Break teclea en el tablero del
mando de la nave. Arrugando el ceño y con su vista al frente viendo como los
Alienbots que ha enviado se enfrentan a la milicia. Las naves del equipo Break.
Han tomado cierta distancia en el cielo y esquivan fácilmente los disparos de
los soldados. Y las naves redondas enemigas, intentan derribarlos con potentes ráfagas
que producen, pero es en vano.
—¿Break, que pasará con Lea,
Seungri y el otro par? ¿Crees que podremos vencerlos sin ellos? No son
suficientes Alienbots.
Sonó la voz de Steve a través
del transmisor de la nave. Break observa
como a un Alienbot, lo han hecho pedazos en el campo de batalla afuera del
laboratorio, y no muy lejos de la concentración del Haarp. Desde ahí se puede
divisar.
—No te distraigas. —Objeta
serio.
«Sé que ellos podrán controlar
a Jake. Pueden evitarlo y escapar. Estoy seguro de que lo lograrán… si trabajan
juntos. Nuestro objetivo principal es destruir el Haarp, pero lo están
defendiendo, es justo como me lo esperaba, pero no exactamente como creí que
pasaría. »
Posa su mirada en el
Laboratorio unos segundos «Lea… Seungri, vengan ya. ¡Hagan algo! »
.
.
Los gruñidos seguían junto con
el sonido de unos pasos. Se acerca lentamente saliendo de la oscuridad y se
descubre un rostro conocido para Edric y Lea: Jake.
María esta atónita
completamente pasmada. No puede pensar ni moverse, aún sufre el dolor de su
herida en el hombro. Edric está muerto del susto y se puede ver con claridad en
su rostro, no deja de temblar y retrocede unos pasos con cobardía. ¿Qué puede
hacer? Solo es un científico, no está preparado para esto, pero Lea… sí.
La responsabilidad de proteger,
tanto a Edric, Seungri, como a la chica desconocida, cae sobre ella, con un
peso enorme, casi insoportable. Pero… ¿Quién más va a hacerlo? Sin embargo
tiene que considerar, que se trata de Jake un compañero, un aliado y hasta un
amigo. Seguramente Break no le perdonará que le quite la vida, además que no es
capaz, y ¿Qué tan segura puede estar de lograrlo sola? Tiene que ir con
cuidado. Se ve obligada a luchar contra Jake, sin lastimarlo al grado de
dejarlo sin vida. ¡Pero qué difícil!
Le falta seguridad, pero aún así,
toma el mando de la situación.
—¡Edric! —le llama y lo voltea
a ver determinada— Quiero que cuides de Seungri y la chica.
—Mi nombre es María. —articula
débilmente y desvía su mirada.
—Bueno, a María.
Casi involuntariamente intenta
arrastrar a Seungri hacia Edric, pero se percata que es tan ligero como una
pluma. ¿A qué se debe esta sensación? Lo puede cargar en sus brazos, como si
fuera un machote bien fornido. ¿Cómo es posible? ¿De dónde ha salido tanta
fuerza?
Sin importarle nada, ni si
quiera las miradas de María y Edric, se apresura y lo acerca a Edric, acostándolo
en el suelo cerca de sus pies.
—No se muevan de aquí. Yo… me
encargaré ¿De acuerdo? —sonando insegura.
Un Jake con ojos irritados y siendo
manipulado, da pasos hacia ellos balanceándose.
—¿Te has vuelto loca? —habla
María tocando su hombro sangrante y frunciendo el ceño la mira— ¡Solo míralo!
¡Estamos acabados!
—¡Tú cállate! —le dirige una
fulminante mirada— Fui entrenada para esto. Puedo hacerlo. —eleva el volumen de
voz—
Edric enmudecido admira la
valentía y decisión de Lea, de la cual le gustaría empaparse. Es fascinante.
Tan bella como valiente.
