martes, 22 de enero de 2013

Enamorada de las palabras [Amistad por conveniencia]






Capitulo.- 4               –Amistad por conveniencia–






Ahí a pasos de llegar a la secundaria. Estaba tan feliz que abrace con una sonrisa de oreja a oreja a mi amiga, anhelando profundamente el día en el que Victor vendrá a casa de Ale y yo finalmente podré verlo y decirle cara a cara, lo mucho que lo quiero.

En serio me sentía tan alegre, fue una noticia demasiado grata que hasta en clase estuve atenta al maestro, tomando apuntes necesarios, participando en clase, era como si volviera a ser la misma de antes.
Solo tenía que esperar dos días, que para mi fueron como dos largos años, ya quería verlo, estaba impaciente, ansiosa e incluso nerviosa, por eso no dejaba de morder mis uñas.

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Ese día llegó trayendo consigo una tremenda felicidad que no podía ocultar mi cara. De verdad era bastante obvia, mi madre y hermanos lo notaron de inmediato y es que mis ojos eran como un cristal a mis sentimientos.

Ya eran las dos de la tarde, minutos atrás Ale me había llamado diciéndome que Victor ayer le dijo que estaría en su casa justo a las tres de la tarde. La intranquilidad y el estrés crecían en mí.

Es un maravilloso día soleado como lo son comúnmente en verano, acababa de darme un buen baño y ahora solo tenia una hora para arreglarme decentemente, por supuesto quería que el tuviera la mejor primer impresión de mi, tenia que verme perfecta, tengo que conquistarlo, así que cuide cada detalle por más mínimo que fuera. Seque y alacie uniformemente mi oscuro cabello que deje caer hasta mi cintura, busque mi vestido favorito dentro de mi armario y lo convine con unos lindos zapatos, quería lucir femenina y bonita para el. Solo use un poco de polvo y un brillo labial rosado y listo salí directo a casa de Ale, preparada para lo que sea que vaya a pasar, tenia que mentalizarme, tomar fuerza, mi corazón podría estallar.


Llegue mi amiga me recibió y pasando mi mirada a lo que me rodeaba, percibí un completo silencio y soledad, solo estaba Ale en casa ¿Y Victor? No veía su persona por ninguna parte y ya pasaban de las tres.



– ¿Donde esta Victor? –Pregunte sin dar un paso más, permanecí ahí parada cerca de la puerta.

– Ah verás... –Rasca su cabeza y mira el suelo–  El no vendrá.

– ¿Qué?... –Hago un gesto de decepción al verla.

– Lo que pasa es que –Toma aire– Hace rato me llamo y me dijo que mi tía y mi madre se pelearon, yo ni enterada de dicho asunto eh –Me mira a los ojos– Entonces, como mi tía ya no vendrá, él tampoco. ¡Por cierto que lindo vestido! Te vez muy bonita –Sonríe de repente como tratando de aligerar el ambiente.

– ¡¿Como que no vendrá Ale?! –Miré a otro lado angustiada– ¡¿Por tú tía?! ¡¿Acaso el no puede venir solo?! –La vuelvo a mirar– ¡Creí que vendría solo!

– No él no sabe llegar a mi casa, y sinceramente, sonó como si no le importara mucho – Mirándome– A pesar de que le comente que tú vendrías para verlo.

– ¿Qué? ¿Como así? –Alcé una ceja molestándome.

– Lo siento...  –Evita el verme.

– ¿Lo sientes? JÁ ¡¿En serio lo sientes?! ¡Ale, tú eres mi amiga! ¡ Deberías ayudarme!

– ¡¿Qué es lo que quieres que haga?! –Eleva su tono de voz y me observa fijo– Mi tía no vendrá, el no sabe llegar, yo no puedo hacer nada al respecto.

– ¡Si realmente fueras mi amiga, lo hubieras convencido! ¡Hubieras hablado con tu mama y tu tía!

– Mi madre ahora no esta en casa Angie –Frunciendo el ceño.

– ¡Por dios Ale! ¡No sé, les llamarías al móvil o algo! ¡Harías algo! Y no solo te quedarías con los brazos cruzados esperando a que yo llegará para decirme esto –Alterada.

