Lovely Rose [Jaque Mate]

Capitulo.- 43                        -Jaque Mate- 




La luna brillaba a lo alto del cielo, las estrellas la acompañaban y Ciel Phantomhive  había llegado a su destino, como era noche, no podía tocar la puerta principal como si se tratase de una visita formal.
Lo que planeaba tenia que tomarse con seriedad y cuidado.
Con solo una mirada Sebastian se despide de su amo y se marcha conduciendo la carroza dejándolo en soledad frente a la mansión Trancy.

El joven conde debía actuar por su cuenta, esperando que esta vez resulte como desea...

De pie mirando la magnificencia de la mansión frente a sus ojos, frunce el ceño al pensar ¿Como entraría sin ser detectado?. Su objetivo era únicamente Shinku, pero sin ayuda de su mayordomo tenia que llegar a ella.


-(Tch... Si entro por la puerta seria estúpido, haría mucho ruido, además, probablemente tanto puertas como ventanas están cerradas y ese mayordomo demonio puede verme... Maldición) -Frunciendo el entrecejo-


Pasea su fría mirada por el exterior de la gran mansión, y detiene su vista en una de las ventanas, la única que por lo visto, estaba abierta, pues claramente puede ver como las cortinas se movían por el viento que entraba. ¿Pero como llegaría hasta ahí? Es absurdo el pensar, que puede trepar hasta arriba.

-(Que tontería... Eso es ridículo, pero... Necesito encontrar una forma de entrar por esa ventana, y entonces...) -Saca por entre sus ropas la daga de oro dentro de su funda y la observa detalladamente- (Usare esto en ella...) -Con una expresión que reflejaba una gran melancolía revuelta con odio-


Miraba atentamente la daga que brillaba en dorado, algo indeciso en su interior, cuando se escucha que alguien se aproxima a él. Rápidamente el joven conde reacciona y mira a sus lados sin encontrar a nadie cerca.


-!Au! -Se oye Pluto en su forma humana detrás de él-

-!Pluto! ... -Se gira a verlo algo sorprendido y molesto a la vez- ¿Que haces aquí?

-¿Au?... -Se sienta en el suelo como perrito obediente-

-(Debió seguirnos desde la mansión... ¿Lo habrá visto alguien? A estas horas de la noche lo dudo... Claramente le dije a Finny que lo amarrara y lo tuviera controlado, ahora solo me estorbara, aunque normalmente solo obedece a Sebastian así que no me seguirá) -Da media vuelta y camina hacia la mansión mientras sigue pensando como entrar-


Pluto lo sigue siendo juguetón se le echa encima haciéndolo caer y lame su mejilla...

-!Oye!... !Perro tonto! -Enfadado y en el suelo lo mira extrañado de su comportamiento- (¿Que pasa por que me sigue?) ! Aléjate! -Lo aparta de su cuerpo y se pone en pie-

-!Au! -Lo olfatea con una sonrisa hasta que observa la daga que tenia en su mano y los ojos de Pluto brillan en rojo por un instante- Au~... -Sonríe ampliamente queriendo jugar con el lo rodea-

-(Parece que es así conmigo por la daga....) -Deja de mirarlo y eleva su mirada hacia la ventana abierta- (Si pluto cambia a su forma de perro demonio... Tal vez así pueda entrar por esa ventana... No se de que otra manera pueda hacerlo... !Debo darme prisa! ) -Mira a Pluto- !Pluto! ! Ayúdame a subir a la ventana! -La señala- !Ahora! -Frunciendo el ceño-

-!Auu! -Sonríe con sus ojos cerrados-


Ya en su forma de perro gigantesco, lo pesca con sus dientes delicadamente de la ropa por su espalda, subiéndolo así hasta la ventana, lo cual a Ciel le parece extraño y se siente algo indignado.

Termina por atravesar la ventana poniendo sus pies dentro de lo que parecía ser uno de los corredores y observa los ojos del enorme perro por la ventana sonriendole de medio lado.

