martes, 14 de enero de 2014

La Bruja y el Ángel mestizo. [ Capitulo 1]







                            Capitulo- 1






Así crece desde su raíz, una melena rojiza. Pecosa y muy pálida de su piel.  A algunas personas les cuesta creer que sea real tan esplendida y extravagante belleza, que ha heredado de su madre, recientemente fallecida.
Corre y corre entre los árboles que se extienden hacia el cielo. Así es como los ve la pequeña Charlotte con esos ojos inocentes, y llenos de vida a sus diez años.
Se ha escapado de su padre. Él la perdió de vista, y ahora a gritos la llama con la esperanza de encontrarla. Pero Charlotte emitiendo risitas traviesas sigue corriendo más y más lejos, haciendo caso omiso a su padre. Le parece divertido el jugar así. Sin saber los peligros que esconde el bosque.

Tenían poco tiempo viviendo en el campo, en una enorme casa vieja, que encontraron abandonada, su padre apenas la repara. Se había cansado que en Nueva York, la gente discriminara a su hija por el matiz nada común de su cabello. Es por eso que se fue a vivir lejos con su pequeña y única hija.


Los límites de las tierras del valle Mohawk no están muy retirados de su hogar, lo que su padre sabe muy bien, por eso le inquieta que pueda pasarle algo al único ser querido en su vida.

Se detiene en seco al captar movimiento en un arbusto cercano a él. Es un conejo.
Respira, y se queda estático viendo a su alrededor, con los rayos solares traspasando las ramas de los árboles que crujían con el viento. Silencio.
« “Vamos hija te enseñaré como encontrar frutillas…” Pésima idea». Piensa arrepentido. »Tan irresponsable de mi parte, aunque entiendo que se haya emocionado, nunca había salido de casa. Pero ahora… está en peligro ».
Atento a su contorno continúa su andar.


—¡Charlotte! ¡Por favor hija, ven aquí! «Tiene que estar cerca. No descansaré hasta encontrarla. »




La faldita del vestido blanco de Charlotte se engancha a unas espinas, sin lastimarse. Con sus pequeñas manos intenta separar su vestido pero es inútil. Hala con todas sus fuerzas en vano. Es su esfuerzo, el que la hace caer de nalgas en la tierra.

Y puede oír pasos apresurados junto con voces que no entiende, cada vez más cerca. Se asusta y no sabe qué hacer, así que mira abajo y cierra sus ojos queriendo desaparecer.
Siente una presencia ante ella. Abre sus ojos y lo puede ver. Es un niño al igual que ella, pero su piel es más oscura, aunque no tanto como los que vienen tras él. Su ropa es muy extraña y la observa detenidamente sin inmutarse.

—¡Ratonhnhaké: ton! —grita un niño de los cuatro que lo siguen.



Los demás niños que vienen detrás también se detienen a mirarla, pero sus ojos  no dicen lo mismo que los del niño frente a ella. Tienen grabado el miedo.

Charlotte no entiende lo que exclaman espantados. Es otra lengua. Pero el niño que la visualiza concentrado, seguro sí.

—¡¿Quién es ella?!

—¡Es muy extraña! ¡Me da miedo!
—¡Mira su piel pálida! ¡Y su cabello como el fuego! ¡Es un monstruo! ¡Una bestia!
—¡ Ratonhnhaké: ton! ¡Por eso nuestros padres nos pidieron no ir más lejos del valle!

Uno de los niños sujeta a Ratonhnhaké: ton de su brazo.


—¡Ratonhnhaké: ton vámonos, rápido!

—Mira sus ojos. —responde en seco.

Su amigo también la observa mientras los otros niños se marchan a toda prisa.

Son unos orbes brillantes, profundos, como un par de esmeraldas grandes. Guardan un temor, gritan “auxilio”. No hacen falta las palabras.

—Ratonhnhaké: ton … será mejor que nos vayamos. —con el rabillo del ojo lo mira.

—No. Ve tú, yo iré después.
—Ratonhnhaké: ton —insiste viéndolo.


Con una mirada basta para que su amigo también se fuera. El joven nativo se inclina y estira la tela rasgándola una pizca, pero dejándola libre. Amable pero inseguro, le tiende su mano y Charlotte la coge levantándose de la tierra. No deja de verlo, admirada.


