Suenan a toda prisa los pasos de Lea por los corredores en
el interior del edificio principal. Jamás habían sido tan largos.
Zafirina le ha avisado del peligro inesperado que los
asecha. La blanca sirena asegura que en esa nave no solo viene uno de los suyos,
sino que además puede percibir a unos extraños a bordo con un gran grado de negatividad
que sin duda inquieta su corazón.
Ahora tiene que informarle a Break de esto cuanto antes.
Atravesándose en su camino Seungri, a una corta distancia de
llegar a la sala donde sabe que encontrará a Break.
—¡Hazte
a un lado idiota! —lo
empuja y sigue adelante.
—¡Lea!
¡¿Qué sucede?!
La persigue hasta que Lea se adentra a la sala, sin una gota
de sudor y una respiración controlada —Está claro que no solo en eso la hizo mejorar
el entrenamiento con Steve—. Enseguida, Seungri llega también, capturando las miradas confundidas de Steve y
Break. Su conversación es interrumpida.
—Lea...
Seungri —sonando
interrogante Break.
—¿Por
qué están aquí? —cuestiona
Steve arqueando una ceja.
Adelanta unos pasos a sus superiores y con esa mirada felina
azulada en una expresión intimidante enmarcada en ese cabello blondo, esponjoso
y rizado, despega sus labios.
—Edric
y Jake ya vienen pero no solos.
Despertando el
interés de Break y Steve.
.
.
—¡Rápido!
¡Prepárense! —ordena
Break mientras camina con firmeza hacia una puerta de cristal donde guarda su
equipo.
En el centro de la ciudad submarina, donde en un extenso
espacio están ubicadas las naves que usarán individualmente para la batalla.
Ahí es donde todos se reúnen, más sin embargo al estar ausentes Jake y Edric,
solo son ocupadas cuatro de ellas. La de mayor tamaño es ocupada por Break, el
equipo de Alienbots, Lea y Seungri.
Los jóvenes están nerviosos aunque más Seungri, pero confían
en los sensores, implantados en su cuerpo enfundado en unos trajes especiales. Son negros,
con delgadas láminas de acero impenetrable conformando una armadura muy sutil,
cuyos vestuarios parecen ser un uniforme ya que todo el equipo lo viste.
Supuestamente son más resistentes y los protegerán de sufrir daños.
Justo como en las tiendas portátiles de aquella vez que
acamparon en el bosque repleto de nieve. Las naves tienen instalado un
comunicador, sin necesidad de usar micrófonos, bocinas, o algo por el estilo,
solo basta hablar para que los demás que vienen tras la nave de Break, escuchen
sus indicaciones. Se dirigen en busca de la nave amiga por las aguas más
profundas del océano. Se supone que el detector interno debe localizar la nave
de Edric y Jake si está cerca.
—Break
¿Estás seguro de esto? ¿Cómo puedes confiar y creer tanto en las palabras de
esa niña?
Se escucha la voz gruesa e inconfundible de Steve.
—No
lo sé, pero algo me dice que es cierto.
Break se mantiene en pie viendo por enfrente de la nave, a
sus costados están Lea y Seungri. Al
fondo de la ancha nave, se encuentran los Alienbots inactivos por los suelos.
Tic, Tic, Tic. Suena el detector que ubica la nave de Edric.
—¿Lo
ves? Es verdad.
—Y
aquí viene el sermón de Break para Edric y Jake cuando los encuentre —puede
oírse como se mofa Derek.
—Por
favor... no seas tan duro con ellos líder. —la serena voz del rubio Greg.
—No
solo vienen ellos —tercea Break— «Según Lea, la sirena que ya había visto yo
antes, le dijo que algo negativo les acompaña. Ahora no hay tiempo de pensar
sobre lo misteriosa que es esa sirena. Lo importante es encontrar la nave de
Edric y Jake ¿Quiénes serán? ¿Soldados? Todo esto me intriga y preocupa... » ¡Prepárense
para lo que sea que venga!
—¡Sí!
—responden sonoramente y al unísono.
.
.
En alguna parte del oscuro océano. Una multitud de destellos
se amontona frente a otra destellante figura. Es Zafrina quien ha reunido a los
suyos, son igual que ella, pero por lo que parece solo Zafrina es mujer. Todos
los ahí presentes exhiben unos cuerpos masculinos pero musculosos con una cola
más larga que Zafrina y sus cabellos igual de largos pero peinados hacia atrás
para que no les estorbe o cubra su rostro. Lucen como guerreros.