-!Bien hecho Pluto! -Dicho esto recorre el pasillo apresurado tenia que encontrar la habitación de Shinku, siendo cauteloso al andar puesto que Claude podría verlo-



Ciel sabia que el tal anillo lo mantenía unido a Shinku lo que lo hace pensar que si se deja llevar por su corazón encontraría el dormitorio de la bella doncella de vestido carmesí.
Y así lo hace, logrando sentir como su corazón palpita cada vez mas al tener la ligera sensación de acercarse a ella, detiene sus pasos frente a una de las puertas del largo pasillo y le extraña que el demonio mayordomo de la casa Trancy no aparezca. Dejando ese pensamiento a un lado, abre la puerta de golpe sin importarle si la despertaba, pues antes de matarla quería hablar con ella.
Shinku  instantáneamente abrió sus grandes ojos azules con impacto y mira hacia la puerta saliendo de la cama.


-Ciel... ¿Que haces aquí? -Asombrada al verlo, vistiendo su ropa para dormir-

-Shinku Trancy... -Masculla caminando hacia ella- Tú y ese maldito anillo me han subestimado, han deshonrado mi dignidad de la manera mas despreciable...

-... -Queda sin habla, totalmente paralizada-

-¿Ves esto?... -Extiende el brazo mostrándole  la daga- Con el mas mínimo rasguño morirás... Si llamas a tu mayordomo o a alguien más, cuando ellos lleguen aquí, tu ya habrás muerto... !¿Escuchaste?! -La amenaza tomando valor para alzar la voz sin apartarle su vista-

-... -Empieza a temblar y da un paso hacia atrás topando en el borde de su cama-

-!Dime! !¿Por que usaste ese anillo?! Se que ese ángel lo controla y que tu también eres una víctima, pero también se que no se te forzó a ponértelo... -Se acerca con pasos acelerados y al estar cerca la encara molesto, mirándola fijamente- !Contéstame!

-C-Ciel... -Su pecho es embargado por la tristeza y poco a poco siente que las lágrimas no tardaran en salir-

-!Te odio! -Exclama cargado de furia haciendo eco en los oídos de Shinku-


Eran palabras muy fuertes, tan fuertes como lo eran sus sentimientos que aún se revolvían en lo que parecía una eterna confusión. No eran esas palabras las que Shinku deseaba tanto escuchar, sus sueños son destrozados al igual que su corazón, que era tan frágil y delicado como la seda. ¿Todo esta perdido? ¿No podrá salvarlo? Sacarlo de esa oscuridad.
El corazón de Ciel aun guardaba odio, ese sentimiento que tanto anhelaba convertir en amor. De los hermosos ojos de Shinku brotaban lágrimas que bajan por sus blancas mejillas. Era tan duro para ella.

En ese momento, el joven conde queda en total silencio, no dijo más, le era imposible continuar, también apartar su mirada de ella, que expresaba entre odio y amor. ¿Por que dijo eso? Si realmente no quería hacerlo... No sabia lo que sentía en ese instante, era incapaz de seguir actuando de esa manera, solo la veía llorar, como si nunca antes hubiera visto a una dama hacerlo. El anillo de una piedra rubí que usaba Shinku, ese anillo que inicio todo, volvió a reaccionar, pues Ash estaba cerca, era tiempo de aprovechar esa oportunidad de tenerlos solos y juntos, como deben estar.
 Ciel se siente débil ante el lloriqueo casi silencioso de Shinku, quien pasaba sus dedos con delicadeza por debajo de sus ojos y mejillas tratando de eliminar las lágrimas que no se detenían, ahí fue donde el anillo brillo, esta vez ese brillo rojizo fue tan intenso, que alumbro la oscura habitación de esa tonalidad tan viva por unos segundos, y aunque fuera muy intensa la luz, los ojos de Ciel no podían percibirla, se concentro en ver a Shinku e inconscientemente sonrió con ligereza, sacando un pañuelo blanco, se acerca a ella para secar sus lágrimas.



-Mírate... -En un tono suave- Ese rostro afligido no va con tu belleza, esta resalta mas cuando sonríes.

-... -Deja de derramar lágrimas y lo observa angustiada con sus ojos brillosos-

-¿Pero que clase de caballero soy? Haciendo llorar a una dama... Eso no es apropiado ni digno -Sonriendo leve-



¿Era por el efecto del anillo?... Ciel sentía tantas ganas de tenerla entre sus brazos por lo que simplemente lo hizo, y cerro sus ojos.



-Perdóname.... -Pronuncio con arrepentimiento abrazándola-

-Ciel... -Le corresponde y medio cierra sus ojos- No te preocupes... Esta bien... -Avergonzada-



Deja caer la daga al suelo, olvidándose de todo, solo se dedica a disfrutar de esa cercanía que lo estaba inundando en una emoción más que hermosa, que casi lo quería hacer llorar.