—Gracias. —pronuncia en inglés esbozando una sonrisa.



Casi involuntariamente lo atrapa en un abrazo con una ancha sonrisa. Ratonhnhaké: ton queda pasmado e inmóvil, sin entender su gesto.


—¡Atrás! —grita en inglés sin darse cuenta y la aparta  con sus manos.

—¡Oh, también sabes hablar!  —sonando emocionada— ¡Hola! —cubre su boca con su mano para evitar reír— Estás sucio como un perro callejero, pero… ¡me has ayudado! ¿Cuál es tu nombre?.

—¡Charlotte!


Resuena el grito de su padre a lo lejos.


—¡Mi papi! —inquieta sujeta la mano del pequeño nativo y se echa a correr con él.


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—No, no quiero ir con mi papi… es aburrido.

—Entonces… —extiende su dedo a lo alto de un árbol— subamos… así no te encontrará.
—Pero yo… no sé…

Agachado se encorva y la carga en su espalda.


—Sujétate bien.


Charlotte insegura e intranquila cierra sus parpados, y estrecha su cuerpo aferrándose. El jovencito demuestra su agilidad, su fuerza y resistencia, trepando por el tronco y ramas del árbol, hasta lo más arriba que puede.

En una gruesa rama la deja sentarse, y él se mantiene en pie apoyando su mano en la corteza del árbol. Admiran el horizonte en todo su esplendor, la naturaleza en toda su extensión, junto con el cielo donde flotan las nubes, que pasando cubren al radiante sol de mediodía.

—Qué bonito. —fascinada Charlotte. Queda hipnotizada ante la preciosa vista que jamás ha tenido antes.


Ratonhnhaké: ton no sabe por qué siente la necesidad de estar con ella, no comprende casi nada, solo sabe que se siente muy bien. Por más raro que parezca. Nunca se ha relacionado con alguien fuera de su tierra. ¿Pero por qué? ¿Por qué cree que necesita estar con ella? Cuidarla, protegerla.

Es como si estuviera perdido en un sueño desde que la vio.
El sonido del aleteo de un águila que vuela sobre la copa del árbol llama su atención, rompiendo el silencio. Luego la gran ave vuela por enfrente de sus ojos y se eleva, desprendiéndose de sus alas una pluma. La cual cae suavemente y Ratonhaketon apoyándose en otra rama estira su cuerpo para alcanzarla y atraparla con su mano.

—Estas son valiosas. Mira. —se acerca a ella sentándose a su lado y pasándole a su mano la pluma de águila.


Charlotte no entiende mucho, pero coge la pluma y la contempla sin encontrarle algo especial.


—¡Ratonhnhaké: ton!


Suena un grito de una mujer adulta. Lo que provoca un sobresalto a Charlotte y se echa hacia atrás involuntariamente sintiendo los brazos del chico sostener su espalda. Si no fuera por eso habría caído del árbol.

Esa voz el pequeño nativo ya la ha reconocido.

—Espérame. Volveré por ti.


Dicho esto el pequeño baja del árbol. Encontrándose con su madre visualmente indignada, furiosa, y con sus manos a la cadera.


—Ratonhnhaké: ton. ¿Por qué desobedeces? Sabes que es peligroso salir del límite del valle.


Sigue sermoneándolo y captura la atención de Charlotte. Con cuidado, se mueve para asomarse y ver abajo al niño siendo regañado por su madre. Lo que la hace pensar en su padre «Papi, debe estar muy preocupado ».

Aunque probablemente es tarde para pensarlo. Esa mujer ha tomado el brazo de su hijo y se lo llevará a la fuerza.
La pequeña Charlotte, no conoce el bosque y su estómago protesta su hambre. Se levanta manteniendo el equilibrio, e intentando bajar por su cuenta, pero sus pies se resbalan de la corteza y cae golpeándose en la cabeza. Tendida en el suelo y completamente desmayada.
La madre de Ratonhnhaké: ton, antes de irse se percata del ruido y se vuelve para ver a esa niña de cabello como el fuego, inconsciente en el suelo. Sabe que cayó del árbol, del mismo en donde estaba su hijo. Frunciendo el ceño lo mira con desaprobación.


