo son “placer carnal” y ya.
Así que la lleva a un sitio más privado, y donde la música se oye ahogada, todavía adentro de la casa de su amigo.

José ha dejado de beber para fumar un poco. No está muy embriagado sigue estando consiente, el alcohol no fue demasiado, y los primeros efectos desde hace bastante que sabe controlarlos.
Ella admira sus ojos, probablemente el mayor atractivo que posee. Tiene una mirada muy profunda, absorbente y enigmática, en donde fácilmente se puede perder cualquiera que se atreva a mirarlo a los ojos.
Con su espalda en el muro. José aleja de su boca el cigarrillo que sostiene entre sus dedos y exhala el humo directamente al rostro de la mujer. Levanta una comisura formándose una sonrisa ladina, y con picardía.

—Entonces… ¿quieres?. ¿Justo ahora? —con esa voz ronca, le insinúa.
—Ehm…

Clavando su mirada en sus ojos, una mirada insegura.

—Lo que quiero es algo más. Ya te lo había dicho antes ¿Si lo recuerdas? —sonriéndole pone sus manos contra el pecho de José, deslizándolas de arriba abajo.
—Ah, sí. —aparta su visión de ella y lleva el cigarrillo a su boca con desdén.
—Y...¿qué dices?. ¿Damos el segundo paso? —endulza su voz— Yo si quiero. —con sus manos toca su pecho y frota sus rojizos labios en el cuello de José, besándolo delicadamente— ¿Y tú? —musita en su piel.

Para José, sus palabras, acciones y ella, no significan nada. No fue más que un juguete del cual ya se aburrió y quiere desecharlo. Así es esto para él, así de simple…siempre.
Sin poder contener una risa, José tira el cigarrillo al piso y con una mano la separa de él viendo sus orbes oscuros al igual que su lacio cabello.

—Hasta aquí Abigail. Esto se acabó ¿Entendido? —con una expresión como aguantando una risa.
—¿Qué? Pero… tú…yo…yo —baja su mirada— Creí que terminaríamos juntos, de una forma seria. Yo, hasta creí que me amabas. —con un semblante que señala angustia.
—Nunca te dije que te ilusionarás, ese fue tu error. Adiós. —dándole la espalda se marcha.
—¡E-Espera Pepe!

Acelera sus pasos, sonando el taconeo para alcanzarlo.

—No, tú no me llames así. —sigue adelante sin detenerse ni mirar atrás— No eres nadie, para llamarme así.

La mujer se rinde y solo lo ve irse lejos. Enmudecida y sin poder hacer más. Sus lágrimas fluyen por sus mejillas como ríos, derrumbándose al suelo apoyándose con sus manos, para sostenerse

Otro corazón más, es un corazón más que cae en las frías manos de José y se hace pedazos. 

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Transcurren un par de días. Su nuevo material tiene que irse creando de una vez. Y todo el grupo ha empezado a hablar sobre el tema principal del disco, entre otros detalles.
Reunidos en la sala más grande en casa de Ricky, mientras se deleitan de whisky.

—Es que yo creo güey, que me voy a tener que ir a Estados Unidos. —comenta José probando un trago de whisky.
—¿Por qué güey? —pregunta Ricardo interesado.
—Aquí en Monterrey no voy a poder concentrarme, inspirarme. Necesito tranquilidad, paz, silencio. Y aquí siempre están los amigos, familia, fiestas y más fiestas.
—Ah ya. Vas a hacer lo mismo que cuando compusiste Poetics. —habla Arturo sentado cómodamente y con una sonrisa burlesca— Te vas a ir a un ranchito. Completamente solo… —su sonrisa se ensancha— ¿Cómo vas a aguantar tanto sin vieja güey?

Con su mano hace una señal obscena cerca de su entrepierna y se le escapa una risa. Seña que es comprendida por todos y les causa gracia. Excepto a José quien lo miró sintiéndose ofendido.

—Eso no debe importarte güey. —lo mira José muy serio, aunque ya está acostumbrado a los comentarios de Arturo— Necesito hacer buenas canciones, como en Poetics. Y quizá funcione de la misma manera.

Pasa su mirada a su alrededor viendo a los demás.

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Otra vez es de noche. La luna en lo alto rodeada de estrellas esparcidas por el oscuro cielo. A lo lejos se puede divisar el “Palacio de Hierro”. Un centro comercial en San Pedro. Su exterior brilla en colores cambiantes por toda su extensión.
José ha ido a ese lugar para comprar un par de cosas que necesita antes de partir a E.U. Tiene que prepararse bien.

Iba subiendo por la larga escalera eléctrica cuando en la planta baja alcanza a ver como un hombre empuja a una mujer de cabello en ondas color caramelo y una vestimenta muy femenina. Usa una falda hasta las rodillas, una blusa hasta el cuello con holanes en su pecho plano y zapatillas. ¿La ha visto antes? Le daba esa sensación de conocerla. Pero es  muy distinta a las mujeres que está acostumbrado a ver. Se ve tan reservada su forma de vestir, tan femenina como infantil. Un momento…ese hombre le ha estirado el cabello, y lo que le grita llega hasta sus agudos oídos. La gente que pasa por ahí es muy indiferente, solo ha capturado la atención de algunos guardias. ¿Qué le pasa a ese hombre? ¿Está loco?.
Al llegar más arriba le es imposible seguir contemplando la escena que se desenvuelve abajo. Sale de las escaleras eléctricas y avanza rápido por los pasamanos de la orilla en la segunda planta del centro. Desde ahí echa un vistazo al hombre y la chica. La está zangoloteando, la sacude con violencia. «Esa chica es…» La imagen de la chica asmática que casi atropella aquel día le viene a su mente. Sin duda es la misma, no puede haber otra igual o semejante, es inconfundible. ¿Quién en todo Monterrey, se vestiría así? ¿O quién puede ser tan torpe? ¿Quién puede ser tan preciosa?.
¿Preciosa? ¿Qué acaba de pensar? ¿En verdad cree que esa mujer desconocida y extraña que parece que viene de otro país o época es preciosa?
Pero espera, ese hombre no se detiene, sigue maltratándola, gritándole y los estúpidos guardias no hacen nada, más que preocupados parecen entretenidos. ¿Por qué? ¿Por qué nadie hace nada? El mundo es tan horrible. Una criatura tan débil y tonta como ella no sobrevivirá mucho. Es como ver a una muñeca de porcelana en las manos de un niño travieso.
¿Debería ir a ponerle un alto a ese tipo? ¿A golpearlo, a defenderla?.