-Te amo Ciel... -Sonríe con sus ojos cerrados sin soltarlo-



El alegre y conmovido ángel Ash, aparece sin hacer ruido en uno de los rincones de la habitación, observando expectante la escena. Por lo visto su gran momento había llegado, con una sonrisa de oreja a oreja y una encantadora mirada aprecia su obra en silencio.

Shinku y Ciel permanecieron unidos por el abrazo mas cálido y duradero que ha sentido Ciel en toda su vida. Del cabello y piel de la rubia parecía desprenderse un agradable y embriagador aroma a rosas rojas, completamente embelesado y poseído por el amor, sin ser capar de borrar su sonrisa, despega sus labios pensando en pronunciar esas dos poderosas palabras que saldrían naturalmente de lo mas profundo de su corazón, y serían las que sellarían todo finalmente.

Ash sabia muy bien que el momento mas esperado por el, estaba por realizarse, celebra por dentro y murmura.


-Aleluya, ya era hora... -Sonríe-


Ciel la estrecha con sus brazos protectoramente y abre sus ojos.

-Shinku... Te... Te... -Inhala algo nervioso- Te amo.... -Cierra lentamente sus ojos-



La rubia ojiazul se siente tan feliz que sonríe sin abrir sus ojos y le da un beso rápido en la mejilla como en modo de agradecimiento.

De repente van siendo cubiertos por una luz blanca que los rodea de destellos plateados que simulaban ser estrellas, y aunque no lo supieran ni sintieran nada, estaban siendo envueltos por un poder superior que los purificaba.

Ciel pasa sus manos al lazo que tenia el cabello de Shinku completamente recogido y lo jala dejando suelto el dorado cabello de la doncella que cae hasta casi llegar al suelo y las manos de Ciel lo acarician suavemente, tomando después su nuca con ambas manos se aleja un poco de ella para mirarla fijamente y acercarse más a su rostro, poniendo sus labios contra los de ella al cerrar sus ojos, en un tierno y dulce beso que hace a Shinku sonrojar. Sus corazones se agitan palpitando al mismo tiempo, estaban conectados y enlazados por un hilo dorado desde su interior. Ambos tienen una sensación embargadora y relajante que no saben identificar es ¿Felicidad infinita?.
El joven conde retira sus labios y vuelve a abrazarla ya no quería separase de ella, sentía la necesidad de quedarse unido a ella para toda la eternidad. Se seguían purificando.


El ángel sintiéndose triunfante deja salir una risa satisfactoria y con una gran sonrisa no deja de contemplar la escena que para el era todo un orgullo, con pequeñas lágrimas en el borde de sus ojos.

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Mientras tanto el demonio rojo, vuelve a la mansión después de merodear por las calles de Londres, eran justo las tres de la mañana y se había aburrido, cuando un fuerte presentimiento lo ataca, invadiendo todos sus sentidos. Sin pensarlo más corre hacia la habitación de su ama preocupado  por ella, encontrándose con la inesperada escena de Ciel y Shinku, abrazados, junto con el ángel, quien estaba presente y sonriente.



-!Shinku! -Exclama el demonio muy impactado sin saber que hacer-

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Dentro de la casa de los gatos, estaba el demonio de orbes rojizos, cerca de donde descansaba y soñaba Charlotte, acariciaba el suave pelaje de uno de los gatos, mientras se sumergía en lo mas profundo de sus pensamientos.
Es en ese momento que llega a escuchar un corazón palpitar junto con la desagradable risa de Ash. Rápidamente suelta al gato que cae sobre sus patas.
Corre apurado, saliendo de la casa en dirección a la mansión Trancy, sabia que algo estaba sucediendo, pues al mirar el dorso de su mano donde estaba marcado el sello que tenia del contrato con Ciel, se estaba desvaneciendo muy lentamente.

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El mayordomo de Ciel intranquilo entra a la mansión y sube las escaleras apresurado, mirando a sus lados con el entrecejo fruncido, teniendo precaución por si se llegase a encontrar con Claude en su camino, sentía que no tenia tiempo y que tal vez ya era muy tarde...