Sin más. Lea avanza hacia Jake
quien no le da tiempo y se echa sobre ella, como un lobo a su presa, haciéndola
caer al suelo. Y la sujeta de sus muñecas, cuando forma un puño con su mano,
pretendiendo golpearla, Lea al solo querer apartarlo, involuntariamente le da
un fuerte empujón, lanzándolo al aire hasta impactarse en la pared hundiéndose
en el muro de metal y se derrumba al suelo, aturdido mas enfurecido. Lea con
sus ojos muy abiertos por lo que ha pasado, se levanta y sintiendo una energía
inmensa, una potencia que recorre su cuerpo, se carga de seguridad y se traza
una sonrisa en sus labios. Aunque no comprende mucho el ¿Por qué esa fuerza?
Ahora mismo, es lo que menos importa.
—¡Jake! ¡Sé que estas siendo
manipulado mentalmente por el Haarp! Pero… lo siento. Tengo que hacer esto.
Jake gruñe muy fuerte, casi
sonando a grito. Y apretando sus dientes va hacia Lea con sus manos como garras
al frente. En tanto Lea se impulsa y en un salto largo cae sobre sus pies
detrás de él, dando un giro. Todo en un instante. Engancha un brazo a su
cuello, y lo atrae haciéndolo caer al piso, reteniéndolo ahí. No le permite
moverse aunque se esfuerce y siguiera emitiendo sonidos guturales.
Edric sostiene a Seungri quien
todavía no reacciona y María cae de rodillas debilitada. Esa bufanda que ató en
su hombro no es suficiente, muy lentamente va perdiendo sangre. Ahora se ve más
pálida y cierra sus ojos lentamente.
—¡María! —le grita Edric.
—¡Estoy bien! —responde
indignada— Tú… fíjate cómo podemos salir de aquí. Debe haber alguna forma. —medio
abre sus ojos viéndolo— ¡Revisa la puerta! ¡No te quedes ahí sin hacer nada!
¡Mira a Lea!
Edric pasa su mirada a la chica
de melena rubia esponjada, que aún retiene a Jake con sus brazos, sin mucho
esfuerzo, recostados en el suelo.
—¡Edric! ¡Intenta hacer que
reaccione Seungri! ¡O encuentra una salida! —vocifera.
.
.
Aquella masa de energía
brillante, en lo más hondo del océano, en donde una multitud de guerreros marinos
junto con Zafrina se encuentran reunidos. Resplandece intensamente, y es
Zafrina quien logra escuchar o percibir algo que el Diju y Lubus le comunican.
—¡Los recipientes de Lubus y
Diju, están en peligro! —anuncia la sirena blanca alzando sus manos— Pero me
dicen que aún no nos necesitan. Sin embargo existe una amenaza, para los
humanos que acompañan a nuestros recipientes. Escuchen bien lo que haremos —eleva
su mirada arriba con esos ojos cubiertos de diminutos diamantes.
.
.
Gerard se ha escondido dentro
del laboratorio en una oficina. Desde allí puede contemplar la batalla a través
de unas proyecciones extendidas en una pared, y también puede dar órdenes y
dirigir su milicia. Pero una idea que no sabe cómo no se le ocurrió antes,
viene a su mente.
—Olvídenlo, no tiene caso. Solo
estamos perdiendo tiempo y soldados.
Creo que me precipite a defender el Haarp, cuando ese mismo es la mayor arma
con la que contamos. ¡Acabemos con ellos de una vez!
Se apoya más en su bastón con
sus dos manos, casi dejando caer todo su peso para arrimarse más a la
proyección con sus ojos exaltados.
—¡Activen el Haarp de una
maldita vez! ¡Y diríjanlo a esas naves sin que lo detecten! —Indica y ordena
con una mueca de coraje— «Al controlarlos… los tendré a mis pies»
Ahoga una risa escabrosa.
—Sí señor. —responde el
comandante de la milicia.
.
.
Desde la concentración de las
antenas del Haarp, se extiende al cielo la onda expansiva que se proyecta en la
aurora yendo directo hacia las naves del equipo Break.
Ellos no se percatan de ese
ataque, siguen controlando sus respectivos Alienbots.
Y de pronto… Break, Steve, Greg
y Derek en sus naves caen al suelo colapsados.
Sus naves se mantienen en el
aire flotando automáticamente, pero los Alienbots al igual que ellos se echan a
los suelos como desactivados.
Los soldados y los que volaban
quedan apacibles y aguardan las nuevas órdenes.