¿Por qué tiene que ser un héroe? Tan solo el pensarlo es ridículo, esto no es una Novela, ni tampoco un cuento de hadas, esto es la realidad. Que ella lo enfrente, que ella lo aguante, a él no le interesa.
Le sorprende el esfuerzo que hace para despegar su mirada de ella ¿Por qué fue difícil? Como si fuera un imán, lo atrae, lo llama…lo atrapa.
Aunque ya no esté viendo la escena y entra a una de las tiendas sigue pensando, recordando, sigue presente. ¿Por qué?
Qué tontería...mejor piensa en algo más relevante, como en el nuevo material del grupo.
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¿Qué es lo que mantiene a Victoria con ese hombre con el que está casada?. Él, la ha hecho creer que como mujer no vale nada, ya que no es virgen, no puede tener hijos, y es asmática. La convence que nadie, absolutamente nadie querría a una mujer tan inservible e inútil como ella, que no tiene una pizca de valor. Por lo menos eso la hace creer, que solo él puede estar con ella, porque a pesar de saber lo de su esterilidad y asma no la abandona.
Por eso Vicky sigue con él, cree que tiene razón en lo que dice, ya que al ser mayor por siete años debe tener más experiencia. Supone que conoce cómo piensan los hombres.

Es una noche más que la ha golpeado, por no ser perfecta en todo, ni hacer las cosas justo como el desea. Los moretones en sus brazos y cerca de sus ojos quedan gravados en ella. Aun sintiéndose adolorida se acuesta incomoda entre los brazos de su esposo que la estrechan y no la dejan moverse en lo más mínimo y le cuesta el respirar adecuadamente. Pero está acostumbrada…siempre es así.
«¿Esto… es amor? » Se cuestiona en su mente.
»El… solo quiere protegerme. Aunque yo no pueda darle hijos, sigue conmigo y me cuida. Él me quiere. »

Con sus orbes avellana cristalinos, arrasados en tristeza, sintiéndose oprimida entre los brazos de su esposo. Cierra sus parpados.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Saranghae Oppa! [Te amo] *Final*






Capitulo final.- 43            —Te amo—




“Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos”

La mano de Gdragon suelta la blusa de Kiko. Taeyang observa a esa mujer que se desarma en lágrimas, su rostro con un gesto de profundo dolor y su amigo clavando su mirada en ella, como queriéndola absorber y eliminar de la faz de la tierra. Es demasiado, siente que sobra ahí.
Con confianza palmea la espalda de su amigo.

—Te espero adentro.

Dando media vuelta entra a una recamara dejándolos en la terraza. En una noche fría que abrazaba la escena, Kiko encorvada, y  con sus mejillas húmedas como cargando un inmenso pesar, evita el verlo, pero su interior está inquieto le pide que se desahogue, que lo suelte todo.

—Yo… jamás. —brota de los labios carmesí de Kiko— ¡Yo jamás quise hacer esto! —con sus ojos cristalinos alza su vista para verlo— Chaerin me convenció, yo… yo había aceptado que tú no me amabas. Pero…

Boquiabierta y uniendo sus cejas, Gdragon la contempla con suma atención ¿Debe creerle? ¿Puede creerle?. Ese temblor en su voz, la forma en que lo mira a los ojos. No parece estar actuando o mintiendo, y vaya que la conoce muy bien.

—Ellas me convencieron. La verdad es imposible dejar de amarte, olvidarte. Sé que no te importa. Sé que amas a Cat…
—¿Chaerin y Sandara? ¿Ellas otra vez? Creí que se habían calmado, que lo habían aceptado, olvidado… —da un paso hacia ella— Sabia que odiaban a Cat y Luna, de hecho les habían provocado líos, pero jamás creí que tú las conocieras. Que ellas estuvieran detrás de esto. ¿Pero por qué les seguiste el juego? —arruga leve el ceño.
—¡Porque aún te amo! —exclama y cierra sus ojos cabizbaja.
—Yo siempre te vi como una buena amiga, pero desde que empezaste a intervenir entre yo y Cat, a ocasionarme problemas… ¡¿Cómo pudiste arriesgar nuestra amistad por algo así?! ¡¿Cómo pudiste unirte a ellas?!
—Chaerin y Sandara, también involucraron a Ji Eun —sigue, evadiendo sus preguntas— Decían que ellas no podían exponerse más. Ellas odian a Luna y Cat, por que han logrado lo que ellas jamás lograron ni lograrán, por eso querían alejarlos de ustedes, acabar con su amor. No pueden soportar verlos. Incluso hasta yo siento lo mismo hacia Cat, pero jamás quise hacer esto. —Con sus manos frota sus ojos cerrados borrando las lágrimas— Soy una estúpida, todo fue un capricho malintencionado suyo, y yo… me preste a ser parte de ello. Entiendo si me odias después de saber esto. Entiendo si ya no quieres volver a verme, pero, por favor no me quites a mi bebé. —mira sus ojos suplicante— Por favor… —toca con sus dedos sus propios labios y baja su mirada— Yo desapareceré si así lo deseas, pero no…

Invade el silencio por unos segundos. Una corriente de aire acaricia el corto cabello azabache de Kiko. Este o no mintiendo, Gdragon debe usarla a su favor cuanto antes.

—Perdóname.
—Te perdono, pero, si haces algo a cambio. —eleva su barbilla viéndola a sus ojos.
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Se deja ver en el cielo un hermoso día soleado. Las hermanas Scarlett  paseaban por alguna parte de Seúl. Andaban algunas personas, familias y parejas. Caminando por la orilla de un canal de agua, como un río artificial, hay un par de puentes bien ubicados, frondosos árboles a su alrededor y a lo lejos se pueden divisar los altos edificios. La gente va y viene.

—Papá dijo que se quedarán más tiempo en Seúl. Consiguió un buen trabajo. Gracias a Dios hay algunas personas en esta ciudad que hablan inglés —emite una risita— Al parecer —comentaba Luna a un lado de su hermana con Zafiro en sus brazos— Les ha gustado Seúl, además dicen que quieren cuidarte.

Aquel que fue un pequeño gatito blanco, se ha convertido en casi un gato adulto de un año, pero es muy tranquilo y bien portado.
Cat recoge un mechón dorado de su cabello detrás de su oreja y escucha a su hermana en silencio.

—Ya sabes —prosigue Luna— Papá le perdió un poco de confianza a Jiyong desde que vio lo sucedido en la Iglesia, pero quien sabe porque aún desea que te cases con Ji —ríe por lo bajo— Mamá dice que sabe que estás muy enamorada de Jiyong y espera se reconcilien, desea tu felicidad, pero que no dejes de lado la escuela.
—¡Ya basta! —espeta Cat— Deja de mencionar a ese tarado. —hace un alto y cruza sus brazos.
—¿Qué pasa? ¿Por qué te pones así? —interrogante la observa detenidamente— Yo solo trato de informarte.

Con un brazo sostiene al felino que duerme y con la otra mano lo acaricia.