—¿Estabas con esa…? Rápido, camina. —lo sujeta con más fuerza.

—Madre, ella está sola. Debemos ayudarla. —trata de soltarse de su agarre mientras ve a Charlotte por el pie del árbol— Mira… no se mueve.
—¡Ratonhnhaké: ton! No podemos relacionarnos con esa gente blanca. Esa gente es mala. No confíes en ellos. Vamos.

Su madre ignora todo lo que le dice con la intención de ayudar a Charlotte.


Tras varias horas. Cuando atardece, el padre de Charlotte la encuentra desmayada en el suelo. Sana y salva aunque inconsciente. Se siente aliviado, contento de haberla hallado antes de que anocheciera.


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Es un secreto, su amistad es un secreto, nadie aparte de ellos lo sabe. Ellos vuelven a encontrarse y juegan juntos. Ratonhnhaké: ton le enseña a trepar en los árboles, a esconderse de los lobos y osos. Buscan más y más plumas de águila que Charlotte guarda en un cofre bajo su cama. No pasa mucho para que sus padres se enteren.

La madre de Ratonhnhaké: ton se enfurece, porque aunque lo castigue, el sigue viéndola con mucha frecuencia. Mientras el padre de Charlotte al darse cuenta que ese “salvaje” no resulta tan salvaje, la deja libre, sabe que la protege, aunque sea un niño de diez años conoce mejor el terreno que él.

Por ahí corre un río con abundante agua, y lo atraviesa un camino de rocas grandes, aunque separadas. Ratonhnhaké: ton pone un pie en una piedra y de un brinco cae en la otra y así llega al otro lado.


—Ahora hazlo tú. —con un rostro inexpresivo.

—¡Sí! ¡Si puedo! —sonriente salta en una roca, y pasa a la otra pero se resbala y cae al agua.


Siendo llevada por la corriente. No sabe nadar.


—¡Ratonhnhaké: ton!


Grita manoteando el agua, en su intento por mantener su cabeza afuera del agua, y es arrastrada por el río. El pequeño nativo no es lo suficiente grande para salvarla del rio nadando. Por lo que opta por buscar una rama larga y la pone a su alcance al correr por la orilla. Charlotte la sujeta y Ratonhaketon tira con toda su fuerza pero es inútil.


—Ratonhnhaké: ton.


Suena la voz de su mejor amigo. No sabe de dónde ha salido, pero no va a preocuparse por eso ahora.


—Rápido, ayúdame.

—Sí.

Ambos tiran y lentamente la aproximan al borde del río. La ayudan a salir y tose, empapada de su vestido, se recuesta agotada en la tierra con sus ojos cerrados, jadeando. En tanto su amiguito nativo la contempla en pie.


—No deberías estar con ella. —comenta Kanéntokon— Tú madre otra vez estaba llorando.

—Yo quiero estar con ella. También es mi amiga.
—Pero… es mala.
—No es mala. Kanéntokon mejor vete.
—Pe-pero…
—Vete. —le apunta con su dedo hacia la dirección que debe seguir.

Su amigo se retira justo como desea. Ratonhnhaké:ton se sienta cerca de ella, viéndola atentamente. Charlotte abre sus ojos y gira su cabeza observándolo con una sonrisa.


—¡Gracias!


Se endereza para envolverlo en sus pequeños brazos. Un abrazo húmedo, pero a su vez cálido.


—Gracias Ratonhnhaké: ton —en un tono dulce y suave.

—Deberías tener más cuidado.

Se ha acostumbrado a sus abrazos aunque todavía no sabe cómo responder ese gesto.


—¿Qué decía tu amigo? —lo suelta para ver sus ojos.

—Tú y yo, somos amigos. —hace caso omiso a su pregunta— Por eso, yo debo darte algo para sellar nuestra amistad.

Con sus manos se quita su collar de tres colmillos de lobo que le dio su Madre, y el mismo lo cuelga al cuello de Charlotte acomodando su cabello colorido como la sangre viva.


—Así, siempre seremos amigos y yo te protegeré. Conmigo no tienes que tener miedo. —sonríe por dentro.



Charlotte frunce sus labios y le truena un besito en su mejilla. Las mejillas de Ratonhaketon se encienden inevitablemente y abre mucho sus ojos tocando su mejilla.