—Pueden descansar soldados. Ya
son nuestros. El Haarp ha hecho su trabajo.
Sonó en cada dispositivo que
llevan los soldados en su oído. Seguido de una risa.
Los soldados desbaratan su
posición y retroceden. Retirándose. Gerard empieza a maniobrar en los controles
del Haarp, para “programar” sus mentes a su antojo.
.
.
Las cosas se complican para
Lea. Jake, está siendo manipulado y cada vez es más violento. Lo único activado
en su cerebro es la “Ira” y “Destrucción”. Lea resiste, aprisionándolo entre
sus brazos en tanto Edric examina la puerta. No hay ventanas y ni otro medio de
escapatoria.
María descansa a un costado de
un Seungri todavía desmayado ¿Habrá muerto ya? Es absurdo el pensarlo, pero así
parece ser.
—Está muy bien diseñada. No hay
modo alguno de abrirla. —Edric toca con su mano pálida la puerta plateada— Un
momento… qué locura. Está hecha de plata esterlina.
—No hablas en serio. —con un
hilo de voz María.
—Sí. Es muy resistente. —baja
su mirada sintiéndose impotente.
Jake hunde sus dientes en el
brazo de Lea con fuerza queriéndola desgarrar y Lea solo aprieta sus parpados
extrañándole el no sentir el dolor esperado.
—¡Seungri! —grita Lea viendo al
mencionado— ¡Nunca creí que diría esto pero… necesito tu ayuda!
De su brazo empieza a brotar
ese fluido rojo, pero no lo suelta. «¡Maldita sea! ¡¿Tengo que matarlo?!. No… ¿Qué
puedo hacer?»
Seungri despega sus parpados
perezosamente, como reaccionado gracias al sonido de la voz de esa chica que
conoce bien. Y lo primero que ve es: María. Una imagen nublada de ella, que
lentamente se va aclarando.
—¿Lea?... Lea…
—¡Seungri! ¡Eres un inútil!
Su voz lo hace levantarse del
suelo súbitamente.
—¡Lea! ¡Oh Dios mío! ¡¿Qué
haces?!... ¡¿Jake?! —atonito.
—¡Cállate y haz algo imbécil!
Seungri llega en un segundo a
ella sin notarlo.
—Jake basta, tú no eres así.
—Él no es el Jake que
conocemos, está siendo manipulado. ¿Qué no lo ves?
Se lo quita a Lea de sus brazos
y lo lanza a otra pared sin darle tiempo de caer, lo sujeta de su camisa y lo
arrastra por el suelo.
—¡Vamos Lea! ¡Hay que salir de
aquí! —voltea a verla.
—¡¿Pero cómo?! ¡¿Y qué crees
que haces?! ¡Es Jake!
—¡Si, y mira tú brazo! Lo
siento no hay otra manera.
La facilidad con la que Seungri
maneja a Jake es impresionante. Pero no hay tiempo de cuestiones.
—¡Vamos! —exclama Seungri
sonriente.
Jake se libera y está por
golpearlo con su puño. Seungri atrapa su puño con su palma y lo sujeta bien,
torciendo su brazo hasta que truena. Jake suelta un grito y jadeando entre
dientes intenta con su otra mano apretar su cuello, pero Seungri lo esquiva y
con su codo golpea su nuca noqueandolo y viéndolo derrumbarse al suelo.
—¡¿Cómo pudiste?! ¡Seungri! —grita
Lea agobiada.
—Solo esta inconsciente. Lo
hubieras hecho antes, fue pan comido. —camina hacia ella tranquilamente y
sonriente- Y todo gracias a los sensores que nos implanto Break.
—Ya no los tenemos. —le
recuerda Lea con un rostro serio.
—¡¿Qué?! ¡Espera! ¡¿Cómo hice eso?!
—se detiene ante ella.
—Olvídalo, no me importa. Por ahora
debemos salir de aquí Break nos espera.
María ya ni puede articular
palabras, no se siente nada bien. Edric se acerca a ellos tímidamente.
—La puerta esta echa con plata
esterlina. Será imposible tumbarla de un golpe.