– ¿Qué diablos te sucede Angie? –Se cruza de brazos y me mira interrogante.

– ¡No! ¡¿Qué diablos te sucede a ti amiga?! –Histérica– !Si de verdad eres mi amiga!

– Oye, ya basta, relájate... –Se acerca para tocar mi hombro–

– ¡No me toques! –Aleja su mano con un manotazo– ¡T-Tú, no sabes! –Con voz cortada, mis lagrimas fluyen por mis mejillas– ¡No sabes cuanto deseo verlo! ¡Y a ti no te importa! ¡Eres de lo peor! –Doy vuelta para abrir la puerta.

–¡Angie!



Salí sin decir más, ni despedirme, daba los pasos más rápidos y pesados que había dado en mi vida para alejarme lo mas pronto posible, me sentía como plantada, mis ojos se volvieron irritados y lacrimosos, mi airada mirada se posaba en el pavimento bajo mis pies, no podía detener mis saladas lagrimas, estaba muy desilusionada ¿Ale me habrá mentido? ¿A Victor no le intereso más? De ser así entonces ¿Por qué me envió esas cartas? No tiene sentido, me siento de lo mas humillada y patética.

Tenía mis dudas, por eso, a pesar de todo deseaba hablar con él ¿Pero como contactar con Victor sin Ale? A quien ya no considero mi amiga, ya he roto ese lazo de amistad que nos unía.

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Cuando el oscuro y frío velo de la noche cubrió el inmenso cielo, no pude contener mis ganas de leer una vez más esas cartas. Por dios ¿Estoy obsesionada o enamorada? Ambos sentimientos se confundían dentro de mi, es tan difícil retener ese amor que siento hacia Victor, aunque me sintiera triste, abrí nuevamente esa caja de tesoros y releí las cartas, casi involuntariamente una sonrisa se trazo en mis labios y al instante pude sentir como toda esa tristeza se desvaneció, fue como si sus palabras que ahí estaban plasmadas, fueran mágicas y muy poderosas, me hacen sentir especial y eso se sentía tan bien.

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Así pasaron días, no fue ni una semana pero, en el transcurso de ese tiempo, de alguna manera fue tan eterno, sobre todo al estar en la secundaria, era tan pesado. El ver y tener a Ale tan cerca me incomodaba de hecho me molestaba también. Ella parecía que de igual forma estaba enojada conmigo ¿Como puede ser así?  Aquí la única afectada soy yo. No podía hablarle, mucho menos disculparme, mi orgullo estaba primero.

Tras esos días comenzaba a desesperarme y morirme de la curiosidad y es que necesitaba saber de Victor y ¿A quien engaño? La única manera que tengo de saber de él y contactarlo es por medio de Ale, además extrañaba esas largas platicas sobre Victor, por eso, solo por eso trague mi orgullo y me dispuse a dirigirle la palabra, después de casi cinco días de ni siquiera mirarla y mucho menos saludarla, temía que me fuera a ignorar, a gritar o a burlarse de mi. Como era de esperarse ella estaba sola en la cafetería, así había estado estos últimos días y yo también a las dos se nos dificultaba hacer amigos. Sin más me aproxime a su mesa y me senté al frente justo como lo hizo ella la primera vez que hablamos.


– Alejandra... –La llamé con voz clara.

– ... –Comía chocolates sin parar y sin verme.

– Oye, ¿Podemos hablar un momento?


Yo la veía atentamente y ella solo me ignoraba como si yo no existiera me sentía invisible.


– ¡Ah, ya se! –Saco mi almuerzo y se lo dejo a su alcance– Puedes comerlo si quieres –Sonriendo– ¡Esta vez traje una deliciosa hamburguesa!

–... –Bebe de su refresco, lo coloca con fuerza sobre la mesa y con un suspiro se incorpora apunto de retirarse.

– ¡Ale! –Me levanto y tomo su mano para no dejarla escapar.

– Por favor, escúchame, en verdad necesito hablar contigo ¿No crees? –La miro preocupada.

– Pero, si tú y yo, ya no somos amigas

– No, claro que lo somos.