En sus rostros blancos como tallados delicadamente por los
ángeles, resalta una mirada sobrehumana, ellos no tienen cristales diminutos en
sus ojos como Zafrina, si no que más bien, tienen una profundidad misteriosa en una tonalidad violeta.
Cuando Zafrina eleva sus manos donde puedan verlas, atrae la
atención total.
—¡Llego
el tiempo! ¡Sabemos cuál es nuestra misión! ¡El Lubus y el Diju nos necesitan! —baja sus
manos lentamente— Los he estado vigilando. —parpadea pesadamente, endulzando
su voz—
Sobre todo al recipiente del Lubus muy de cerca, de hecho me he estado
comunicando también. Por ahora, debemos esperar el momento indicado.
Gira su cabeza a un lado, y desplazándose con su elegante
cola por el agua, se posiciona sobre ellos extendiendo sus manos y brazos
creando una masa circular, como una esfera de energía blanca y brillante como
sus cuerpos, haciendo que los casi cuarenta guerreros se esparcieran formándose
alrededor de la masa. Al juzgar por sus caras, según parece que ya lo han visto
y saben lo que significa.
—Aparte
de poder vigilarlos gracias al Migima, podré comunicarme con el recipiente del
Lubus. —esboza una sonrisita admirando la bola luminosa del centro.
El "Lubus" y el "Diju" Son dos espíritus
marinos sagrados para estos seres. Ellos creen que bajaron del cielo para
protegerlos y llenarlos de vida, ayudándoles a permanecer muy lejos de sus hermanos
los humanos, sin ser descubiertos. Estos espíritus les avisaron previamente del
catástrofe que pasarían sus hermanos de la tierra, y les asignaron la
importante misión de ayudarlos, protegerlos, ya que solo ellos pueden hacerlo, también les dijeron
que a pesar de todo no se preocuparán, tendrían su apoyo —Del Lubus
y Diju—
Estarían con ellos, en carne y hueso, porque tomarían dos cuerpos elegidos y
encarnarían en unos jóvenes, con el fin de salvar el mundo.
Es por eso que el H.A.A.R.P, no les afecto a Lea y Seungri,
es por eso que son muy fuertes y sobrehumanos ya que estos espíritus se alojan
dentro de ellos.
.
.
Un golpe, dos golpes, tres golpes. El Androide que había
enviado Break, ha encontrado la nave de sus objetivos, por lo que impacta sus
puños contra la parte inferior de la nave. Su base.
Estos golpes provocan que la nave anuncie una amenaza y una
lucesita roja parpadea resonando una alarma que resulta molesta para los oídos
de todos. Este androide desea entrar por que su misión programada es:
"Llevar a Edric y Jake con Break".
Edric desliza sus dedos por el tablero de un delgado cristal
al frente, que parece ser el control de la nave. Por donde pasa sus dedos
brilla apareciendo unos cuadritos, sin duda es el mando del sistema de la nave.
Intenta apagar la ruidosa alarma y continuar. La nave sigue estática,
le pide que destruya la amenaza o haga una desaparición. Pero sabe que se trata
de un androide que seguramente envió Break y la "Desaparición"
significa: "Volver a su época". Ni una ni otra opción es buena.
—¡¿Qué
sucede?! ¡¿Qué es lo que golpea la nave?! —sonó alterado el señor Gerard
custodiado por sus cinco soldados.
—Es
un androide... —responde
intimidado Edric sintiendo como le cae encima la pesada presión.
—¡Ignóralo
y continúa! ¡Si no quieres morir! —frunce el ceño al ver su espalda.
María se acerca a un lado de Edric y lo observa
detenidamente.
—Tranquilízate,
no muestres miedo —susurra—
A este idiota le encanta intimidar a la gente y no dudará en asesinarte. —con su
mano frota su brazo para confortarlo.
Brota un leve rubor de las mejillas de Edric y cierra sus
ojos. «Es justo lo que me decía Break: "Nunca muestres miedo" ».
—Lo
lamento señor. —articula
pausadamente—
Pero es un androide, no se irá hasta que lo deje entrar. Aún si pongo en marcha la nave, nos seguirá,
es muy veloz. —trata de explicarle sin voltear a verlo.
—¡No
me importa! ¡Si no se irá, mátalo! ¡Tú tienes que llevarme a su estúpido
refugio! —vocifera
claramente enrojecido de su rostro. Perderá la paciencia.
Edric libera un pesado suspiro y finge manipular el tablero
del mando de la nave.
—Es
imposible... esta nave, no fue diseñada para atacar, solo para viajar. Lo
siento —agacha
su cabeza cohibido.