—¡¿En serio?!. No lo creo. —Seungri
visualiza a Lea— Vamos Lea…
—¡Sí!
Ambos se posicionan frente a la
puerta y en un impulso con sus cuerpos empujan la puerta. Es como si algo
dentro de ellos les brindara la seguridad, la fortaleza.
Por lo visto los intentos de
Gerard por manipular las mentes de los científicos. Son en vano. Ellos no han
bajado de sus naves. Algo está mal.
«¿Cómo es esto posible?... El
Haarp nunca falla. ¿Acaso ellos también son inmunes como esos jóvenes? ¿Por qué?»
.
.
Las sirenas de las
profundidades del océano, por órdenes de sus espíritus marinos, han enviado su
energía para protegerlos del Haarp. Tal y como el Lubus y Diju hicieron con Lea
y Seungri.
Ahora los Alienbots se ponen en
pie, y contraatacan con sus disparos electromagnéticos que al impactarse
estalla cuanto se interponga. Algunos soldados que aún siguen custodiando, son
aniquilados. El equipo Break se ha recuperado, saben que han sido atacados por
el Haarp pero no sufrieron cambios. No es momento de analizarlo, es momento de
luchar por lo que han venido.
Todo este movimiento, sorprende
a Gerard. Distingue que esos Aliens son más ágiles y fuertes que antes. Sus
soldados caen uno tras otro. Y una desesperación recorre su ser.
—¡Acaben con esos Aliens y las
naves! —gruñe.
.
.
El llamado finalmente ha
llegado. Desde el Migima, Zafrina detecta la señal del Diju y Lubus. Es hora de
salir a ayudarlos.
—¡No debemos permitirlo! ¡Ayudémosle
a destruir ese monstruo llamado Haarp!
Exclama Zafrina dirigiendo al
grupo de guerreros al frente como una líder. Mueven su cola enérgicamente, sacudiéndola
y desplazándose por las aguas frías con vigor. Ascienden para alcanzar lo más
alto del mar, y salen como disparados a la superficie, hasta el cielo. Sus
cuerpos son mágicos, y deslumbrados por el suave sol, vuelan como si el aire
siguiera siendo agua, surcando el cielo, atravesándolo por las nubes, hasta
llegar a lo alto de los mares cerca de Alaska y miran más haya en donde saben
que se encuentran. Sus espíritus los guían.
.
.
Retumba el ruido del golpe. La
puerta ha caído. Gracias a la fuerza incomparable de Seungri y Lea.
—Rápido Seungri. Lleva a María
y Edric a un lugar seguro, lejos de aquí
Lea lo mira con el rabillo del
ojo.
—¿Qué? Pero tu sola no…
—¡Hazlo! —escupe la palabra.
El joven asiático, carga en sus
brazos a María sin esfuerzo y asiente junto con Edric. Siguiendo otra
dirección. Lea se echa a correr por el corredor estando alerta a su contorno.
Pasa por enfrente de una puerta medio abierta. Y unas voces masculinas llegan a
sus oídos, haciéndola parar en seco.
—¡¿Qué es lo que se aproxima a
lo lejos?! ¡¿Acaso son más de ellos?!
Cuidando de no hacer ruido al
aproximarse. Asoma su cabeza a esa oficina. Puede ver a Gerard totalmente solo
ante una proyección por donde ve el campo de batalla que se desarrolla fuera
del laboratorio.
Los Alienbots atacando con sus
cañones por los que expulsan algo parecido a relámpagos, que cortan el aire y combustionan
completamente a los soldados hasta dejarlos hechos cenizas, en un segundo. Viéndolo
bien, los Aliens del equipo Break, llevan ventaja.
Con sus ojos Lea vislumbra en
el cielo que una multitud de siluetas blancas que parecen fantasmas se van
acercando y logra captar que son sirenas y sin duda la que surca el cielo y
frente a los demás que la siguen, es Zafrina, la única figura femenina. Su
amiga. Sus parpados se abren tanto que sus labios se separan quedando
boquiabierta. «Zafrina ¿Ha venido a ayudarme?»
—¡Maldita sea! ¡¿Qué son esos
seres?! ¡Destrúyanlos cuanto antes!