– Tú dijiste que no era tu amiga, así que olvídalo –Aparta su mano.


Dio un paso y en ese segundo yo sabia que si no hacia o decía algo ahora si realmente perdería su valiosa amistad y la necesito, por lo que decidí rápidamente lo que menos pensaba hacer y por supuesto me avergonzaba.


– ¡Perdóname! –En un tono claro.


Ella al instante detuvo su andar y camino hacia mi con ese semblante serio y frívolo.


– Angie... –Una sonrisa aparece en su faz– Al fin lo haces –Ríe.

– ¿El qué? –Algo nerviosa miraba sus ojos.

– Disculparte, creí que nunca lo harías. Te extraño amiga –Sin dejar de sonreír.

– ¡Yo también! Y, bueno –Mire el suelo mordiendo mis labios– ¿Si me perdonas?

– ¡Claro que si! –Riendo me estrecha en un abrazo.



Quede muy sorprendida, la verdad no me lo esperaba que aceptara mis disculpas con tanta facilidad.
Después volvimos a tomar asiento en la mesa ya mas tranquilas, me sentí como las típicas amigas que se pelean o discuten y al final resuelven sus problemas y vuelven a llevarse bien, osea que ¿Es normal?.
Todavía tenia mis dudas, estas no me dejaban en paz, daban vueltas en mi cabeza, las quería despejar, pero por ahora solo quería disfrutar de la compañía de Ale quien había tomado mi hamburguesa y ya la estaba devorando. Apenas habíamos iniciado una conversación y yo no pude evitar decirle.


– Y ¿Haz visto a tu primo últimamente? ¿Haz hablado con él?

– Angie –Resopla con fastidio– Por favor –Sonando molesta hace una pausa al comer– No hablemos de Victor por ahora, no sé, podemos hablar de otra cosa, como de mi grupo favorito o lo que hemos hecho todo este tiempo.

– No fue tanto.

– No, pero seguramente tenemos mucho que contar, aparte no, no he sabido de él, le he llamado a su casa pero no responde, parece que mi tía no me deja hablar con el.

– Tú tía y tu mamá ¿Siguen enojadas? –Interesada me acerco quedando al borde de la silla.

– Si, y es horrible por que si ellas ya no se hablan, no nos dejan comunicarnos ni vernos –Termina la hamburguesa y limpia sus labios con el dorso de su mano– ¡Oh! ¡Deliciosa! –Sonríe y bebe refresco.

– Que horror... –Recargo mi espalda en el respaldo y dejo escapar un suspiro– Espero y pronto todo regrese a la normalidad, me gustaría recibir una carta mas de él

– ¿En serio?

– Sí, ya que no puedo verlo ni hablarle, por lo menos tener una carta nueva, seria increíble –Mis ojos lagrimean un poco– Yo, necesito leerlo –Bajé mi vista afligida.

– Angie... –Con voz baja y compasiva.



Una carta, solo una carta más era lo que ocupaba, con eso volvería a ser feliz por que al ver que existía una enorme barrera impenetrable entre nosotros no me quedaba de otra.

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Pasaron los días junto con sus noches y en lugar de enojarme me ponía a llorar, al saber que Ale ya no veía a su primo y ya no le hablaba, por lo tanto ya no podía pedirle otra carta para mi, los problemas familiares no se solucionaban ¿Por qué a mi?. Estaba tan deprimida por que ya no me enteraba de nada, Ale no me contaba mas de Victor. ¿Por qué sufro así? Teniendo a muchos chicos a mi alcance de los que hay en la escuela, me era imposible, el poner mis ojos en otro chico que no fuera Victor, no podía enamorarme y tampoco podía dejar de amarlo, soy una verdadera tonta.
Noté que Ale se agobiaba, por verme así  sufriendo por su primo y trataba de darme ánimos pero nada servía, parecía que mi estado no tenía remedio. Así termino todo un mes, por dios fue tan largo.


Era un día sin sol, el reloj en mi muñeca indicada que ya eran las cinco de la tarde. Yo y Ale nos habíamos puesto de acuerdo para hacer la tarea juntas, por eso salí de mi casa rumbo a donde vivía mi amiga.