—Desde que te separaste de Jiyong —continúa Luna casi reprendiéndola— Te has vuelto muy reservada, solitaria, más de lo normal. No hablas con nadie más que conmigo y Top...
—Solo no me agrada que lo menciones, no quiero hablar de él.
—¿Por qué? ¿Acaso crees lo de Kiko?
—¡Por supuesto que no! ¡No soy tonta! ¡Pero estoy cansada! ¡¿Si?!... Es todo. —mira a otro lado y le da la espalda sin moverse más.

Muy en el fondo Cat echa de menos a Gdragon pero no lo admitirá ni demostrará, tiene que ser fuerte y esperar lo que sea que decida Gdragon. Aún si eso le duele, es lo mejor.

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Tal y como acordaron. Gdragon perdonará a Kiko cuando ella misma reconozca su error, sus mentiras.
Ya les ha dicho la verdad a los padres de Gdragon casi con lágrimas en los ojos. La Señora y Señor Kwon no pueden asimilarlo, no pueden aceptarlo ¿Cómo su adorada Kiko había estado mintiendo todo este tiempo?. Lo único cierto, es que ama a su hijo.
Evidentemente es un tema que solo puede ser tratado en privado y no puede haber algo más íntimo que su hogar, más bien… su mansión en Dolce Vita.

—Kiko ¿Es verdad todo esto? —cuestiona el Señor Kwon.
—No… no es posible —la Señora Kwon mira la mesa servida, como buscando algo importante sobre ella.

Kiko intercambia una mirada con Gdragon y suspira.

—Lamento decir que es cierto. No fue mi intención causarles este disgusto. Pero es justo y necesario confesarlo. Me hace sentir bien.

Baja su mirada apenada y casi arrepentida por lo último que dijo ¿Se habrá oído egoísta? Claro que sí.

—Lo siento mucho. Comprendo, si ya no vuelven a recibirme en su casa, o dirigirme la palabra, sé que no lo merezco, mis más sinceras disculpas. —con un hilo de voz y cabizbaja.

Gdragon se limita y lleva ese vaso de cristal con té helado a su boca. Siente su garganta seca, quizá a causa de los nervios, no sabe cómo reaccionen ahora sus estrictos padres.

—Váyanse… —articula la Señora Kwon con desazón y aparentemente inmutable.

Kiko y Gdragon dirigen su vista a ella.

—¡Dije que se vayan!

Enseguida ellos se levantan y desaparecen de su vista. La Señora Kwon vuelve a los brazos de su marido, desecha en un llanto cargado de desilusión y decepción.

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Nada podrá vencer esa larga amistad que arrastran desde un pasado. Porque es a todo lo que puede llegar… una amistad. Por eso Gdragon la perdona, es su amiga y vuelve a confiar en ella, para nada desea perder su amistad, ahora más que nunca la necesita a su lado. Sin embargo no se compara a la falta que le hace Cat. Ese dolor, ese vacío que ha dejado la joven canadiense en él, es irreparable, no existe consuelo, no existe alivio.

Justo como antes Kiko y Gdragon vuelven a comunicarse, a reírse entre ellos mientras Gdragon conduce rumbo a YG, donde sabe que encontrara a Appa YG. Tiene algo que hablar con él. Lo arriesgará todo…

En otra parte.
Entre el movimiento del aeropuerto. Luna busca con su mirada junto a Taeyang, a Osiel. Previamente él se ha disculpado con ella, vía celular, por lo que hizo a Taeyang aquella vez, pero le ha pedido que vaya al aeropuerto, está por irse. Según él, quiere despedirse de ella.
Luna vislumbra que Osiel viene hacia ellos. No está usando un traje negro como es usual. Se ve más normal, con una camisa abotonada pero los dos primeros botones abiertos y un pantalón negro. Muy simple y reluciente a la vez, así es como se ve. Se destaca una radiante sonrisa nunca antes vista por Luna, su cabello blondo y alborotado.

Todo este tiempo en el que perdió contacto con Luna por lo sucedido había estado reflexionando.
Estando a unos pasos de la pareja, abre sus brazos con una amplia sonrisa. No en modo de que quiera abrazarlos, sino como si le encanta verlos, que estén ahí.

—Vinieron, me da mucho gusto. —baja sus brazos y pasa su mirada a Taeyang tendiéndole su mano— Hola hermano.

¿Hermano?... ¿Qué le sucede a Osiel? ¿Por qué de repente es educado, y habla de esa manera? Se ve tan sincero, sin un rastro de falsedad en su cara occidental.
No obstante Taeyang entiende su gesto y estrecha su mano con una sonrisa complacida.

—Cuídala por mí. No sé cuándo vuelva a Seúl, pero, espero volverlos a ver muy pronto. Por favor olvida lo ocurrido… me avergüenza. —se le escapa una risita.

Luna todavía no salía del Shock. Ver actuar y sonreír de esa forma a Osiel, es sin lugar a dudas, nuevo para ella.

—Claro que sí, ya ha quedado en el pasado. Y ten por seguro que así será. —responde sonriente Youngbae.

Para Taeyang resulta agradable y satisfactorio, pero para Luna es… algo extraño.

—A ver, a ver… ¡Alto! —interrumpe la pelirroja chica— ¿Qué ha pasado contigo Osiel? —lo revisa con su mirada de arriba abajo.

El mencionado solo la observa detenidamente por unos segundos y despega sus labios.

—He aceptado… que siempre has sido mi amiga. Que tú y yo tenemos que ser ser los mejores amigos —exhibe una sonrisa simpática y bondadosa.

Si no fuera por ese brillo en sus ojos. Luna creería que se siente bien y que realmente está contento con lo que dice. Casi involuntariamente Luna toma de la mano a Taeyang, una mano tibia y con una calidez placentera. Simplemente le sonríe a su amigo, no puede hacer más.

—Esto no es un adiós. ¿Cierto?
—Así es.

Es inevitable para Osiel, caer en la tentación de acercarse a ella, pero se contiene por respeto a Taeyang, no conviene ahora que recién se ha disculpado. Tan solo apoya su mano sobre la cabeza de cabellera rojiza, en un gesto amistoso. Se miran a los ojos y sus labios se alargan en una sonrisa. No hace falta más.
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La sonrisa en el rostro de Gdragon se borra y sus pasos paran, cuando puede divisar que de una de las puertas dentro del edificio YG. Cat y Top salen juntos. Cat, al ser su asistente, carga su chaqueta roja en su brazo, también lleva un café en su otra mano. Y en un alto le ayuda a colocarse sus gafas de sol.
No son los celos lo que hace que el semblante de Gdragon cambie, sino, que no lo esperaba, encontrarse ahora con ellos, y así. Viene acompañado de Kiko y ellos siguen caminando, cada vez están más cerca. Si Cat lo descubre ¿Qué pasará? ¿Qué hará? ¿Le debe pedir a Kiko que se vaya?. No… ya es muy tarde, Cat ha levantado su felina mirada que fue con una bala directo al corazón.
De pronto, todo se hace lento, la sensación del roce de sus hombros es dolorosa, le duele esa indiferencia ¿Acaso es que ya no le importa?.