—¡Imposible señor! No
disponemos de elementos suficientes ahora.
—¡Mierda! Entonces activen el
Haarp, hacia cada una de las personas de Estados Unidos. Quiero que estén de
nuestro lado. Traigan todos los que puedan aquí ¡Ya!
Si tan solo pudieran usar el
Haarp para controlar a esos seres supuestamente marinos. Pero es inútil. El
Haarp fue creado para controlar solo mentes humanas.
—Señor. ¿Está seguro de eso?
¿No le parece una locura?
—¡¿Cómo osas cuestionarme?! ¡Háganlo
ya!
—Sí.
Lea se oculta tras la puerta.
«¿Es capaz de traicionar y
poner en riesgo a su propia gente?... Ay, por supuesto que sí». Suspira
cerrando sus ojos »Tengo que hacer algo. Justo ahora.
Vuelve a echar un vistazo
uniendo sus cejas.
La onda expansiva del Haarp que
se proyecta desde los cielos de Estados Unidos, envuelve cada una de las ciudades.
La gente, que era la única en el mundo “normal” y se esforzaban por llevar una
vida “normal”, a pesar de las noticias. Son colapsados en sus lugares de
trabajo, escuela, hogares, parques…
Los niños y bebés no soportan
la carga del Haarp, por lo que fallecen al instante. Son los sacrificios que se
lleva el Haarp. ¿A cuenta de qué? ¿Y por qué?
A simple vista las personas
parecen una clase de Zombis. Y en sus mentes alteradas ya tienen grabado lo que
tienen que hacer. Gigantescas naves del ejército de E.U. Los recogen y reúnen una
gran cantidad. Son miles.
Ahora son los nuevos soldados
de Gerard.
En un santiamén son llevados a
Alaska. Donde la batalla está a punto de ser ganada por el equipo Break, ya que
se han puesto de su lado ese grupo de sirenas, que desde el cielo, lanzan sus
flechas, con sus arcos de plata fina, las cuales se roban el alma de quien
tocan.
Break detecta aquellas naves
enormes de donde puede ver que van bajando a toda prisa gruñendo como fieras,
una gran cantidad de personas. Son miles.
—Esa gente… —murmura Break.
Nuevamente las voces de su
equipo se escuchan a su alrededor.
—Break, esa gente es inocente, están
siendo controlados por el… —comenta Greg.
—Ya lo sé. Pero, no nos queda
alternativa. —baja su mirada.
—Espera. ¿Qué pasará si trae a
más gente? Este tipo es capaz. —agrega Derek.
No responde, solo chasquea su
lengua.
—Tal parece que esas sirenas
están de nuestro lado. Así que podremos acabar con ellos y el Haarp pronto. —añade
Steve— Para que esa gente vuelva a la normalidad.
.
.
En la oficina de Gerard
resuenan sus carcajadas.
—Se creen héroes. Adelante,
ustedes mismos destruyan aquello que según quieren salvar. —frunce el ceño— Es
mejor así. ¡El mundo es mejor ahora! ¡La humanidad jamás hubiese cambiado! ¡Ya
no hay delitos, ya no hay abusos, ya no hay maldad! ¡¿No pueden entender que así
es mejor?!
Lea da un paso adentro de la
oficina.
Ahh Lea y Seungri ya son un equipo :D que bueno estoy segura de que lo lograraan!! Ahh que nervios!! me alegra de que zafrina los este ayudando :D oh maria ya esta perdiendo mucha sangre D: puede morir si no la curan
ResponderEliminarBreak noo pobrecito u.u (??) que pasara? toda esa gente esta siendo controlada -.- maldito gerard como lo odio es muy malo u.u
Lea tiene que detener a gerard o ¿a pelear con el? o__o quiero sabeer!!!!
ESTA GENIAL!! extraordinario!! me quede muy intrigadaaa!! >__< mas,mas,mas,mas!!!! la guerra ya empezo D: no puede ser se pone cada es MEJOR! <3
muy bueno como siempre me encanta como escribes ;D
Lea es unica me encanta asdsadas vamos debe destruir el haarp por favor siguela esta genial me encantaaaaaaa!!!!!
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