Precisamente en el momento que acabamos la tarea. Estábamos sentadas en el piso.


– Orale, eso fue rápido –Dijo Ale poniéndose en pie.

– ¿Si verdad? –Ordenaba los libros, cuadernos y demás.

– Ah cierto Angie, te tengo una sorpresa –Ríe mientras busca entre un cajón de un mueble.

– ¿A si?

– Si..


Dicho esto volvió a sentarse frente a mi en el suelo con una rosa carmesí en su mano y en la otra lo que parecía ser una carta.

– Eso –Señalo sus manos– Eso es... –Con mis ojos exaltados.

– Sí, Victor me lo dio para ti –Me lo entrega.

– Es una rosa y una carta –Aún impactada sonrió ampliamente– Pero creí que tu tía y madre seguían peleadas y ¿Haz visto a tu primo? ¿Por que no me dijiste? – Mirándola.

– Ah es que, quería que fuera una sorpresa –Ríe nerviosa.

– ¡Que mala! –Reí y olfatee la rosa con mis ojos cerrados– ¿Por qué me envió una rosa? ¡Eso quiere decir que me quiere!

– Sí, esta loquito por ti –Ríe divertida.

– ¡Genial! –Abrazo la carta– Oye que linda esta...


Miré los detalles del sobre, tenia corazones brillos y al abrirla un aroma a perfume se adentro en mi nariz yo sin dejar de sonreír, estaba tan contenta, tenia en mis manos una carta de él, no lo podía creer.


– Sí, se esmero en hacerla esta vez –Comento Ale viéndome como intranquila e insegura.


Pero yo no le di importancia a su comportamiento, estaba ansiosa por saber que me escribió ahora, ya ha sido tiempo desde la ultima vez que lo leí. Mi corazón vibraba de emoción, mis mejillas las sentía tibias. Abrí la carta y pude ver un texto muy largo, había llenado toda la hoja lo que me extraño.


– Oye Ale ¿Por qué su letra es diferente?

– ¿Eh? –Me mira.

– Sí, esta letra, no se parece en nada a la de él, es más bonita y el texto es mas largo, el escribe poco ¿No?

– Ah, eso... – Sonríe de medio lado.


Yo claro que espero una explicasion, esto no parece ser autentico ¿O si?.

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4 comentarios:

  1. awwwe dios mio se obseciono con ese chico y asdasda la carta de seguro la escribio ella dios mio siguela esto se pondra buenisimo

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  2. *o* me encanto y esta parte fue EPICA:

    "¿Por qué sufro así? Teniendo a muchos chicos a mi alcance de los que hay en la escuela, me era imposible, el poner mis ojos en otro chico que no fuera Victor, no podía enamorarme y tampoco podía dejar de amarlo, soy una verdadera tonta."


    XDD angie esta igual que yo u___U la comprendo la comprendo kekeke

    ¬¬ esa carta de seguro la hizo ale,pobre angie y ella tan emocionada,aun que yo también lo estaría kekeke ale le tiene que dar una buena explicacion a angie O___o si no se dara cuenta kekeek

    me encanto unnie sigueelooooooo!!!!!


    ;D

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  3. aaa... amo a Alee... se preocupo por su amiga y le hizo una carta en nombre de su primo. :S aunque ahora seguro las cosas se complicaran mas... ahahaha Angie me enoja!! ù_ú .. aunque es la verdad, la mayoria de las chicas se ponen así -.-' ... hace un tiempo yo también me comporte de la misma manera (hace mucho muucho tiempo XD) y no te das cuenta hasta que todo pasa y analizas las cosas... fue un bonito sentimiento pero aaa~... ^^ me alegra haberlo superado jeje
    arrg... tmbn me enoja que ante la amistad se interpongan las "relaciones amorosas" >:O ... pero bueno, es algo inevitable D:
    UNNIEEEE!! gracias por la historia *ww* ...
    y perdon por leerla tan tarde T.T (la escuela, la escuela -.-)

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  4. Angie es una interesada, pero Ale se aprovecha de eso para poder salir del closed, eso es lo que yo creo. Ya veremos qué tan equivocado estoy.
    Saludos.

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