Kiko solo espera. Es ahora… o nunca. No puede dejarlo así, no en este momento, esto tiene que acabar aquí. Va a demostrárselo, va a probárselo, que no ha dejado de pensar en su deseo, en lo que le pidió que hiciera, en  ningún instante a descansado. Ha dejado hasta a Big Bang de lado, tiene que hacerla ver, que no hay nada que sea más importante que su felicidad, porque su felicidad es también la suya. Tienen que estar juntos.
Gdragon, ya no soporta más. Será… un hombre, justo como ella quiere, será ese hombre que ella espera, porque ella es su mujer y la diosa de su vida.

El café cae al suelo, abriéndose la tapa y derramándose. De un tirón Cat es obligada a aproximarse a Gdragon. Él no abre su boca pero no quita su vista de ella. Kiko y Top solo contemplan.
Hay una conexión, hay cierta energía. Lo hay todo en esa mirada que comparten. Transmite.

Sin más Gdragon la lleva de la mano. En tanto Top intercambia una mirada con Kiko. Ella prefiere quedarse ahí, sabe el objetivo de Gdragon y no quiere entrometerse más.

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Appa YG regaña a algunas “trainers”. Se veía molesto pero eso a Gdragon es lo que menos le importa. Por lo que interrumpe sin una pizca de arrepentimiento. En el salón de ensayos, ha dejado a las pequeñas “trainers” boquiabierta, no pueden dejar de ver las manos unidas de la pareja presente. Cat vuelve en sí, y retira su mano refunfuñando.

—¡¿Qué es lo que haces?! —gruñe.
—Espera Cat… —sujeta su muñeca con fuerza, para no dejarla escapar.
—¡Suéltame! —forcejea.

Hace caso omiso a lo que Cat le pide. El CEO arrugando el ceño cruza sus brazos por encima de su pecho y les dirige una mirada de desaprobación.

—Como pueden ver estoy ocupado ahora.

Sube el volumen de voz sin tomarse la molestia de moverse de su sitio. Las novatas fingen no estar atentas a la escena y esperan que todo se calme, o que puedan tener la oportunidad de continuar o retirarse de momento.

—Usted tiene que saber algo. —sin soltar a Cat camina hacia el CEO.

Notando la presencia de Cat el presidente Yang, se puede imaginar a donde va todo esto. La razón de su insistencia y osadía, que solo por ser obra de su más grande estrella lo deja actuar. Pero por supuesto que no perderá la seriedad que requiere.

Entonces Gdragon le cuenta lo más breve posible sobre CL y Dara. Dejando perplejo y un tanto incrédulo a Appa YG.

—Por eso… —continúa el chico.

Cat está más calmada, se ha percatado de las intenciones de Gdragon, aunque la pregunta: “¿Qué hacía Kiko con él?” Resulta inquietante, intrigante, molesta. Permanece dentro de su mente.

—Créame… —sostiene su mirada en los ojos del CEO— Créame que si usted no hace algo para ponerles un alto. Yo… le diré adiós a Big Bang, a la compañía. Terminaré con el contrato, lo romperé. No me importan los problemas que vengan después, ya me encargaré de ellos. Si estoy con Cat —aprieta la mano que sostiene con firmeza.

Ese apretón lo dijo todo para Cat, lo que dio brillo a sus ojos, quizá por la emoción, por tener ganas de llorar o quien sabe, pero su corazón rebosa, lleno de vida.


—Lo puedo todo. —finaliza.

Tanto el CEO como las chicas clavan sus miradas en Gdragon, con una expresión entre interrogante y atónita. ¿Habla en serio? ¿Cómo puede decir eso? ¿Cómo puede siquiera pensar en eso? ¿Ha perdido la cabeza?. Sí… quizá sí, pero si es por amor, aún la locura, tiene razón.
Solo basta con ver los ojos de Gdragon para darse cuenta que está hablando en serio y no hay una pizca de duda en él.

—Muy bien. —sale de la boca del CEO. Se remueve y da unos pasos a él— Por ahora no hay tiempo para cuestiones. «¿Pero que le ha pasado?. No puedo creerlo» Te prometo, que haré algo, hablaré con ellas, tú ya no te preocupes, no los molestarán más, ya que, las tendré vigiladas, claro, alguien más lo hará por mí, pero tenlo por seguro. —esboza una sonrisa tajante.

Al fin se puede apreciar una sonrisa en el rostro de Gdragon. Su faz cambia completamente.

—¡Gracias!

Se da vuelta y efusivamente abraza a Cat muy emocionado, sin borrar ese gesto. Cat no está muy convencida. ¿De verdad Yang hará algo? ¿O solo dijo eso mientras todo pasa?. No puede compartir la felicidad de Gdragon pero aún así lo estrecha en sus brazos como queriendo cargarse de su fuerza.
Realmente, Gdragon anhela con intensidad, y tiene fe en que tanto su madre como el CEO le concederán la paz. Porque donde hay amor debe haber paz, donde hay paz está Dios y donde está Dios no falta nada.
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Se lo ha probado, por lo menos la ha complacido un poco. Sí que se ha esforzado en lograr lo que ella quería. ¿Pero qué tal los resultados?
Por capricho de Gdragon, la fecha de la gira se corre un poquito. Es mejor eso ha saber que ya no habrá más Big Bang  jamás. Al menos, eso pensaba el CEO.
Gdragon le explica a Cat sobre Kiko y cuando Cat tiene contacto con ella, no puede creérselo, pero al paso de los días se convence de ello.

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—Así que ya están advertidas. Si vuelven a molestarlos, 2NE1 llegará a su fin. No es muy conveniente, pero prefiero perder a este grupo de chicas que a Big Bang.

Les aclara el CEO  a Sandara y CL, quienes se mantienen en pie frente al presidente en uno de los estudios. Con rostros desganados, veían abajo, quemándose por dentro. No pueden reclamar, no pueden defenderse. Es el jefe y no quieren dejar de ser sobrevaloradas.

—¿Esta claro? —alza sus cejas al verlas esperando escuchar una respuesta.
—Si…

Dicen al tiempo que corren su mirada y tuercen la boca inconformes e indignadas profundamente.

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Semanas después.

—¡Rápido Cat! ¡Apúrate!

Luna ha entrado a la habitación de Gdragon y Cat. Él ha salido más temprano y Cat dormía plácidamente, hasta mediodía que su querida hermana, la sacó del sueño a gritos y sacudidas.
Cat apenas está en el baño de la recamara lavando su cara y despejando lo soñolienta que está.