—Charlotte…

—Así, sello nuestra amistad. Papi así me dice que me quiere. —sonrojada sonriendo.

Ese gesto permanece en Ratonhnhaké: ton por unos segundos.


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Transcurren siete años.


Inquebrantable, es la unión de los dos.

Charlotte ha aprendido mucho de él. Compiten continuamente en carreras, y en subir y saltar de árbol en árbol. Es tan sólida su relación que Ratonhnhaké: ton ya casi no habla con su amigo y sigue sin obedecer a su madre, ganándose la indiferencia de su aldea. Pero no le importa, el sigue divirtiéndose con su mejor amiga Charlotte. Ni siquiera le importa si un día lo echan de su aldea. Él sabe de caza, y todo lo necesario para subsistir por sí mismo. Su madre vive muy aparte de él, en la aldea.

Es noche y sabe dónde no hay lobos, ni criaturas peligrosas. Ahí enciende una fogata y prepara todo para cocinar un par de conejos. La primera caza de Charlotte.

Ella arrastra un tronco que les servirá de asiento.

—Te has vuelto muy fuerte y ágil. —comenta Ratonhnhaké: ton tomando lugar a su costado en el tronco, viendo cómo se cocinan los conejos en la lumbre.

—Gracias a ti. —contempla una pluma entre sus dedos.
—No, tú te has esforzado mucho. Yo solo, te he acompañado. —mira el cielo tapizado de estrellas.

Con la pluma acaricia su mejilla para atraer su mirada.


—Eres muy lindo. —exhibe una sonrisa pícara.



Sus miradas se encuentran y así permanecen. Con el vibrar de sus corazones rebosantes. Van acortando la distancia que divide sus rostros, y es Charlotte quien oprime sus labios contra los de él, tocando sus hombros.  Se inclina, quedando casi encima de su cuerpo. Intenta inexpertamente prolongar el beso con sus labios rosados temblorosos y tibios, sedientos de sentirlo más cerca. El roce primero es raro, pero resulta placentero para los dos. Sus respiraciones se aceleran y respiran sus alientos. Embriagándose. Cuando él sin querer muerde su labio inferior suavemente, lo que hace que Charlotte se aparte, tocando con sus dedos sus labios y viéndolo espantada queda enmudecida.


—Perdón.


Brota de los labios de Ratonhnhaké: ton, quien baja su mirada avergonzado y con sus mejillas ardiendo. Charlotte no sabe si lo que hizo está bien o está mal. Solo se dejó llevar. Eso anhelaba con tantas ganas, desde hace días.

Sin poder soportar la duda, se incorpora y acto seguido se echa a correr para volver a su casa, sin mirar atrás. En tanto su amigo al percatarse de su huida se dispone a seguirla, pero alguien  de un tirón lo hace volver. Viendo detrás puede ver a Kanéntokon. Tan inesperado y repentino como siempre.


—Ratonhnhaké: ton tu Madre te está esperando. Dice que es urgente y que vengas ya.








2 comentarios:

  1. XDD el amigo de ratonhaketon aparece de la nada XDD que bueno que no interrumpio algo bueno ;D ekkeke
    D: a charlotte la discriminan por tener un cabello genial y original? XD que mal plan,el padre de charlotte le vale madre que ande de amigo con el mestizo hermoso <3 y la mama de ratonhaketon es una entrometida (??) que deje a su hijo en paz con su "amiga" XDD los niños se asustaron con charlotte :D pues ya estaban a costumbrados a su gente de piel oscura y luego verla a ella o.o si da un poco de miedo kekeke pero charlotte es muy hermosa y tiene razon ratonhaketon es muuy lindo <3 Asdfjsgdydfsf <3
    Ahhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ahh!!! ME ENCANTO ESTA PERFECTO *o* Que buen inicio!! ayy que hermosos son charlotte y ratonhaketon <3 <3 AH!! se besaron aww y charlotte no sabe por que hizo eso y ratonhaketon le regalo su collar de tres colmillos <3 assdffjsddsdrdhgd <3 ah simplemente genial que buen inicio y me quede INTRIGADAA!! quiero leer maas!! este fanfic lo voy amar estoy segura n.n esperare la continuacion <3

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  2. A Ezio Auditore le gusta esto <3

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