Enamorada de las palabras [ ¿Verdadera Amiga? ]

Capitulo.- 5                      - ¿Verdadera Amiga? - 




– La letra es distinta, por que la mejoro para ti, yo le dije que la hacia muy fea, entonces él la hizo más bonita solo por ti –Explicaba Ale viéndome con inseguridad.

– ¿Por mi? –Por un segundo sonreí– ¿Solo por mi?

– Si y... Lógicamente, se esforzó más esta vez.

– ¿Por que tan rápido? No es posible que mejore su letra tan pronto –La miré medio incrédula–

– Ah, eso es por que. S-Si te pones a pensar, ya paso un buen tiempo desde la última carta ¿No? –Alzo ambas cejar con una sonrisa.



Claro que no le creía del todo, no tenia sentido, esta carta es muy diferente, en ella hay algo desconocido. No era normal esa moldeada y bella letra junto con ese extenso y esmerado texto, y sobre todo ese aroma a perfume de mujer impregnado en el papel. Era como una replica a lo que yo había hecho para el, es decir es tan femenina, pero ante todo yo le quería creer, y me convencí de inmediato que en efecto esta carta la ha elaborado el mismísimo Victor solo para mi.
En un abrir y cerrar de ojos me puse feliz, sentía como si ya lo tenia todo, como si estuviera completa. Una vez más fui directo a mi caja de tesoros y ahí la junte con las demás. Y la rosa me la quede yo el resto del día, nunca la solté. Durante toda la noche la olfatee pensando en el hasta caer rendida en el sueño.


El intenso deseo de verlo no desaparecía, se aferraba y permanecía en mi, haciendo que una fuerte frustración me atara. No podía verlo, me sentía tan desafortunada, tan sola, tan desdichada, sin embargo tenia algo muy especial: Mi caja de tesoros. Rápidamente pensé en llenarla de más valiosas joyas, por eso, se me ocurrió una tremenda idea.

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Ahí estábamos yo y Ale en un parque publico en el que claramente se podía ver y escuchar a los niños correr y jugar en nuestro alrededor. Nosotras platicábamos disfrutando de nuestro tiempo libre. Es domingo, día sin escuela y no teníamos tareas pendientes. No estábamos muy lejos de casa de Ale, nos balanceábamos levemente en los columpios, no teníamos nada mejor que hacer.



– Ale, ya que no puedo ver a tu primo, me gustaría tener una fotografía de el, una reciente. –La mire por encima de mi hombro.


En estos momentos no me importaba el ser directa, no quería darle muchas vueltas, solo quería decírselo ya, para recibir la respuesta mas pronto.


– Ah, veras, no creo que tenga fotografías recientes de Victor, solo de cuando era niño y bebe –Se le escapa una risa.

– Esas estarán bien, no importa solo necesito verlo.

– De acuerdo. –Sonriendo siguió columpiándose sin despegar los pies del suelo.

– ¿Puede ser ahora?


Incluso no me importaba verme desesperada, y es que realmente lo estoy, necesito una imagen de el.

– ¿Qué? –Me miro.

– Si, ¿Podemos ir a tu casa por las fotografías?

– Que impaciente eres, pero si podemos ir –Con una sonrisa.



Es la primera ocasión que Ale me parece que al fin se esta mostrando como una verdadera amiga.


Al momento de recibir las fotografías de Victor, aunque no fueran recientes me emocione tanto que brinque del suelo y las contemple un buen rato. Ya era hora de tener una foto de mi amado, en mis manos.
Por supuesto que esas fotografías terminaron dentro de mi "caja de tesoros". Se había vuelto costumbre el hacer cartas para Victor y entregárselas a Ale. Tenía la curiosa sensación de que cada carta iba siendo mas y mas amorosa de mi parte, conforme pasaba el tiempo.

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Tras un mes de estar enviando y recibiendo cartas de Victor igual de perfumadas y bien hechas, estas se iban acumulando por montón en mi caja, ya casi llena, yo no podía evitarlo y las leía una y otra vez. De alguna manera las cartas mas recientes son las mas bonitas, son tan románticas que solo hicieron que me enamorara mas de él. Pero sigue sin ser lo suficiente, definitivamente necesito verlo. Ya me he cansado de llorar cada noche por el ¿Por que me ocasiona tanto sufrimiento?.

No falta mucho para que la agradable estación de otoño inicie ¿Tan pronto pasa el tiempo?. Esta vez me anime a pedirle la dirección de casa de Victor a Ale, y ella siendo accesible me la dio, pero por desgracia, soy menor de edad, por lo que no se como llegar, además no quiero que mi madre o alguien mas aparte de yo y Ale se entere de que estoy enamorada del primo de mi amiga. Me rendí, me resigne. Lo único que llenaba ese vacío dentro de mi, era lo que Ale me solía contar de su primo en la hora del descanso de la secundaria. Aveces sentía que inventaba la mayor parte de lo que decía, pero yo ansiosamente quería creerle era reconfortante y gratificante escucharla.