—¡Ah… ya voy! —grita desde adentro.
—¡Llegaras tarde a tu prueba de maquillaje y peinado por segunda vez!
—¡Ya lo sé, ya lo sé!. Qué exagerada…

Finalmente salen en el coche de Daesung. El conduce, ellas están muy calladas. Luna enfrente, Cat atrás.

—¡Oh! ¡Aquí vamos de nuevo! —habla el rubio chico sonriendo con dientes, para romper el hielo— ¿Comprarán un nuevo vestido?
—No, es otra cosa. El vestido será después, bueno, no sé Cat. —responde amable Luna con una sonrisita— Pero, gracias por hacernos este favor Dae.
—¡No es nada, es todo un placer! ¿Somos amigos no? —con esa sonrisa observa a Luna un momento.
—Lo decía porque seguramente tú tienes cosas que hacer, con el grupo. Todos andan muy ocupados últimamente.
—Ah, claro, claro. Pero, por ahora estoy libre, eso vendrá más tarde. Y Cat… ¿Cómo te sientes?

Aprovecha un rojo para echarle un vistazo a Cat.
Se ha recargado en la ventana y con sus brazos cruzados, ha caído en el sueño.

—¡Oh! ¡No puede ser! —pareciéndole divertido, expresa una risa algo exagerada.

Las ruedas del coche vuelven a rodar.

—Es igual a Jiyong, por algo son el uno para el otro ¿eh? —suelta una carcajada.

Luna es contagiada por la risa del risueño Daesung.  A pesar del ruido Cat no abre sus ojos.

.

.
Una vez más ante el altar. Cat y Gdragon. Ella con su precioso vestido blanco con pedrería y el con un elegante traje negro. Viéndose a los ojos, haciendo la más importante promesa, llevando a cabo la verdadera prueba de amor, jurando que estarán juntos hasta que la muerte los separe. Están convencidos que será así, solo la muerte podrá separarlos, porque aun cuando se alejaron por culpa de Kiko, la esencia de cada quien se gravó en el otro, y en su mente no dejaban de aparecerse, de pensarse, como estando adheridos pero separados. Y eran uno en corazón, ahora lo son en espíritu. Para siempre.

Ahí están los padres de Gdragon y los de Cat, unos asiáticos los otros occidentales. Indudablemente al amor no le importa nada. Es tal y como lo había estado soñando Gdragon. Es tal como lo esperaba Cat.
Y Kiko llega algo tarde, pero sonríe al verlos juntos.

De CL y Dara no han sabido más que trabajarán en algo nuevo para 2NE1. ¿Por ahí se dice que será un álbum solista?.
¿La tormenta ha pasado? Esto no es un cuento de hadas, vendrán más obstáculos, que pondrán a prueba su amor constantemente, todo el tiempo, junto con riesgos, problemas… y más problemas, poniendo al borde del peligro su relación, y no solo la de ellos, también la de Luna y Taeyang, pero… si sus corazones siguen siendo uno mismo, vencerán. Sobrevivirá su amor. Son fuertes.
Gdragon y Taeyang, no quieren publicar su relación aunque quisieran, no desean exponerlas al peligro, saben que sus fans no estarán contentas con la noticia, además la YG se los tiene estrictamente prohibido. Es su vida personal, su vida íntima y debe respetarse.

.

.
Éxito. No hay otra palabra que defina mejor la gira mundial de Big Bang. Su primer gira mundial y ya han llegado tan alto.
Luna y Cat vuelven a ser sus asistentes, es un pretexto para estar junto a ellos, y poder viajar a donde tengan que presentarse en vivo.

Por primera vez… han pisado Sudamérica. Perú.
Es muy grande la cantidad de fans que los esperan pacientes afuera del Hotel donde se hospedan. Esperando un saludo, alguna respuesta.
Apenas han llegado y el recibimiento, entrega, y apoyo de las fanáticas latinas es más que impresionante.

Taeyang es quien les presta más atención y parece muy emocionado.
Desde que llegaron y se enteró del hecho, varias veces se ha estado asomando discretamente, hasta ha tomado algunas fotografías. Nunca habían visto algo igual en un país extranjero. Los gritos y el escuchar como corean sus canciones. Lo ha dejado muy impactado.

Mientras observa afuera desde muy arriba del Hotel a la multitud de fans. Luna lo encuentra y toma su distancia sonriendo.

—¿No deberían salir?
—Nos lo han prohibido. Puede ser peligroso. A los demás no parece importarles mucho. —voltea a verla y se aleja del vidrio yendo a ella para tomar sus manos— Jiyong esta embelesado con tu hermana —ríe entre dientes— Seungri, no deja de coquetear con las camareras y chicas latinas que se encuentra, aunque según él extraña a Minhoo. Y… Daesung y Top están en lo suyo.

No dejaban de escucharse los gritos, como si fuera un concierto. Eso  pone un poco nerviosa a Luna. Están muy expuestos, hay que alejarse más, no dejar ver que se toman de la mano, que salen juntos. Probablemente no alcanzan a verlos, pero Luna ve cierta parte de ellos y eso le inquieta. Porque le da sensación de que los miran. Sus manos tiemblan. Taeyang lo percibe y con una sonrisa la rodea con sus firmes brazos.

—No pasa nada —susurra y besa su mejilla— Tranquila. —cierra sus ojos.
—¿Cómo es que vamos a poder salir tranquilos? —toca su espalda.
—No te preocupes por eso, ya lo veremos.

.

.

Resuenan los gritos de júbilo. Miles de fans reunidas en la apertura del concierto. En una plataforma al aire libre. Daesung, Top, Gdragon, Taeyang y Seungri. Los cinco hacen su aparición espectacular y esos gritos que creían no podían ser más fuertes, aumentan a un volumen que hasta podría reventarle el tímpano a cualquiera.

Luna y Cat están detrás del escenario, donde se encuentra el Staff, producción. Etc.
Aguardan el momento en el que puedan atenderlos, para estar con ellos. Cat cubre sus oídos con sus manos y Luna ve una pantalla por donde se transmite el concierto. No deja de ver a Taeyang.

—Ay ¿Por qué son tan gritonas? —irritada.
—Son fans Cat. —contesta sonriente su hermana.
 Tras unos minutos Cat ya se ha resignado y se ha rendido ante el escándalo imparable. Se dedica a observar la proyección con Luna. Cuando llega un momento que le hace arder sus entrañas.

—¡¿Qué está haciendo ese idiota?!

Puede ver como Gdragon se acerca a sus fans y les permite tocarlo, el parece muy contento. Si supiera que el motivo de su felicidad es ella.

—¡Es un hombre casado! ¡Que no se le olvide al imbécil! —toca la sortija de Gdragon que colgaba de su cuello en una fina cadena de oro.