María despega su vista con pesadumbre. Sigue vibrando la
nave con cada golpe que da el Androide desde el exterior.
—¡Maldita
sea! ¡Mueve esta estúpida nave o mueres aquí mismo! —pierde el control y avanza
hacia él a pasos pesados. Lo empuja con la punta de su bastón de oro— ¡Hazlo!
—Señor...
—interviene uno de sus soldados armados— Si acabamos con la vida de este joven
¿Cómo volveremos a la superficie? Nosotros no sabemos...
—¡No
seas estúpido y cállate! ¡¿Cómo osas cuestionarme?! —lo amenaza con su mirada—
¡Para eso traemos comunicadores idiota!
El soldado se limita a guardar silencio de su parte y Edric
se vuelve para ver los ojos de Gerard.
—Lo
único que puedo hacer es dejarlo entrar. «Gracias a este androide puedo ganar
tiempo. Si Break lo envió, claro que nos ayudará, esta de nuestro lado».
—Si
entra estará tranquilo, créame... lo conozco bien. —añadió Edric con una voz
insegura que lo delata.
—¡¿Por
qué tengo que confiar en ti?! ¡¿Eh?!. ¡¿Qué tal si mientes?!
—Si
miento... entonces usted puede matarme.
Se gana las miradas interrogantes de todos. Después de un
minuto de silencio, solo pudiéndose escuchar los golpes sin fin del androide.
Gerard regresa a integrarse en medio de su grupo de soldados para sentirse
protegido, todavía no confía del todo.
—Muy
bien, déjalo entrar.
Afuera de la nave, por debajo se abre una cavidad que expulsa
una luz con una energía impresionante, lo atrae como un imán, llamando la
atención del androide que va ascendiendo hasta integrarse al interior de la
nave.
En la parte trasera de la nave por donde los soldados
custodian a Gerard se abre una puerta parecida a la de un elevador y de ahí
sale el Androide sin una gota de agua. El agua la había desintegrado el elevador
de la nave, convirtiéndola y guardándola como combustible. Al ver el rostro de
Edric, en los ojos del androide casi humano aparece un mensaje que solo él
puede leer en silencio: "Objetivo Edric localizado. Jake, no
encontrado". Y cuando pasa a ver a María "Individuo dócil y débil. No
es aliado, pero tampoco una amenaza" Entonces escanea con su mirada a
Gerard y su grupo de soldados "Individuos armados. Peligro. Amenaza.
Asesinar a enemigos detectados".
Se lanza sobre uno de los soldados derribándolo al suelo, lo
que alarma a Gerard y a sus militares. Actuando rápido lo quitan de encima del
soldado que ya estaba sin vida en el suelo, el androide había cortado su cuello
el cual deja una mancha roja en el piso.
—¡Mátenlo!
¡Maten al estúpido androide ya! —ordena a todo pulmón Gerard a sus cuatro
soldados, estos le disparan pero los rayos no le hacen un rasguño al androide.
El robot casi humano se defiende desenvolviendo una lucha a
golpes con los cuatro soldados. Golpea a uno y a la vez a otro, cuidando su
espalda, es muy hábil. Mientras unos son
tumbados al suelo pero se levantan, otros los avienta a la pared pero vuelven.
Gerard repara en Edric.
—¡¿Así
que mentías?! ¡Llévame al maldito escondite ya!
—No
lo haré —entrecierra su único ojo visible al verlo.
Gerard sujeta a Edric del cuello con ambas manos justo como había
hecho con Jake antes, queriéndolo asfixiar.
—Haz
ido muy lejos amigo —alza sus cejas concentrado en ese único ojo verde que
muestra el castaño— Tienes suerte de que no traje el Haarp portatil. Solo te
mataré, aquí mismo. —presiona cada vez más.
Edric aprieta sus dientes y con sus manos enganchadas a los
brazos que lo sujeta del cuello intenta separarlo, pero es inútil, él es solo
un científico después de todo.
—¡Ya
déjalo! —exclama María en vano.
Él no la escucha y con una sonrisa de satisfacción oprime
cada vez más queriendo romper su cuello, observando como el rostro de Edric va
perdiendo color lentamente.
Otro soldado cae muerto. Al Androide solo le quedan tres por
derrotar, pero algo en su cabeza lo distrae "Edric en peligro de
muerte". Recibe un puñetazo en su mejilla pero sin darle importancia
abandona la pelea con los soldados y se dirige hacia la escena de Gerard
asfixiando a Edric. Pero los tres soldados aprovechan y lo atraen a ellos
agarrando sus brazos y juntando sus muñecas a su espalda los atan con el aro eléctrico
que inmoviliza sus brazos y lo mismo hacen con sus pies, cayendo en el suelo
sin poder moverse.