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El cumpleaños numero quince de Ale se avecinaba y las dos hablábamos mientras caminábamos por uno de los largos pasillos de la secundaria en dirección a nuestra clase.


– Si, haré una gran fiesta en mi casa, tienes que ir Angie. –Me invito con una sonrisa.

– Claro que si Ale, no podría faltar.

– Será este fin de semana.

– ¡¿Qué?! ¡¿Tan pronto?! ¡¿Que ropa usaré?!

– Tranquila, no te preocupes por eso

– Para ti es fácil decirlo, tienes mucha ropa que ponerte. – La miro algo desanimada.

– Invite a varios compañeros de la clase y familia –Me miro como insinuando.

– ¿Familia? No me digas que... – Me exalte.

– ¡Si! ¡Es una gran oportunidad no crees! ¡Al fin ustedes se conocerán!

– ¡Oh por dios! ¡¿Hablas en serio?!

– ¡Obvio! –Emite una traviesa risa.


En ese instante sentí como si mi corazón se detuvo. Evidentemente no podía creerlo, después de todo este tiempo finalmente podre verlo en carne y hueso y frente a mi. Seria una gran tonta si me pierdo la fiesta, solo espero que esta vez si este presente. Aunque no suela ir a fiestas, esa clase de ambiente me pone tensa, siento que Ale lo esta haciendo solo por ayudarme ya que ella no es muy social que digamos ¿Se tomo la molestia de invitar a nuestros compañeros, con el pretexto de su fiesta de cumpleaños, todo por que yo me encuentre con Victor? Por dios, ahora si esta siendo una buena amiga.

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El esperado fin de semana había llegado y junto con el la gran fiesta de cumpleaños de Ale. La emoción no cabía en mi pecho, sentía que en cualquier momento podría darme un infarto. Ya estaba lista para la fiesta, tan linda y femenina como la ultima vez que me arregle con ilusión de verlo. Esa embargadora sensación se repite de nuevo pero ahora la esperanza es mas inmensa. Hoy si estará aquí, hoy si podré verlo, estoy segura.


Ahí estaba, afuera de casa de Alejandra a pasos de la puerta de entrada que ya estaba totalmente abierta, solo faltaba que yo me acercara, pero por algún motivo, mis piernas no me respondían. Cargaba con el obsequio para Ale. El sonido de la música y el ambiente de la fiesta llegaba hasta mis oídos, desde ahí podía observar los chicos y chicas que Ale había invitado, me sorprendió que muchos habían asistido, unos platicaban y pasaban por la puerta. Mis ojos se abrieron de par en par, al instante que vislumbre al primo de Ale, por dios ¿Es el? Ahora si, esta aquí, más cerca de mi. Parpadeé sin poderlo asimilar aún, lo que frente a mis ojos podía ver. No tuve el valor de entrar a casa de Ale, cuando ella salio por la entrada y me encontró con su mirada, dedicándome una enorme sonrisa de oreja a oreja. Se veía muy alegre. ¿Y yo como me veré?


– ¡Angie! –Me grito y se apresuro a llegar hacia mi.



Había quedado muda y no quería ni podía quitar mi mirada de Victor quien hablaba con un chico.


– ¡Oh trajiste un regalo para mi! –Toco mi hombro, como queriendo llamar mi atención.

– Ah... – Hice un esfuerzo en dirigir mi mirara a Ale, un tanto nerviosa– Si, toma, es para ti muchas felicidades amiga –La abrazo con una sonrisa.

– ¡Por dios! Gracias...


Me correspondió y acepto mi obsequio muy contenta.


– Vamos ¿Que haces aquí? Entremos a la fiesta –Toma mi mano.


Parecía como si estuviera fingiendo, algo me extrañaba de ella, no esta siendo Ale, esto es bastante raro ¿O la rara seré yo?.


– O-Oye... –Camine con inseguridad y casi temblando, como si ahí me estuviera esperando un asesino o algo parecido.

– Vas a conocer a mi primo –Me veía sonriendo.


Eran tantas cosas, las que me provocaban esa inseguridad. La primera, ahí estaba Victor finalmente lo veré, pero estoy tan nerviosa, la otra, siento que Alejandra oculta algo. Tan solo seguí caminando por que Ale me atraía con fuerza no podía escapar, ya estaba ahí, cada vez estaba mas cerca, mi corazón temblaba ¿Que voy a hacer? ¿Que voy a decir?.

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