Porta su anillo de matrimonio en su dedo anular, y en el índice aquel anillo de compromiso en forma de un lindo gato que le obsequio hace tiempo.
El anillo de bodas de Gdragon ella se lo colgará al cuello cuando él no pueda usarlo en público, debe ser muy discreto.

—Cálmate. —vuelve a  ver la pantalla— Mira ya se alejó y volvió con los demás —apunta con su dedo.
—¡Te juro que si una estúpida se pasa… voy a…!

Corre a su bolso que está cerca, empujando a un lado a la maquillista que le estorba en su camino, y hurgando saca su pequeño bate de metal.

—¡Matarla! —lo eleva donde pudiera verlo frunciendo el ceño.

Luna se sobresalta y boquiabierta la mira.

—¿Lo haz traído? ¡¿Cómo…?!

La responsabilidad de Luna es cuidar de su pequeña hermana y sobre todo….controlarla.

.

.

Llega el momento. Una intermisión, para tomar aire en breve, y luego regresar al Show.
Luna y Cat se apresuran y con unas toallas les secan el sudor de su frente, cuello, pasándoles a sus manos agua embotellada. Los demás son atendidos y revisados por el Staff.

Palpando sus brazos, Luna puede sentir el calor corporal de Taeyang. Lo que indica cansancio.

—Lo haces genial. —sonriendo.
—Gracias a ti. Yo y Gdragon, somos tan afortunados de poder estar con ustedes y así será el resto de la gira.

Gdragon le propina un beso fugaz a Cat y le sonríe, una sonrisa fresca, mágica.

—Ya no te enojes gatita. Después de esto no me despegaré de tu lado, seré solo tuyo. —la toma de la cintura y la arrima a su cuerpo.

Lentamente Taeyang coge la mano de Luna con delicadeza, y mira sus ojos directamente queriendo sumergirse más y más dentro de ellos. Adora esa mirada, adora estar con ella. Gracias a ella ha conseguido vencer esa gran timidez, inseguridad. Ahora más que nunca, se siente tan vivo. Esta tan feliz, lleno de gozo y eso es muy claro, todos pueden darse cuenta de su cambio, hasta ha cambiado de look, algo que ni en sueños se hubiera atrevido antes de conocerla. Es alguien nuevo, pero sin dejar de ser el mismo. Por eso le dijo “Gracias a ti” englobando así, todo lo agradecido que esta con ella por todo.

—Te amo.

Sin ningún titubeo, saliendo tan natural. Pronuncian al unisonó Taeyang y Gdragon. Sintiendo que no es suficiente. Les faltará vida para terminar de expresar todo lo que sienten por ellas.

Este amor es infinito y nada…lo acabará.





Luna: Representada por la imagen de Susan Coffey :)




Cat: Representada por la imagen de Dakota Rose.





Gracias a todas las lectoras fieles de este Fanfic :). Comenta que te ha parecido el final y la historia. Ya sabes, si te ha gustado, recuerda que en este Blog podrás encontrar más Novelas ;). Gracias.

martes, 17 de diciembre de 2013

Teengears [ En busca de Edric y Jake ]






 Capitulo.-18   —En busca de Edric y Jake







Suenan a toda prisa los pasos de Lea por los corredores en el interior del edificio principal. Jamás habían sido tan largos.
Zafirina le ha avisado del peligro inesperado que los asecha. La blanca sirena asegura que en esa nave no solo viene uno de los suyos, sino que además puede percibir a unos extraños a bordo con un gran grado de negatividad que sin duda inquieta su corazón.
Ahora tiene que informarle a Break de esto cuanto antes.  
Atravesándose en su camino Seungri, a una corta distancia de llegar a la sala donde sabe que encontrará a Break.

¡Hazte a un lado idiota! lo empuja  y sigue adelante.
¡Lea! ¡¿Qué sucede?!

La persigue hasta que Lea se adentra a la sala, sin una gota de sudor y una respiración controlada Está claro que no solo en eso la hizo mejorar el entrenamiento con Steve. Enseguida, Seungri llega también,  capturando las miradas confundidas de Steve y Break. Su conversación es interrumpida.

Lea... Seungri sonando interrogante Break.
¿Por qué están aquí? cuestiona Steve arqueando una ceja.

Adelanta unos pasos a sus superiores y con esa mirada felina azulada en una expresión intimidante enmarcada en ese cabello blondo, esponjoso y rizado, despega sus labios.

Edric y Jake ya vienen pero no solos.

Despertando  el interés de Break y Steve.

.

.
¡Rápido! ¡Prepárense! ordena Break mientras camina con firmeza hacia una puerta de cristal donde guarda su equipo.

En el centro de la ciudad submarina, donde en un extenso espacio están ubicadas las naves que usarán individualmente para la batalla. Ahí es donde todos se reúnen, más sin embargo al estar ausentes Jake y Edric, solo son ocupadas cuatro de ellas. La de mayor tamaño es ocupada por Break, el equipo de Alienbots, Lea y Seungri.

Los jóvenes están nerviosos aunque más Seungri, pero confían en los sensores, implantados en su cuerpo  enfundado en unos trajes especiales. Son negros, con delgadas láminas de acero impenetrable conformando una armadura muy sutil, cuyos vestuarios parecen ser un uniforme ya que todo el equipo lo viste. Supuestamente son más resistentes y los protegerán de sufrir daños.
Justo como en las tiendas portátiles de aquella vez que acamparon en el bosque repleto de nieve. Las naves tienen instalado un comunicador, sin necesidad de usar micrófonos, bocinas, o algo por el estilo, solo basta hablar para que los demás que vienen tras la nave de Break, escuchen sus indicaciones. Se dirigen en busca de la nave amiga por las aguas más profundas del océano. Se supone que el detector interno debe localizar la nave de Edric y Jake si está cerca.

Break ¿Estás seguro de esto? ¿Cómo puedes confiar y creer tanto en las palabras de esa niña?

Se escucha la voz gruesa e inconfundible de Steve.

No lo sé, pero algo me dice que es cierto.

Break se mantiene en pie viendo por enfrente de la nave, a sus costados están Lea y Seungri.  Al fondo de la ancha nave, se encuentran los Alienbots inactivos por los suelos.
Tic, Tic, Tic. Suena el detector que ubica la nave de Edric.

¿Lo ves? Es verdad.
Y aquí viene el sermón de Break para Edric y Jake cuando los encuentre puede oírse como se mofa Derek.
Por favor... no seas tan duro con ellos líder. la serena voz del rubio Greg.
No solo vienen ellos —tercea Break— «Según Lea, la sirena que ya había visto yo antes, le dijo que algo negativo les acompaña. Ahora no hay tiempo de pensar sobre lo misteriosa que es esa sirena. Lo importante es encontrar la nave de Edric y Jake ¿Quiénes serán? ¿Soldados? Todo esto me intriga y preocupa... » ¡Prepárense para lo que sea que venga!
¡Sí! —responden sonoramente y al unísono.