María busca algo con que golpearlo sin éxito, y no se le
ocurre más que sacarse su bufanda que tenía enredada al cuello y yendo a la
espalda de Gerard ata su cuello a su bufanda y la estira apretándole con todas
sus fuerzas.
—¡Suéltalo!
Para más soporte y fuerza pone su pie contra la espalda baja
de Gerard y lo empuja haciendo que Gerard pierda el aire y sus manos liberen el
cuello del pobre Edric, que tose y respira
con dificultad tocándose el cuello con una mueca de dolor y encorvado se
apoya en el tablero para recuperarse. Gerard se retira la bufanda y en media vuelta sujeta
a María de su coleta baja y la sacude violentamente.
—¡¿Acaso
eres estúpida?! ¡Ustedes idiotas que esperan! ¡Mátenla! —mirando a sus hombres.
—Señor...
—¡¿Qué?!
—Mire
adelante...
En los ojos de los soldados se refleja una impresión,
quedando inmersos. Cuando Gerard echa un vistazo por mera curiosidad, al frente
de la nave, puede distinguir como una nave de un mayor tamaño, como diez veces
más grande se ha puesto frente a ellos y otras tres naves del mismo tamaño de
la que ellos pisan, están a un lado de la mayor.
—¿Qué...?
—con un rictus de perplejidad— ¿Hay... hay más?
Edric boquiabierta y con una respiración notoria y lenta
disfruta la sensación de alivio que experimenta. «Break está aquí, y no viene
solo...»
María prefiere desatarse el cabello, ya está despeinado y
siente el cuello un poco adolorido por la sacudida, y con esos grandes ojos
color avellana contempla las imponentes naves aparentemente "aliadas"
de Edric, ante ellos. Mientras peina con sus dedos su negro cabello, acomodándolo
hacia un lado en su hombro.
—Edric...
¿Todo bien? ¿Dónde está Jake?
Se escucha la voz de Break adentro de su nave como si
estuviera ahí, lo que hace que tanto María como Gerard y los soldados busquen
con su mirada por donde proviene la voz.
Edric solo mira al frente. La nave mayor se acerca más y por
el extenso vidrio de enfrente tal y como el suyo pueden verse Break con Lea y
Seungri a su lado, rostros conocidos solo para Edric.
—Jake...
es una larga historia, Break. —cabizbajo.
—Veo
que tienes compañía
Alcanzando a ver algunas cabezas más. Con sus manos en el
aire dentro de su nave las desplaza a los lados abriendo una imagen flotante y
casi invisible pero clara, es como una pantalla un holograma plano por donde
puede ver el interior de la nave de Edric con más detalle y con su mano mueve
la imagen y hace acercamientos cuando es necesario, explorando. «Ese tipo es...
y esos soldados... ¿Quién es esa mujer? » Eleva una ceja y los jóvenes
engranajes también se aproximan a ver la pantalla del aire.
—¡Oh!
¡Que chica tan hermosa! ¡Incluso es más bella que Lea! ¡Es...sexy!
Siente como un codo golpea sus costillas.
—Cierra
la boca idiota, esto es serio.
—Lo
sé, lo sé. —aparta su mirada apenado.
Otras voces intervienen. Solo pueden ser escuchadas por la
nave de Break.
—Break
¿Que hacemos ahora? —la voz de Steve.
—¡Pero
qué fácil! —Sonó Derek— Que los chicos aborden la nave de Edric y acaben con el
viejo y los otros cara de idiotas que están ahí, luego que traigan a Edric con
nosotros —risa.
—No
seas estúpido Derek —le habla Steve—Nuestro objetivo es destruir el Haarp, no
matar a esos individuos.
—Tú
preguntaste que hacemos ahora ¿no es así?
Comienza una discusión lo que disgusta de sobremanera a
Break.
—Harán
enojar a Break si siguen así —les advierte Greg— Mejor cálmense y esperen
ordenes de nuestro líder.
Break sonríe agradeciendo internamente el comentario del
buen Greg.
—Exactamente
—dice con certeza relajándose para después arrugar el ceño— Mi pregunta es...
¿Están listos? —mira con el rabillo de su ojo a Lea y Seungri.
Ellos asienten con determinación y Break les regala una
sonrisa de aprobación.
me encanta dios síguelo por favor esta genial asdadsa que harán quiero que maten a ese estúpido merece morir de la peor forma que exista.
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