Los ojos de Sebastian se abren totalmente al ver a su amo abrazado y aferrado a Shinku, permanecían juntos con sus ojos cerrados, en su rostro se manifestaba toda esa paz que sentían en su interior. La ropa de su amo se ha decolorado, estaba toda en color blanco.
Sebastian sabia muy bien lo que estaba pasando en dicha escena, pues las plumas blancas y pétalos rojos estaba siendo purificado, al haber aceptado el amor que siente hacia Shinku. Grell al ver a Sebastian a su lado sonríe alegre, mas no se emociona tanto por que su ama también esta involucrada y quiere "Salvarla" Pues aun mantenía un contrato con ella, el cual también se estaba desapareciendo y eso extrañamente le inquietaba.


-!Bocchan! -Grito aún sorprendido el demonio, nunca creyó que su amo caería en la trampa del ángel-

-Es inútil Sebastian... Esas almas... Son inmunes ahora a ustedes los demonios... -Ríe avanzando hacia ellos- Admítanlo...Han perdido.


Los demonios intercambian miradas y asienten con sus cabezas, acto seguido, corren hacia sus almas siendo obstinados y tratan de tocarlos al extender sus manos pero antes de que pudieran hacerlo, una inmensa fuerza invisible los empuja alejándolos bruscamente de ellos. Sebastian cae con gracia en pie y Grell cae al suelo devastado .


-!Ay! !Dolió!~ -Sonando molesto el pelirrojo- ¿Ahora que hacemos? -Se cuestiona Grell mirando a Sebastian-

-(Mi Bocchan ¿Lo he perdido?)... -Piensa con la preocupación reflejada en su rostro- (No lo creo, quizá ya no pueda recuperarlo en este momento, pero aun puedo romper ese poder del anillo de esa manera todo esto desparecerá y volverá a la normalidad)


Ash con una sonrisa cerca de sus almas, eleva sus manos a lo alto y extiende sus alas.


-!Unos minutos mas y quedaran completamente puros! !Sin un rastro de maldad, ni la mas mínima mancha de suciedad! -Exclamaba con emoción y con una gran sonrisa- !Ciel y Shinku, ahora le pertenecen al cielo y no al infierno, después de esto ellos esperaran el momento de su muerte y cuando eso suceda, yo me encargare de venir personalmente por sus almas, y de llevarlas al cielo, a la gloria, a la luz!... Donde vivirán felices toda la eternidad... Sera ahí cuando yo Ash habré cumplido con mi misión, y todo al fin terminara... !Eso es lo que hay que esperar, ya no pueden volver atrás!...

-(Es molesto escucharlo... Quiero matarlo ahora mismo) -Pensaba el demonio de negro-



Sebastian se inclina para recoger del suelo la daga de oro que Ciel no uso en Shinku y la observa detenidamente.


-(Y aun siendo tan fácil... Bocchan fue incapaz de herirla... De verdad ¿Sera que el amor es la fuerza mas grande?... Parece sacado de un cuento de adas, pero al parecer es mas real que todos los que estamos aquí presentes...)



Tenia que pensar rápido... Si quería rescatar a su alma, debía encontrar una forma de vencer a ese ángel, pues es la única manera de romper con todo... Era fácil solo debía consumir a Charlotte pero nuevamente su corazón se interponía y lo hacia dudar, no quería perder a tan valiosa compañera. Si lo que necesitaba era mas fuerza para vencerlo, entonces una idea algo descabellada que nunca pensó tomar en cuenta, y que en este momento lleno de desesperación vino a su mente, sabiendo perfectamente que es muy posible que funcione, le hace sonreír con malicia.
Piensa que puede unir fuerzas con los otros demonios, lo cual le parece incluso ofensivo para él, pues nunca había pedido ayuda para solucionar sus problemas, pero estaba al borde de la perdida, de la gran perdida... De una gran tragedia.
Aunque se sienta denigrado con lo que pensaba hacer, esta obligado ya que no existe otra escapatoria o otra solución.


Grell miraba a Sebastian esperando a que dijera algo y así poder actuar.
El ángel abrazaba a Shinku y Ciel que en ningún momento se habían separado, seguían de la misma forma.

Todo lo negro de su alma al igual que sus vestimentas se volvieron blanco... La pureza reinaba en sus corazones y la humillación aguarda a Sebastian quien solo borra esa sonrisa y arrugando el ceño mira al ángel con desprecio.


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