.

.

En alguna parte del oscuro océano. Una multitud de destellos se amontona frente a otra destellante figura. Es Zafrina quien ha reunido a los suyos, son igual que ella, pero por lo que parece solo Zafrina es mujer. Todos los ahí presentes exhiben unos cuerpos masculinos pero musculosos con una cola más larga que Zafrina y sus cabellos igual de largos pero peinados hacia atrás para que no les estorbe o cubra su rostro. Lucen como guerreros.
En sus rostros blancos como tallados delicadamente por los ángeles, resalta una mirada sobrehumana, ellos no tienen cristales diminutos en sus ojos como Zafrina, si no que más bien, tienen una profundidad misteriosa  en una tonalidad violeta.
Cuando Zafrina eleva sus manos donde puedan verlas, atrae la atención total.

¡Llego el tiempo! ¡Sabemos cuál es nuestra misión! ¡El Lubus y el Diju nos necesitan! baja sus manos lentamente— Los he estado vigilando. parpadea pesadamente, endulzando su voz Sobre todo al recipiente del Lubus muy de cerca, de hecho me he estado comunicando también. Por ahora, debemos esperar el momento indicado.

Gira su cabeza a un lado, y desplazándose con su elegante cola por el agua, se posiciona sobre ellos extendiendo sus manos y brazos creando una masa circular, como una esfera de energía blanca y brillante como sus cuerpos, haciendo que los casi cuarenta guerreros se esparcieran formándose alrededor de la masa. Al juzgar por sus caras, según parece que ya lo han visto y saben lo que significa.

Aparte de poder vigilarlos gracias al Migima, podré comunicarme con el recipiente del Lubus. —esboza una sonrisita admirando la bola luminosa del centro.

El "Lubus" y el "Diju" Son dos espíritus marinos sagrados para estos seres. Ellos creen que bajaron del cielo para protegerlos y llenarlos de vida, ayudándoles a permanecer muy lejos de sus hermanos los humanos, sin ser descubiertos. Estos espíritus les avisaron previamente del catástrofe que pasarían sus hermanos de la tierra, y les asignaron la importante misión de ayudarlos, protegerlos,  ya que solo ellos pueden hacerlo, también les dijeron que a pesar de todo no se preocuparán, tendrían su apoyo Del Lubus y Diju Estarían con ellos, en carne y hueso, porque tomarían dos cuerpos elegidos y encarnarían en unos jóvenes, con el fin de salvar el mundo.

Es por eso que el H.A.A.R.P, no les afecto a Lea y Seungri, es por eso que son muy fuertes y sobrehumanos ya que estos espíritus se alojan dentro de ellos.

.

.

Un golpe, dos golpes, tres golpes. El Androide que había enviado Break, ha encontrado la nave de sus objetivos, por lo que impacta sus puños contra la parte inferior de la nave. Su base.
Estos golpes provocan que la nave anuncie una amenaza y una lucesita roja parpadea resonando una alarma que resulta molesta para los oídos de todos. Este androide desea entrar por que su misión programada es: "Llevar a Edric y Jake con Break".
Edric desliza sus dedos por el tablero de un delgado cristal al frente, que parece ser el control de la nave. Por donde pasa sus dedos brilla apareciendo unos cuadritos, sin duda es el mando del sistema de la nave.
Intenta apagar la ruidosa alarma y continuar. La nave sigue estática, le pide que destruya la amenaza o haga una desaparición. Pero sabe que se trata de un androide que seguramente envió Break y la "Desaparición" significa: "Volver a su época". Ni una ni otra opción es buena.

¡¿Qué sucede?! ¡¿Qué es lo que golpea la nave?! sonó alterado el señor Gerard custodiado por sus cinco soldados.
Es un androide... responde intimidado Edric sintiendo como le cae encima la pesada presión.
¡Ignóralo y continúa! ¡Si no quieres morir! frunce el ceño al ver su espalda.

María se acerca a un lado de Edric y lo observa detenidamente.

Tranquilízate, no muestres miedo susurra— A este idiota le encanta intimidar a la gente y no dudará en asesinarte. con su mano frota su brazo para confortarlo.

Brota un leve rubor de las mejillas de Edric y cierra sus ojos. «Es justo lo que me decía Break: "Nunca muestres miedo" ».
Lo lamento señor. articula pausadamente Pero es un androide, no se irá hasta que lo deje entrar.  Aún si pongo en marcha la nave, nos seguirá, es muy veloz. —trata de explicarle sin voltear a verlo.
¡No me importa! ¡Si no se irá, mátalo! ¡Tú tienes que llevarme a su estúpido refugio! vocifera claramente enrojecido de su rostro. Perderá la paciencia.

Edric libera un pesado suspiro y finge manipular el tablero del mando de la nave.

Es imposible... esta nave, no fue diseñada para atacar, solo para viajar. Lo siento agacha su cabeza cohibido.

María despega su vista con pesadumbre. Sigue vibrando la nave con cada golpe que da el Androide desde el exterior.

¡Maldita sea! ¡Mueve esta estúpida nave o mueres aquí mismo! pierde el control y avanza hacia él a pasos pesados. Lo empuja con la punta de su bastón de oro— ¡Hazlo!
Señor... —interviene uno de sus soldados armados— Si acabamos con la vida de este joven ¿Cómo volveremos a la superficie? Nosotros no sabemos...
¡No seas estúpido y cállate! ¡¿Cómo osas cuestionarme?! —lo amenaza con su mirada— ¡Para eso traemos comunicadores idiota!

El soldado se limita a guardar silencio de su parte y Edric se vuelve para ver los ojos de Gerard.

Lo único que puedo hacer es dejarlo entrar. «Gracias a este androide puedo ganar tiempo. Si Break lo envió, claro que nos ayudará, esta de nuestro lado».
Si entra estará tranquilo, créame... lo conozco bien. —añadió Edric con una voz insegura que lo delata.
¡¿Por qué tengo que confiar en ti?! ¡¿Eh?!. ¡¿Qué tal si mientes?!
Si miento... entonces usted puede matarme.

Se gana las miradas interrogantes de todos. Después de un minuto de silencio, solo pudiéndose escuchar los golpes sin fin del androide. Gerard regresa a integrarse en medio de su grupo de soldados para sentirse protegido, todavía no confía del todo.

Muy bien, déjalo entrar.



Afuera de la nave, por debajo se abre una cavidad que expulsa una luz con una energía impresionante, lo atrae como un imán, llamando la atención del androide que va ascendiendo hasta integrarse al interior de la nave.

En la parte trasera de la nave por donde los soldados custodian a Gerard se abre una puerta parecida a la de un elevador y de ahí sale el Androide sin una gota de agua. El agua la había desintegrado el elevador de la nave, convirtiéndola y guardándola como combustible. Al ver el rostro de Edric, en los ojos del androide casi humano aparece un mensaje que solo él puede leer en silencio: "Objetivo Edric localizado. Jake, no encontrado". Y cuando pasa a ver a María "Individuo dócil y débil. No es aliado, pero tampoco una amenaza" Entonces escanea con su mirada a Gerard y su grupo de soldados "Individuos armados. Peligro. Amenaza. Asesinar a enemigos detectados".
Se lanza sobre uno de los soldados derribándolo al suelo, lo que alarma a Gerard y a sus militares. Actuando rápido lo quitan de encima del soldado que ya estaba sin vida en el suelo, el androide había cortado su cuello el cual deja una mancha roja en el piso.

¡Mátenlo! ¡Maten al estúpido androide ya! —ordena a todo pulmón Gerard a sus cuatro soldados, estos le disparan pero los rayos no le hacen un rasguño al androide.

El robot casi humano se defiende desenvolviendo una lucha a golpes con los cuatro soldados. Golpea a uno y a la vez a otro, cuidando su espalda, es muy hábil. Mientras  unos son tumbados al suelo pero se levantan, otros los avienta a la pared pero vuelven. Gerard repara en Edric.

¡¿Así que mentías?! ¡Llévame al maldito escondite ya!
No lo haré —entrecierra su único ojo visible al verlo.

Gerard sujeta a Edric del cuello con ambas manos justo como había hecho con Jake antes, queriéndolo asfixiar.

Haz ido muy lejos amigo —alza sus cejas concentrado en ese único ojo verde que muestra el castaño— Tienes suerte de que no traje el Haarp portatil. Solo te mataré, aquí mismo. —presiona cada vez más.

Edric aprieta sus dientes y con sus manos enganchadas a los brazos que lo sujeta del cuello intenta separarlo, pero es inútil, él es solo un científico después de todo.

¡Ya déjalo! —exclama María en vano.

Él no la escucha y con una sonrisa de satisfacción oprime cada vez más queriendo romper su cuello, observando como el rostro de Edric va perdiendo color lentamente.

Otro soldado cae muerto. Al Androide solo le quedan tres por derrotar, pero algo en su cabeza lo distrae "Edric en peligro de muerte". Recibe un puñetazo en su mejilla pero sin darle importancia abandona la pelea con los soldados y se dirige hacia la escena de Gerard asfixiando a Edric. Pero los tres soldados aprovechan y lo atraen a ellos agarrando sus brazos y juntando sus muñecas a su espalda los atan con el aro eléctrico que inmoviliza sus brazos y lo mismo hacen con sus pies, cayendo en el suelo sin poder moverse.
María busca algo con que golpearlo sin éxito, y no se le ocurre más que sacarse su bufanda que tenía enredada al cuello y yendo a la espalda de Gerard ata su cuello a su bufanda y la estira apretándole con todas sus fuerzas.

¡Suéltalo!

Para más soporte y fuerza pone su pie contra la espalda baja de Gerard y lo empuja haciendo que Gerard pierda el aire y sus manos liberen el cuello del pobre Edric, que tose y respira  con dificultad tocándose el cuello con una mueca de dolor y encorvado se apoya en el tablero para recuperarse. Gerard  se retira la bufanda y en media vuelta sujeta a María de su coleta baja y la sacude violentamente.

¡¿Acaso eres estúpida?! ¡Ustedes idiotas que esperan! ¡Mátenla! —mirando a sus hombres.
Señor...
¡¿Qué?!
Mire adelante...

En los ojos de los soldados se refleja una impresión, quedando inmersos. Cuando Gerard echa un vistazo por mera curiosidad, al frente de la nave, puede distinguir como una nave de un mayor tamaño, como diez veces más grande se ha puesto frente a ellos y otras tres naves del mismo tamaño de la que ellos pisan, están a un lado de la mayor.

¿Qué...? —con un rictus de perplejidad— ¿Hay... hay más?

Edric boquiabierta y con una respiración notoria y lenta disfruta la sensación de alivio que experimenta. «Break está aquí, y no viene solo...»
María prefiere desatarse el cabello, ya está despeinado y siente el cuello un poco adolorido por la sacudida, y con esos grandes ojos color avellana contempla las imponentes naves aparentemente "aliadas" de Edric, ante ellos. Mientras peina con sus dedos su negro cabello, acomodándolo hacia un lado en su hombro.

Edric... ¿Todo bien? ¿Dónde está Jake?

Se escucha la voz de Break adentro de su nave como si estuviera ahí, lo que hace que tanto María como Gerard y los soldados busquen con su mirada por donde proviene la voz.
Edric solo mira al frente. La nave mayor se acerca más y por el extenso vidrio de enfrente tal y como el suyo pueden verse Break con Lea y Seungri a su lado, rostros conocidos solo para Edric.

Jake... es una larga historia, Break. —cabizbajo.
Veo que tienes compañía

Alcanzando a ver algunas cabezas más. Con sus manos en el aire dentro de su nave las desplaza a los lados abriendo una imagen flotante y casi invisible pero clara, es como una pantalla un holograma plano por donde puede ver el interior de la nave de Edric con más detalle y con su mano mueve la imagen y hace acercamientos cuando es necesario, explorando. «Ese tipo es... y esos soldados... ¿Quién es esa mujer? » Eleva una ceja y los jóvenes engranajes también se aproximan a ver la pantalla del aire.

¡Oh! ¡Que chica tan hermosa! ¡Incluso es más bella que Lea! ¡Es...sexy!

Siente como un codo golpea sus costillas.

Cierra la boca idiota, esto es serio.
Lo sé, lo sé. —aparta su mirada apenado.

Otras voces intervienen. Solo pueden ser escuchadas por la nave de Break.

Break ¿Que hacemos ahora? —la voz de Steve.
¡Pero qué fácil! —Sonó Derek— Que los chicos aborden la nave de Edric y acaben con el viejo y los otros cara de idiotas que están ahí, luego que traigan a Edric con nosotros —risa.
No seas estúpido Derek —le habla Steve—Nuestro objetivo es destruir el Haarp, no matar a esos individuos.
Tú preguntaste que hacemos ahora ¿no es así?

Comienza una discusión lo que disgusta de sobremanera a Break.

Harán enojar a Break si siguen así —les advierte Greg— Mejor cálmense y esperen ordenes de nuestro líder.

Break sonríe agradeciendo internamente el comentario del buen Greg.

Exactamente —dice con certeza relajándose para después arrugar el ceño— Mi pregunta es... ¿Están listos? —mira con el rabillo de su ojo a Lea y Seungri.


Ellos asienten con determinación y Break les regala una sonrisa de aprobación.